De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

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«Siempre que podemos conectarnos a otros, podemos cambiar cosas»

Imagem: André Lemos

«Tal vez estemos viendo el surgimiento de una sociedad comunicacional planetaria y no apenas informativa». El sociólogo brasileño André Lemos conoció  «las viejas comunidades virtuales en el comienzo de la década de 1990, anónimas, temáticas, abiertas, sin empresas comerciales detrás». Tal vez por eso en su discurso abundan conceptos como «serendipia», «empoderamiento ciudadano» o «conversación». André Lemos, autor  del blog Carnet de Notes y director del GPC – Grupo de Pesquisa em Cibercidade de la Universidad Federal de Bahia, recela de las etiquetas que intentan definir el nuevo mundo. No le gustan conceptos como ‘social media’ («los medios siempre son sociales») o Revolución 2.0. También prefiere no abusar de conceptos como ‘Ciudades P2P’ o ‘Ciudad Open Source’ («debemos usarlos sólo para ilustrar pero no para comprender los fenómenos»). André Lemos, fundador del Centro Internacional de Estudos Avançados e Pesquisa em Cibercultura da UFBA, prefiere sugerir una nueva unión de objetos y personas conectados, en la línea de la Teoría del Actor Red de Bruno Latour. André Lemos es uno de los pioneros en la investigación de la denominada Locative media: comunicación multimedia a través de dispositivos móviles y tecnologías GPS, Wi-Fi, GIS, RFID…

El cuestionario fue enviado por correo electrónico. Algunas preguntas no fueron respondidas, porque André Lemos consideró haberlas respondido anteriormente. Mantengo todas las preguntas originales, para enriquecer el contexto. Envié a André Lemos la entrevista antes de publicarla, para incentivar la máxima transparencia y rigor en el proceso.

El Centro Internacional de Estudos Avançados e Pesquisa en Cibercultura (Ciberpesquisa) nació cuando la ‘cibercultura’ era un término para definir todo lo que pasaba en el ciberespacio. ¿Cómo ha evolucionado el Centro en las últimas mutaciones de Internet? ¿Puedes hablar de algunos de los proyectos más recientes?

El Centro Internacional de Estudos Avançados e Pesquisa en Cibercultura fue creado en 1996, siendo pionero en los estudios sobre cibercultura en Brasil. Hoy el centro se ha transformado en grupos de investigación divididos en líneas de investigación: periodismo online, democracia e Internet, interacciones sociales online y ciberciudades. Los grupos son autónomos y actúan en el borde de sus respectivas discusiones, produciendo investigaciones y formando investigadores. Mi grupo (GPC – Grupo de Pesquisa em Cibercidade ) está estudiando ‘mídias locativas’ (locative media),  internet de las cosas y las Smart Cities. Lo que nos interesa es la discusión sobre los procesos de espacialización en juego con los nuevos medios digitales, las transformaciones de las prácticas sociocomunicativas en el espacio urbano.

Todavía hay muchos que piensan que el mundo virtual es una cosa radicalmente diferente al mundo real. Sin embargo, cada vez tenemos más puentes entre el mundo ‘on’ y ‘off’, entre redes y territorios. ¿Qué  cambios has observado en los últimos 3 años de Internet en esta dirección?

No se puede pensar en esta separación. Nuestras acciones toman diversas direcciones y apenas con un raciocinio muy simplista y forzado podemos separar esas dimensiones de la realidad. Las relaciones dependen cada vez más de lo que hacemos con las tecnologías digitales – email, Twitter, Facebook, YouTube, blogs… Todas esas herramientas hacen parte de nuestro día a día. No podemos pensar en la separación de la vida en internet y de la vida fuera de internet. Sólo hay una vida e Internet es un concepto muy abstrato. No existe sin los lugares que la componen. Y los lugares están siempre compuestos por cruces de flujos, son siempre híbridos, constituidos por dimensiones materiales, imaginarias, comunicativas. Lo actual y lo virtual siempre se entrelazan en los lugares. Y  eso desde siempre. Pero cuando hablamos de Internet, hablamos de un “espacio” abstracto; en realidad de conexión de redes telemáticas alrededor del planeta ofreciendo informaciones y los servicios más diversos. Pero lo que Internet es efectivamente va a depender de las  actualizaciones de las acciones de humanos, objetos, máquinas, softwares, datos… Lo que hacemos, cuando nos conectamos a uno de los “lugares” de Internet, es interconectar diversos territorios: informacionales (sobre el concepto de “territorio informacional” ver mi post—Mass Media Functions, Locative Media, and Informational Territories: New Ways of Thinking About Territory, Place, and Mobility in Contemporary Society.), culturales, identitarios, políticos…) usando, por ejemplo, el teléfono móvil en la panaderia,  Twitter en la fila del supermercado, buscando una dirección en mapas digitales, actualizando los softwares de redes sociales con los amigos, enviando un vídeo de un evento para otras personas… En todos los casos, hay interrelación entre las dimensiones sociales, imaginarias e infocomunicacionales. Los ejemplos son innúmeros. Lo difícil es encontrar la división pura, encontrar algún lugar en el que el entrelazamiento de estas dimensiones territoriales (simbólica, informativa, subjetiva, corporal, identitaria, geográfica) se deshaga, evitando lo híbrido, lo online separado de lo offline. Transitamos por lugares que están siempre interconectados.

Martha Gabriel habla de ‘cibridismo’, una nueva esfera donde lo on y lo off se confunden. ¿Cómo están modificando nuestro comportamiento los teléfonos móviles, tablets y dispositivos con conexión a Internet?

