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De las redes a las calle (edición Brasil)

Quiero compartir un detalle de las recientes elecciones municipales de Brasil (pasado domingo) que ha sido ignorado, como era previsible, por las principales marcas informativas. Un hecho casi marginado por los grupos mediáticos de Brasil y por los corresponsales internacionales. Intentaré explicar y contextualizar brevemente de una manera muy simple lo que ha ocurrido alrededor de un hashtag de Twitter: #AmorSimRussomanoNão. Y cómo un grupo de personas de São Paulo ha articulado un movimiento en las redes, ha ocupado el espacio público y ha influido notablemente en la caída del que era el favorito en todas las encuestas: el radical y populista evangelista Celso Russomano.

La situación era verdaderamente alarmante para la izquierda y los movimientos sociales. En agosto, el candidato del derechista Partido Republicano Brasileiro (PRB) llegó a tener más de un 40% de las intenciones de votos en el primer turno. Además, el candidato conservador José Serra, mal llamado socialdemócrata por los corresponsales extranjeros, estaba en segundo lugar en las encuestas. El candidato de la izquierda, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), aparecía en último lugar. El formato broadcast del pasado – debates televisivos, mítines políticos, publicidad en medios – funcionaba a todo tren. Y beneficiaba a la derecha. Pero poco a poco, la red empezó a hacer un peculiar contrapeso.

Primero, el periodista Lino Bocchini, comenzó a realizar debates paralelos a los oficiales de los candidatos en la Pos.Tv, un canal que emite programas en streaming con una intensa vida paralela en redes sociales. El hackeo de los mensajes políticos oficiales estaba en marcha. Poco a poco, un grupo de periodistas, agentes culturales, colectivos y activistas fue dando forma a un frente popular contra el candidato favorito, Celso Russomano. Nació el hashgtag de Twitter, #AmorSimRussomanoNão (amor sí, Russomano no). Y se convocó un evento desde Facebook para ocupar pacíficamente la plaza Roosevelt, en el centro de São Paulo, durante la noche del viernes 5 de octubre. Se lanzó un mensaje contra Russoano: «Demagogo, sin propuestas, construido con sensacionalismo de la TV, proyectado por la Igresia Universal del Reino de Dios, visiblemente incapaz de gobernar. La ascensión de este sujeto es el síntoma terminal de la decadencia política de la cidade». Y se dio una consigna: «ven de rosa», en alusión a la declarada homofobia de Russomano. La apuesta era grande. Los riesgos muchos. ¿Y si la campaña beneficia a José Serra y el candidato de izquierda se quedaba fuera del segundo turno?

Y para suerte de todos,  Facebook prohibió el evento. Y automáticamente nacieron cien eventos, replicados, remezclados, distribuidamente. La creatividad alrededor del cartel original se desató (ver inicio de esta entrada). La prohibición generó otro grito: crea tu bloco (formato callejero de los carnavales). Y todas las causas – feministas, ciclistas, ecologistas, culturetas varios, libre pensadores, hacktivistas, artistas… – se subieron al bloco libre del #AmorSimRussomanoNão. El asunto se convirtió en Trending Topic en Twitter. Todo el mundo estaba hablando de la manifestación de la plaza Roosevelt. Y Facebook tuvo que dar marcha atrás. Da igual que no lo hubiera hecho: la ocupación de la plaza iba a pasar aunque los políticos y Facebook se opusieran.

Durante la celebración del pasado viernes llovió. La luz fue cortada deliberadamente. Se prohibió hasta la venta de comida. La clase política se blindó e intentó boicotear el evento. Despreció, una vez más, a las redes. Pero la multitud conectada, de las redes a la calle, ocupó la plaza. Triunfó. Convirtió la plaza en una plataforma. En una ágora glocal. La plaza fue el epicentro de un grito de un nuevo lobby ciudadano expandido por toda la ciudad de São Paulo. Triunfó el ludismo, el ARTivismo, la imaginación, la rebeldía, la inteligencia colectiva. Aquí una buena crítica de la periodista inglesa Clair Rigby (Time Out São Paulo), sobre la fiesta. Aquí un vídeo del evento, de la multitud de microeventos.

Facebook hundió a Russomano. Y José Serra y Fernando Haddad disputarán el segundo turno de las elecciones. Cierto: hubo muchos factores para que Russomano se quedase fuera. Pero el movimiento ciudadano de la plaza Roosevelt y las redes influyó. Se pueden hacer algunas críticas (constructivas, claro) al fenómeno #AmorSimRussomanoNão. Apenas se utilizaron redes propietarias, principalmente Facebook; fue meramente antagonista contra un candidato; no cuestionó el actual sistema democrático brasileño, corrupto, deformado y poco participativo; no creo ningún prototipo político al margen de los existentes; fue un fenómeno esencialmente partidista (desde la contra). Algunos grupos, también presentes en Río de Janeiro, no tuvieron coraje de hacer lo mismo contra el derechista Eduardo Paes que está sembrando Río de Janeiro de desahucios y especulación y ganó sobradamente en el primer turno.

Pero hay que reconocer su éxito. Su frescura. Su nuevo camino de conexiones. Es inevitable encontrar similitudes con algunas estrategias y prácticas de la global revolution o de movimientos como el 15M, Occupy o YoSoy132. El flujo de las redes a la calle no tiene vuelta atrás, por mucho que algunos políticos pretendan criminalizarlo. La expansión de memes e imágenes de alto impacto simbólico (toda la cartelería generada por los movimientos) influye cada vez más sobre los resultados electorales. Las redes equilibran las estrategias verticales y manipuladoras de los partidos políticos. Y una buena acción en red puede desbaratar una inversión millonaria del poder y desenmascarar las construcciones del marketing político, cada vez más patéticas. #AmorSimRussomanoNão, además, ha conseguido un objetivo concreto: parar los pies a un candidato simplemente impresentable. Y puede ser muy inspirador para elecciones locales, regionales o nacionales de los próximos meses en varios países.

La batalla, en São Paulo y en el mundo, continúa. El evento contra el derechista José Serra ya está convocado para el próximo día 26 de octubre, en la misma plaza. El hashtag-grito es #FaçaAmorNãoFaçaSerra (un juego de palabras con el «haz el amor y no la guerra»). Se sugiere ir de negro. Todos de luto para luchar contra un candidato gris.