La locative media permite que las personas produzcan y distribuyan informaciones, en movilidad, a partir de los lugares del espacio urbano. No es información que llega y va para una ‘Matrix” allá arriba, sino informaciones que tienen sentido aquí abajo y ahora. Las personas están buscando, con estos nuevos medios, lo que siempre buscaron: tener sentido. La relación local, de proximidad, identitaria, de la memoria, la dimensión social y móvil (ver mi manifiesto sobre esta dimensión aquí),  es lo que proporciona un sentido. En el  primer momento de internet, navegar en un mundo de datos y acceder a cosas distantes era la única cosa que hacer. Ahora estamos en la fase de la hiperlocalización de la información, consumiendo, produciendo y distribuyendo información con movilidad, sobre los lugares por donde pasamos o donde vivimos. Pasa por la facilidad de acceso a los dispositivos móviles y a las redes inalámbricas (3G, Wi-Fi). Los medios locativos (tecnologías y servicios informacionales basados en geolocalización) permiten anclar la información y las relaciones sociais en lugares concretos. Salimos de la información genérica de lo abstracto del ciberespacio y pasamos a valorar la información hiperlocalizada, consultada, producida o distribuida en movilidad. El espacio urbano vuelve a ser el palco de este teatro, contrariando a los que pronosticaron el fin de las ciudades, la desterritorializaçión total de la vida en un espacio abstracto, virtual y peligroso. Lo que vemos hoy son personas moviéndose con potencia informacional produciendo discursos multimedia sobre los lugares. De la utopía del ciberespacio pasamos a la “topia” informacional locativa y móvil. Todavía estamos en su fase inicial, pero ya es muy interesante ver cómo los medios locativos y móviles permiten que personas, antes apenas lectoras de sus ciudades, puedan hablar de los problemas urbanos, postear un vídeo de denuncia, producir narrativas sobre su barrio, ejercitar la construcción de cartografías colaborativas, articular manifestaciones para derrumbar regímenes autoritarios… Pero queda mucho por hacer. Podemos ahora leer de otra forma y escribir de forma electrónica sobre el espacio en el que vivimos. Esto es mucho más interesante.

La industria digital, principalmente la cultural, sigue insistiendo sobre el peligro del  download, de las descargas de Internet. Parece que no entendieron que la gran revolución de Internet es el ‘upload’:  muchas personas subiendo, compartiendo y remezclando contenido

Considero que los tres principios fundamentales de las diversas prácticas de la cultura digital son: la posibilidad de emisión abierta y libre, la interconexión de esas voces y la reconfiguración cultural. Siempre que podemos hablar libremente, conectarnos a otros, podemos cambiar cosas. Así es con loa blogs, con YouTube, con cartografías colaborativas, con redes sociales móviles como SMS y Twitter… Sólo hay peligro de “uploads” en regímenes totalitarios. Los regímenes democráticos deben saludar estas posibilidades porque justamente fortalecen la democracia, o lo que los griegos chamaban de isogonia. La posibilidad de conversación se amplió y tal vez estemos viendo el surgimento de una sociedad comunicacional planetaria y no apenas informacional. Creo que los medios de masa son medios de información (un emissor que pasa informaciones para la masa de lectores, oyentes, espectadores). Los nuevos medios permiten la producción y emisión de información sin constreñimiento (en sociedades libres y democráticas, claro), el intercambio bidireccional y más horizontalizad. Permite la conversación, el principio más importante de la comunicación. Gabriel de Tarde llamó la atención sobre la importancia de la conversación en su Opinión y las Masas en el inicio del siglo pasado. Creo que estamos viendo cómo esa esfera comunicacional se expande con Internet (ver mi Nova Esfera Conversational).

¿Cómo está modificando, cómo va a modificar, la vida de nuestras ciudades, la computación ubiqua?

Estamos en la fase de los medios locativos y de la hiperlocalización y también en la era de “internet de las cosas” en la que los objetos estarán cada vez más conectados a Internet, tomando decisiones con una mínima participación del agente humano. Estamos caminando para una interconexión global de objetos y de monitoreo de movimentos de cosas y personas. Hoy, existen unos seis objetos conectados para cada humano conectado a la red mundial de ordenadores. Tendremos así dos escenarios a corto plazo. El primero es el del clásico Big Brother, donde esos objetos servirán apenas para la automatización industrial y a la transparencia total (Baudrillard) de la vida cotidiana. Los gadgets van a controlar los procesos infocomunicacionales de nuestras casas y ciudades (la pesadilla es que se transforme un poco como la casa de “Mi tío”, la película de Jacques Tati). El rastreo de personas y objetos servirá para el control, monitoreo y vigilancia comercial, publicitario, mercadológico, político y policial. El segundo escenario es aquel en el que los objetos pueden ser usados para contar historias, de ellos y de sus usos, cambiar informaciones con otros, reforzar la memoria social y colectiva, ayudar en la construcción de una ciudad donde las personas participen más en la vida común, ayudar a saber más sobre los procesos de trabajo en el origen de los objetos y el uso de los recursos del medio ambiente para producir los. Así, la colaboración y la información compartida podrán revelar más sobre las trayectorias de los objetos y sobre nuestras relaciones con ellos. Hay, consecuentemente, una dimensión  política importante aquí, lo que Bruno Latour llama de “parlamento de las cosas”, o sea, traer los objetos, las “cosas” a las “causas”, al debate y a la discusión. El primer escenario es el de la industrialización, automoción y centralización. El segundo es el de la emancipación y construcción de una vida social más consciente de sus problemas (técnicos, ambientales, culturales, sociales…). En realidad, no creo que tengamos un escenario u otro, sino tensiones entre esos dos escenarios en los que se va a decidir el futuro. Todo está abierto. Debemos hazer un esfuerzo para revelar las redes (me refiero a las asociaciones entre los agentes, y no a la estrutura de los computadores) que se esconden en las diversas relaciones entre humanos y no-humanos, como nos enseña la Actor-Network Theory (ANT). Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a revelar esas redes y a abrir “cajas-negras” (procesos, productos, conceptos, estructuras estabilizadas), pueden ayudar a crear visualizaciones de esas redes que amplíen el debate, produzcan controversias y discusión y , así, enriquecer la dimensión política.

Existe una nueva ola de arquitectos y urbanistas más interesados en los espacios, en las relaciones humanas en los espacios urbanos, que en construcción de edificios. ¿Estamos llegando a la era del ‘space making’ y al final de la arquitectura espectáculo?

No lo sé. Creo que ese siempre fue el trabajo de los arquitectos: pensar en los procesos de espacialización, o sea, en las relaciones entre humanos y no humanos (las cosas y objetos) en la producción de espacio. El lugar sólo existe en la tensión entre lugares y cosas. No es aquello que contiene cosas, si no la red que se forma en la relación entre las cosas fijas y en movimiento. Así, todo lo que ha sido hecho para pensar ese “espacio-red” me interesa pues colocar énfasis en el lugar, única dimensión “real”, como hablé anteriormente. No veo el fin de la arquitectura espectáculo, pero hay iniciativas interesantes que piensan los procesos comunicativos en medio a las constituciones del espacio. Pienso en la arquitectura líquida de Novak, en los trabajos de Koolhaas, en los análisis del geógrafo Nigel Thrift… En Brasil, me gusta el trabajo del arquitecto brasileño Paulo Mendes da Rocha y de sus aberturas para relaciones con el exterior, con comunicación entre los espacios…

Me interesa bastante el concepto de Sentient ID (identidad digital). Más todavía, cómo conectar identidades digitales con espacios físicos concretos. Todavía más: las aplicaciones, redes y nuevas herramientas digitales que buscan relaciones humanas (con conocidos pero también con desconocidos) en los espacios urbanos. ¿Qué experiencias destacarías en esta dirección?

Creo que estas experiencias pueden ser interesantes si son acciones para potenciar el encuentro con aquello que nos puede completar, con lo que nos falta. Puede ser tanto en una relación social íntima, como en una relación comercial o incluso en ambiente de trabajo. No me gustan los sistemas de indexación de gustos que hacen que los usuarios encuentren siempre aquello con lo que están familiarizados, aquello que ya conocen, lo que les gusta o que encuentren siempre personas próximas a sus pensamientos. Esto es bueno, es útil, es objetivo y es eficaz. Esto es lo que hacen Facebook o Twitter. Pero precisamos ir más allá de eso. Necesitamos potenciar la salida de lo que Eli Pariser llama “filtro burbuja”. Como yo conocí las antiguas comunidades virtuales en el comienzo de la década de 1990 (anónimas, temáticas, abiertas, sin empresas comerciales por detrás) siempre quiero que sistemas de perfiles y mineración de datos puedan potenciar la serendipia y que sean menos funcionales. Pero esto tal vez sea imposible, porque es la antítesis de estos sistemas actuales. Vemos aquí más una dimensión política de las identidades digitales, de los perfiles virtuales, del big data y de la mineración de datos.

El concepto de media building de Paul Virilio parece que ahora es casi tangible. Mucha información en tiempo real producida por objetos conectados pero también por usuarios. ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo vamos a lidiar con el big data? ¿Será más importante el big data ciudadano empoderante o el big data de Internet de las cosas?

El big data tiene dos dimensiones: la del Big Brother, trazando perfiles comerciales y policiales, monitorando marcas y movimientos de personas, controlando y anticipando acciones, o sea, los estudios de “surveillance society” que vienen a cuento en la discusión sobre visibilidad, datos, personas y objetos. Está también el otro lado. Ese big data permite también ver las conexiones, trazar las relaciones en tiempo real, mostrar cómo las redes, en cuanto asociaciones de humanos y no humanos, se forman y se deformam, aquí y allá. Eso puede ayudarnos a comprender las asociaciones, a conocer mejor lo social y sus cuestiones principales en ese y en otros dominios. En ese sentido, las nuevas tecnologías pueden ser herramientas importantes de visualización inédita de las asociaciones y ayudarnos a revelar los peligros y ventajas de las redes que constituyen las diversas áreas de la vida social. Creo que estamos en medio de este torbellino. Debemos crear condiciones para el empoderamiento ciudadano, como por ejemplo, garantizar que cada uno sea dueño de sus datos, que pueda borrarlos, controlar su movimento, convertirlos en privados o públicos. Talvez esa sea una de las dimensiones políticas más importantes y actuales.

El concepto de Smart City (y la mutación de Smarter City de IBM) ha sido criticado por ser bastante vertical, por controlar datos ciudadanos de una forma centralizada y por no abrir los datos. ¿Qué debería mejorar en la gestión de las llamadas ciudades inteligentes? 

Conocí de cerca la experiencia del mayor proyecto mundial al respecto que es el Centro de Operaciones Río (COR), ligado al Ayuntamiento de Rio de Janeiro. El sistema monitora los principais aspectos de la ciudad en tiempo real. Para los administradores y gestores municipales es mucho más importante tener esa visión global y tener datos en tiempo real para tomar decisiones que puedan hacer que la ciudad funcione (luz, agua, obras, tráfico, accidentes, escuelas, puestos de salud, ambulancias…). No creo que la intención, en ese caso, sea monitorar y controlar a los ciudadanos. El sistema está construido para ayudar a los administradores a mejorar el flujo de cosas, informaciones y de los diversos servicios de la ciudad. Es importante tener esa dimensión en mente. Las críticas son pertinentes ya que no podemos delegar la gestión de la ciudad a sistemas informacionales, no podemos simplemente confiar en su funcionalidad o garantizar que los datos no serán usados contra los ciudadanos, o que los datos secretos no serán utilizados para servir a los interesses políticos o de empresas. Ese sistema permite la producción de datos importantísimos para el control social y debe ser transparente en su dimensión digamos, material (datos disponibles para todos, ya que están generados por todos los que usan la ciudad) y política (qué proyecto está por detrás de esta gestión, cuáles son los intereses en juego…). Así, es fundamental que haya transparencia de los datos y de las políticas que están detrás de esos sistemas de Smarter Cities. De la misma forma que se vuelve todo visible y transparente, también tiene que ser visible y transparente para los ciudadanos. No se trata apenas de una gestión urbana, sino de una política de la información. Por ejemplo, en el caso de Rio, sería mucho más interesante se las personas pudiesen también acceder al sistema y tener conocimiento de los datos generados en esos sistemas. Esto no ocurre. Hay apenas informaciones vía Twitter – forma de diálogo con los ciudadanos – y tres boletines diarios oficiales.

¿Qué piensas de la placa/movimiento Arduino, del hardware libre, de los datos ciudadanos distribuidos y de herramientas abiertas de visualización como Pachube?

Suelo decir que así como Internet tomada de los militares por la vida social, necesitamos una “arduinización” de Internet de las cosas. Precisamos salir del M2M (machine to machine) de las grandes empresas e industrias y promover un uso social, una apropiación social de los objetos y dotarlos de capacidades infocomunicacionales de “abajo para arriba”. Sólo así produciremos sentido con los objetos y sobre los usos y los datos generados a partir de estos objetos.

(dos preguntas originales respondidas en una respuesta)

Hablando de medios e información. ¿Los medios de masa han entendido la información geolocalizada, el periodismo ciudadano en tiempo real, la nueva piel de información generada por el enjambre ciudadano?

Henry Jenkins hablaba de storytelling transmedia. Me gusta hablar en los últimos tiempos de la ciudad transmedia. ¿Es exagerado considerar la ciudad física como una nueva plataforma informativa?

La ciudad siempre fue un organismo artificial híbrido resultante de flujos informacionales y comunicacionales. Siempre. En ese sentido,  es desde siempre transmedia. Creo que debemos tener cuidado al adoptar esos términos. Puede ser interesante para ilustrar algunos aspectos, pero no pueden ser vistos como conceptos definitivos y esclarecedores. Hoy tenemos nuevos flujos comunicacionales, nuevas formas de circular, producir y consumir la información, y eso sobre sus más diversas modalidades. Pero las ciudades son ciudades cyborgs desde siempre, artefactos compuestos de flujos de cosas, personas, informaciones. Así como hoy. Lo que veo de nuevo es la posibilidad de resaltar procesos infocomunicacionales y politizar de forma global los destinos locales de los espacios urbanos.

¿Qué importancia tiene el movimento ‘open data’ en el funcionamiento de las ciudades? ¿Vamos a ver visualizaciones con realidad aumentada sobre datos concretos de edificios, barrios, calles y plazas? ¿Datos abiertos geolocalizados?

Creo que la realidad aumentada es interessante pero no debe ser una forma única de narrativa de lo urbano. No puede ser un instrumento que disminuya la complejidad de lo real al revelar toda la verdad sobre objetos, monumentos, plazas, etc. En muchos casos la realidad aumentada disminuye la complejidad de lo vivido. Hay experiencias interesantes de realidade aumentada (artísticas y políticas) y otras bien comerciales, como encontrar puntos comerciales, de metro o autobús, o informaciones turísticas. No creo que eso sea verdaderamente innovador. Es útil, pero necesitamos siempre de algo más que lo útil.

Conceptos como inteligencia colectiva (Pierre Lévy) o enjambre (Kevin Kelly) parecen tener más sentido en la nueva era de Internet móvil. El movimento 15M de España (Indignados) está desarrollando muchas herramientas de real time + inteligencia colectiva. La última, #Voces25S para visualizar en un mapa gracias a hashtags la situación de la policía en la ciudad…

Sí, como dije, son las potencias generadas por tres principios de la cultura digital y que permite la emergencia de voces, su circulación, lo compartido y, por consiguiente, la transformación social, económica, cultural, política.

(dos preguntas originales respondidas en una respuesta)

Por otro lado, las dinámicas del movimento del software libre y de código abierto están contagiando a las ciudades. Colaboración, co-creación, procesos bottom-up… están siendo usadas en procesos de construir ciudades…. ¿Qué otras dinámicas del mundo del software libre (o de las redes en general) están yendo hacia las ciudades físicas?

Los movimentos como el 15M – Occupy han creado nuevos paradigmas de ciudades. Algunos estamos hablando de ciudades P2P, ciudades open source, cidades copyleft…  ¿Cómo vamos a estudiar de aquí a unos años estos movimentos que mezclan ocupaciones de plazas con procesos de redes?

Debemos evitar esos términos, o usarlos apenas de forma bien caricaturesca, para ilustrar pero no para comprender los fenómenos. No creo que haya “ciudad open source”, “revolución 2.0”, “ciudad P2P” etc. Lo que hay es una relación híbrida entre agentes humanos y no humanos con las nuevas herramientas infocomunicacionales y en red. Y no es poco, y comprendo cuando añades esos términos a conceptos antiguos como “ciudad”, “revolución” etc. Pero necesitamos tener cuidado para cometer errores frequentes de purificación. Escribí recientemente un artículo cuestionando eso (Things (and People) are the Tools of the Revolution), sobre la primavera árabe. Unos decían que era una  revolución 2.0 y otros que no, que eso no era posible, pues era una “revolución de las personas”. Ambos estaban equivocados. No hay una cosa ni otra, sino siempre procesos híbridos. No fue una revolución de Facebook o de Twitter, no fue una revolución de personas: fue una revolución en que la asociación entre Twitter, Facebook, Youtube, y personas fueron fundamentales en ese momento. Esto puede que no pase en el futuro porque no hay esencia revolucionaria en esas redes sociales, así como no hay acción humana sin acoplamiento a los más diversos artefactos (piedras, panfletos, bombas, cuchillos, celulares, computadores, redes sociales…). Depende de nosotros, en cada momento, revelar las asociaciones. En este caso específico las redes sociales fueron agentes importantes en los acontecimientos políticos. Revoluciones, ciudades, siempre fueran movimientos y constituciones híbridas. Devemos reforzar el entendimiento de las características de los nuevos artefactos que difieren mucho de los anteriores por su potencia global infocomunicativa.

Hablando de Brasil, ¿como piensas que los brasileños, creativos y sociales, van a encarar esta nueva era de Internet móvil y de la sociedad conectada?

Pienso que la cultura brasileña, una cultura de la gambiarra (algo así como ‘buscarse la vida’, hacer todo de cualquier forma), de lo improvisado, del “jeitinho” (hace cosas por debajo), tiene todo para sacar provecho de la cultura digital. Pero tenemos que ir más allá del estereotipo del brasileño cordial, creativo, alegre y social. Necesitamos educación, política de la información, de igualdad social que garantice acceso para todos, que entiendan las potencialidades estratégicas para el país de esa era de la información digital en red y que, principalmente, no tenga una posición paternalista que intenta enseñar o adoctrinar a los menos privilegiados. Creo que será de la gambiarra y de la improvisación que nacerá, junto con políticas públicas de comunicación, educación y infraestructura (y de las respectivas inversiones consistentes), una cultura brasileña digital que pueda, en primer lugar, mejorar las condiciones de la vida de la población y, quien sabe, más adelante, impulsar de la cultura digital mundial, desarrollar contenido, softwares, hardwares, incluir y garantizar constitucionalmente la libertad y la autonomía de la red, como pretende el Marco Civil da Internet Brasileira. Tenemos que aprobar ese Marco lo más rapidamente posible. Es único en el mundo y un ejemplo a ser seguido. Nosotros, brasileños, somos hard users de las redes sociais, somos los que pasamos más tiempo conectados a Internet, producimos discusiones interesantes sobre la cultura proprietaria de los bienes simbólicos (copyright), desarrollamos experiencias interesantes con softwares de código abierto, creamos una cultura digital con pocos recursos en las periferias (música, vídeo, literatura…). Pero precisamos potenciar lo que tenemos de más interesante en la constitución del pueblo brasileño con políticas públicas inteligentes, antenadas con el espíritu de la época y que garanticen la libertad de información y el aceso de todos.

Para finalizar. Comenta un posible futuro utópico (hablando de tecnología) del mundo y un futuro distópico.

Ninguno de los dos existe. Sólo existe el presente, y tenemos que hacerlo ahora para que lo que venga de aquí en adelante sea siempre la batalla de visiones sobre lo mejor de los mundos contra el peor de los mundos posibles. Lo que interesa es que tengamos garantizada la libertad del debate y de la justicia en las elecciones resultantes de estos debates. Utopía y distopía son sólo nombres para decir aquello que queremos o no queremos. La discusión viene antes. La multivocalidad, la visibilidad de culturas diferentes, la comunicación global que la cultura digital aporta pueden ayudarnos a construir ese espacio global de conversación y resolver los problemas urgentes del planeta y de la convivencia en los espacios urbanos. Pero lo dejo por aquí porque creo que estoy siendo utópico.

 

Catalan people, we love you

Esta entrada podría titularse: Cómo un mensaje de amor desarmó la propaganda de un Estado. También: El día en el que el cibertariado despedazó el nacionalismo de dos Estados. Todo empezó como un juego. El diseñador israelí Ronny Edry subió a Facebook un mensaje con un diseño colorido: Iraníes, nunca bombardearemos vuestro país. Os amamos. La reacción en cadena-red fue explosiva. Cientos, miles de diseños y mensajes de amor de ciudadanos israelíes hacia iraníes. El propio Ronny, unos días después, subió un vídeo a You Tube (el que abre esta entrada), explicando su preocupación por la escalada bélica de los Gobiernos de Israel e Irán. También alertaba sobre el peligro de que los Estados usasen el odio y enfrentasen a los ciudadanos de diferentes países.

Israel loves Iran se convirtió en un fenómeno con página web propia, decenas de grupos de Facebook, carteles en muros y autobuses de todo Israel… Y llegó el efecto de ida-y-vuelta. Desde Irán, no tardaron en llegar mensajes de amor. Israel, we love you. Miles de mensajes de afecto, de diseños de amor. Una simple búsqueda en Google Images nos entrega una espectacular cascada de resultados. La campaña me dio mucho que pensar en su día. ¿Por qué los políticos siguen utilizando el nacionalismo más ramplón para perpetuarse, para justificar los intereses económicos de sus amigos y para ocultar recortes o medidas impopulares? Ahora, con la escalada nacionalista de los políticos que gobiernan Catalunya y España, llegó el momento de rescatar-remezclar la campaña Israel-Irán.

El clown neoyorquino Leo Bassi (sí, nació en Nueva York), en su obra Utopía, lanzaba una interesante teoría política. En pleno internacionalismo, cuando los proletarios del mundo estaban más unidos, las élites construyeron la primera guerra mundial para enfrentar a los diferentes pueblos. Y su gran arma no fue otra que el nacionalismo. «Católico austriaco, mata a los católicos italianos, son de otro país». Adiós a la solidaridad obrera transfronteriza.

La estrategia nacionalista ha venido funcionando hasta ahora. Pero la global revolution, la explosión en red del 15M y Occupy Wall Street han empezado a desbaratar la estrategia. El somos el 99% une a personas al margen de banderas, fronteras, razas y religiones. Es una bomba. un nuevo internacionalismo en red. Una multidud de personas gritando ‘Barcelona no estás sola‘ en la puerta del Sol de Madrid o aplaudiendo a alguien que habla en público en catalán en una asamblea de Madrid, desmonta cualquier discurso nacionalista catalán o español. Y asusta a algunos. La República del 99% de la que habla Amador Fernández-Savater es tan explosiva que las élites están dando sus últimos coletazos nacionalistas. Un tuit del abogado y activista Carlos Sánchez Almeida resume a la perfección la escalada bélica de los políticos de Catalunya vs España (y viceversa):

A uno y otro lado de las trincheras, dos burguesías de envuelven en sus banderas. En tierra de nadie, las víctimas de sus recortes. #25N

— Almeida (@bufetalmeida) octubre 10, 2012

 

El neoliberal Artur Mas oculta con el nacionalismo catalán una oleada de recortes de servicios públicos y una violencia policial digna de un Estado bananero que ha provocado hasta una muerte en las comisarías catalanas. El neoliberal (y oscurantista) Gobierno de Mariano Rajoy, con su desprecio al pueblo catalán, con irresponsables declaraciones como las del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert («queremos españolizar a los niños catalanes»), esconde un salvaje recorte del Estado del bienestar y una violencia policial indigna de un país democrático. A ambos les conviene el nacionalismo. A ambos les conviene desviar la atención. E infelizmente Artur Mas no ha pronunciado una sola palabra sobre democracia participativa, transparencia o un verdadero e-Govern. Su modelo de Estado para Catalunya es un obsoleto dejá vu: vertical, centralista, al servicio de las élites del 1%, excluyente para la inmigración. Además, el sistema está poniendo todo tipo de zancadillas a los partidos minoritarios, como el Partir Pirata, que quieren presentarse a las elecciones.

Cierto: el nacionalismo catalán es algo más complejo. Hay sectores de la izquierda que también son favorables a un Estado catalán. Y todo hay que decirlo: la chulería, prepotencia, ceguera y centralismo del Gobierno del Partido Popular es tal,que da alas a cualquier nacionalismo separatista. Pero creo que la discusión, en estos momentos de crisis del sistema político-económico global, es otra. El debate alrededor de la decadente democracia representativa debería centrar la agenda de los políticos, si es que quieren reconciliarse con una cada vez más distante sociedad.

El Estado Nación es una entelequia. Se desmorona, se difumina. Zygmunt Bauman, en Cities of fear, City of Hope, aborda la decadencia del Estado Nación y el auge de las ciudades como espacios políticos. Manuel Castells habla ya hace muchos años del Estado Red y de un espacio de flujos en el que los ciudadanos se relacionan desde espacios físicos distantes. David de Ugarte, en su Trilogía de las Redes, habla de la filé (estructura económica transnacional) y la plurarquía (nuevo sistema político basado en las decisiones colectivas) como estructuras que sucederán a las naciones y Estados. Juan Urrutia sugiere «una confederación asimétrica de comunidades identitarias con acuerdos entre ellas y sin ninguna autoridad central«. Islandia crea un Constitucional Council para cocinar una Wikiconstitución. La Asamblea Virtual del 15M investiga nuevos caminos tecnopolíticos participativos y distribuidos.

Y los políticos centralistas del 1%, abrazando nacionalismos. Intentando enemistar a los ciudadanos en red. Intentando dividir al 99%. Queridos políticos: el debate es otro. Catalunya podría aprovechar el momento de flaqueza del Gobierno de Rajoy para forzar de una vez la Constitución que reconozca un Estado plurinacional y una agencia tributaria propia para Catalunya. Podría forzar un Estado verdaderamente participativo, transparente y descentralizado. Podría forzar la transición hacia la era de las micronacionaes en red. Pero mucho me temo, que el señorito Artur Más está a otras cosas y tiene otros intereses.

No estaría de más que la red desmontase con una campaña de afecto la bomba de relojería de los impresentables gobernantes del 1%. Catalan people, we will never bomb your country. Spaniards, we will never bomb your country. Catalan people, we love you. 

 

Una microficción para el #GlobalNoise

El sistema económico global colapsó en octubre de 2012 cuando nadie lo esperaba. Muchos años después, las investigaciones de la CIA apuntaron a un vídeo de You Tube como origen del bloqueo. El vídeo, titulado Cómo hackear pantallas en Times Square, mostraba a un ciudadano que conseguía hackear las pantallas de Times Square de Nueva York con un simple teléfono móvil. Gracias a un plug in y a un transmisor, bastaba grabar un vídeo y apuntar con el teléfono móvil para que los anuncios publicitarios de las pantallas fuesen sustituídos por un vídeo concreto. La investigación desveló cómo dicha acción fue vinculada en redes sociales, sobre todo en Twitter, al día de acción global #GlobalNoise. El vídeo se convirtió en un meme global, en una red de acciones distribuidas jamás vista.

El 13 de octubre (#13O), millones de personas salieron a la calle en todos los continentes para protestar contra la deuda ilegítima que sufrían varios Estados y, por extensión, millones de ciudadanos. El plan inicial era simple: hacer ruido, caceroladas. Los grandes medios, como era previsible, no se hicieron eco. El ruido no sonaba. Pero el vídeo de You Tube inspiró una nueva oleada de microacciones conectadas. Millones de pantallas con anuncios publicitarios de todo el mundo fueron hackeadas. La cacerolada, repetida-multiplicada hasta la saciedad, fue invadiendo pantallas. Las imágenes, un imprevisible cañonazo cognitivo, sembraron pavor entre las élites. E inspiraron al enjambre del 99%. Las imágenes no cesaron. Todo lo contrario: aumentaron en número. Parecía que habían substituído al mundo. El lunes 15 de octubre, las principales bolsas abrieron en estado de shock. El colectivo hacktivista RYBN lanzó un bot anti-especulador, el ADM9, que atacó directamente a quienes se beneficiaban de los intereses de las deudas de los Estados.

El cuerpo técnico de las bolsas que gobernaban el planeta no tardó en huir. Las pantallas de los círculos económicos no dejaban de emitir las imágenes del continuum cacerolada. Los ciudadanos ocuparon las bolsas y los congresos. No tardaron en caer gobiernos. Primero, el de España. Luego, la Unión Europa. Cuando cayó el Suiza – junto con sus cavernas de dinero lavado y sucio – el resto del mundo se desplomó. En medio del caos, la inteligencia colectiva encontró un camino: un transición hacia un planeta compuesto por micronaciones en red. La activista y política islandesa Birgitta Jónsdóttir fue nombrada la ‘unofficinal official speaker’ temporal para conducir el planeta hacia la nueva wiki-era. La primera medida, tomada por consenso entre millones de asambleas, fue la confiscación de todos los fondos de los paraísos fiscales para crear un nuevo fondo de economía colaborativa global.

(continuará…)

De las redes a las calle (edición Brasil)

Quiero compartir un detalle de las recientes elecciones municipales de Brasil (pasado domingo) que ha sido ignorado, como era previsible, por las principales marcas informativas. Un hecho casi marginado por los grupos mediáticos de Brasil y por los corresponsales internacionales. Intentaré explicar y contextualizar brevemente de una manera muy simple lo que ha ocurrido alrededor de un hashtag de Twitter: #AmorSimRussomanoNão. Y cómo un grupo de personas de São Paulo ha articulado un movimiento en las redes, ha ocupado el espacio público y ha influido notablemente en la caída del que era el favorito en todas las encuestas: el radical y populista evangelista Celso Russomano.

La situación era verdaderamente alarmante para la izquierda y los movimientos sociales. En agosto, el candidato del derechista Partido Republicano Brasileiro (PRB) llegó a tener más de un 40% de las intenciones de votos en el primer turno. Además, el candidato conservador José Serra, mal llamado socialdemócrata por los corresponsales extranjeros, estaba en segundo lugar en las encuestas. El candidato de la izquierda, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), aparecía en último lugar. El formato broadcast del pasado – debates televisivos, mítines políticos, publicidad en medios – funcionaba a todo tren. Y beneficiaba a la derecha. Pero poco a poco, la red empezó a hacer un peculiar contrapeso.

Primero, el periodista Lino Bocchini, comenzó a realizar debates paralelos a los oficiales de los candidatos en la Pos.Tv, un canal que emite programas en streaming con una intensa vida paralela en redes sociales. El hackeo de los mensajes políticos oficiales estaba en marcha. Poco a poco, un grupo de periodistas, agentes culturales, colectivos y activistas fue dando forma a un frente popular contra el candidato favorito, Celso Russomano. Nació el hashgtag de Twitter, #AmorSimRussomanoNão (amor sí, Russomano no). Y se convocó un evento desde Facebook para ocupar pacíficamente la plaza Roosevelt, en el centro de São Paulo, durante la noche del viernes 5 de octubre. Se lanzó un mensaje contra Russoano: «Demagogo, sin propuestas, construido con sensacionalismo de la TV, proyectado por la Igresia Universal del Reino de Dios, visiblemente incapaz de gobernar. La ascensión de este sujeto es el síntoma terminal de la decadencia política de la cidade». Y se dio una consigna: «ven de rosa», en alusión a la declarada homofobia de Russomano. La apuesta era grande. Los riesgos muchos. ¿Y si la campaña beneficia a José Serra y el candidato de izquierda se quedaba fuera del segundo turno?

Y para suerte de todos,  Facebook prohibió el evento. Y automáticamente nacieron cien eventos, replicados, remezclados, distribuidamente. La creatividad alrededor del cartel original se desató (ver inicio de esta entrada). La prohibición generó otro grito: crea tu bloco (formato callejero de los carnavales). Y todas las causas – feministas, ciclistas, ecologistas, culturetas varios, libre pensadores, hacktivistas, artistas… – se subieron al bloco libre del #AmorSimRussomanoNão. El asunto se convirtió en Trending Topic en Twitter. Todo el mundo estaba hablando de la manifestación de la plaza Roosevelt. Y Facebook tuvo que dar marcha atrás. Da igual que no lo hubiera hecho: la ocupación de la plaza iba a pasar aunque los políticos y Facebook se opusieran.

Durante la celebración del pasado viernes llovió. La luz fue cortada deliberadamente. Se prohibió hasta la venta de comida. La clase política se blindó e intentó boicotear el evento. Despreció, una vez más, a las redes. Pero la multitud conectada, de las redes a la calle, ocupó la plaza. Triunfó. Convirtió la plaza en una plataforma. En una ágora glocal. La plaza fue el epicentro de un grito de un nuevo lobby ciudadano expandido por toda la ciudad de São Paulo. Triunfó el ludismo, el ARTivismo, la imaginación, la rebeldía, la inteligencia colectiva. Aquí una buena crítica de la periodista inglesa Clair Rigby (Time Out São Paulo), sobre la fiesta. Aquí un vídeo del evento, de la multitud de microeventos.

Facebook hundió a Russomano. Y José Serra y Fernando Haddad disputarán el segundo turno de las elecciones. Cierto: hubo muchos factores para que Russomano se quedase fuera. Pero el movimiento ciudadano de la plaza Roosevelt y las redes influyó. Se pueden hacer algunas críticas (constructivas, claro) al fenómeno #AmorSimRussomanoNão. Apenas se utilizaron redes propietarias, principalmente Facebook; fue meramente antagonista contra un candidato; no cuestionó el actual sistema democrático brasileño, corrupto, deformado y poco participativo; no creo ningún prototipo político al margen de los existentes; fue un fenómeno esencialmente partidista (desde la contra). Algunos grupos, también presentes en Río de Janeiro, no tuvieron coraje de hacer lo mismo contra el derechista Eduardo Paes que está sembrando Río de Janeiro de desahucios y especulación y ganó sobradamente en el primer turno.

Pero hay que reconocer su éxito. Su frescura. Su nuevo camino de conexiones. Es inevitable encontrar similitudes con algunas estrategias y prácticas de la global revolution o de movimientos como el 15M, Occupy o YoSoy132. El flujo de las redes a la calle no tiene vuelta atrás, por mucho que algunos políticos pretendan criminalizarlo. La expansión de memes e imágenes de alto impacto simbólico (toda la cartelería generada por los movimientos) influye cada vez más sobre los resultados electorales. Las redes equilibran las estrategias verticales y manipuladoras de los partidos políticos. Y una buena acción en red puede desbaratar una inversión millonaria del poder y desenmascarar las construcciones del marketing político, cada vez más patéticas. #AmorSimRussomanoNão, además, ha conseguido un objetivo concreto: parar los pies a un candidato simplemente impresentable. Y puede ser muy inspirador para elecciones locales, regionales o nacionales de los próximos meses en varios países.

La batalla, en São Paulo y en el mundo, continúa. El evento contra el derechista José Serra ya está convocado para el próximo día 26 de octubre, en la misma plaza. El hashtag-grito es #FaçaAmorNãoFaçaSerra (un juego de palabras con el «haz el amor y no la guerra»). Se sugiere ir de negro. Todos de luto para luchar contra un candidato gris.

 

#Peoplewitness, el gran hermano de la ciudadanía

 

Imagen obtenida en Voces con Futura, licencia Creative Commons. 

Somos más. We are more. Y te estamos vigilando. Hace poco mas de un publiqué una entrada titulada Por un gran hermano ciudadano contra el poder. Mencionaba, entre otras cosas, la iniciativa española #PeopleWitness, un contrapoder ciudadano que documenta la violencia policial y los abusos del poder basándose en un hashgtag de Twitter y en una web. El pueblo distribuido, haciendo streaming desde sus teléfonos móviles, documentando la creciente y preocupante violencia policial. Pero la última vuelta de tuerca del proyecto se merece una atención especial.

La novedad se llama @pplwitnessbot. Y es un bot, diminutivo de robot, de Twitter que envía notificaciones sobre los streamers #peoplewitness emiten en vivo. Cualquier persona puede estar totalmente actualizada y saber qué streaming ciudadano está teniendo lugar. Una arma poderosísima, sin duda, para la sociedad en red. Y otra prueba más de que aquello de la inteligencia colectiva no es una lejana teoría ciberespacial: se ha hecho carne. Inserto algunos tweets correspondientes a ayer, a modo de ejemplo.

 

 

Conclusión-de-cajón: el poder tendrá cada vez menos capacidad para ocultar la violencia policial y para controlar la información. Todo gracias a «esos molestos teléfonos«, como bien dice Stéphane Grueso, y a las redes. #PeopleWitness, sin duda, puede cumplir una función importante en el ya cercano #25S que el Gobierno español está intentando criminalizar a cualquier precio.

 

 

Las mutaciones de #OccupyWallStreet (feliz cumpleaños)

Hace exactamente un año publiqué en mi blog personal la entrada Occupy Wall Street, toma la bolsa. Me llamaba mucho la atención entonces que los grandes medios de comunicación estuviesen ignorando el fenómeno emergente, movimiento o acción Occupy Wall Street. «Supongo que los medios están esperando a que ocurra la noticia, para después llegar más tarde que Twitter», escribí entonces. Las expectativas, tras la inercia global del 15M español, eran altas. Altísimas. La conexión global cristalizó el pasado 15 de octubre, en el ya mítico 15O, gracias a la visión universal de aquella Acampada Sol que trastocó el activismo global y gracias al empujón de Occupy Wall Street.

La revista canadiense Adbusters, de donde partió la iniciativa de Occupy Wall Street, ha publicado un texto especial para  el primera aniversario, para este #s17 que promete ser caliente. En el texto s17 anniversay, where do we stand? Adbusters reflexiona sobre el último año de insurreciones globales en red. Mencionan las protestas estudiantiles de Quebec o Chile, las prácticas poscapitalistas que se están fraguando en España, el fenómeno Free Pussy Riot o las protestas contra la corrupción de la India. Pero Adbusters no se queda en la nostalgia, porque «nuestras metas son más profundas» y «nuestros sueños más salvajes». Y nos regala un bello imaginario poético para las próximas luchas. Ellos ven un camino llamado Blue-green-black hybrid politics.  Traduzco libremente, recortando un poco.

En el frente azul, erradicamos el virus comercial que infecta nuestra cultura. Liberamos el flujo de la información, premiamos a los leakers (los que colectivizan cables informativos), protegemos el anonimato y rompemos los monopolios de los medios con ‘hacks’ escandalosamente creativos.

En el profundo frente verde, nos encaminamos haca una decisiva victoria de la lucha ambiental.  Institucionalizamos un acuerdo internacional sobre el cambio climático y perseguimos una agenda global de decrecimiento basada en la tasa Robin Hood.

En el frente negro, restauramos el dominio de las personas sobre las corporaciones con todos los medios no violentos necesarios: desatamos una visceral ola de jams, guerras de memes e intervenciones culturales contra la adinerada élite, los defraudadores fiscales y contra los sobornados por políticos y corporaciones que controlan nuestras ciudades. Queremos acabar con las corporaciones criminales como Goldman Sachs, Exxon, Pfizer, Monsanto, Philip Morris y otras que han roto la confianza pública.

No quiero hacer un post de análisis. Sigo de cerca a teóricos de esta global revolution. Pasé, incluso, por el Zuccotti park de Nueva York durante la ocupación de Occupy Wall Street. Pero me parece más importante destacar los procesos que están en marcha. Las actividades de esta semana de movilización global que arranca mañana se encuentra en la página de #S17. Me gustan dos de las mutaciones de Occupy Wall Street. Por un lado, Occupy Monsanto, que ha declarado la guerra a la multinacional agrotóxica Monsanto (aquí un documental El mundo según Monsanto, sobre esta maquiavélica corporación). Por otro, People´s Wall, una tierna iniciativa para rodear con un cordón humano Wall Street. Una acción que anticipa al #RodeaelCongreso de España del próximo 25 de septiembre (#25s), algo que ya ocurrió el sábado en Lisboa, por cierto.

Os dejo con un tweet mío que contiene algunas de las etiquetas calientes de los próximos días.

#S17 #99zone #eduzone #debtzone #ecozone #OccupyMonsanto Algunos hashtags del cumpleañitos de #OccupyWallStreet para llegar juntas al #25S

 

La baraja de cartas del 99%

El 99% ya tiene su baraja de cartas. El movimiento Occupy Wall Street ya tiene un nuevo puñetazo visual. Una nueva narrativa cargada de imaginarios. Contra el 1%, ilustraciones inspiradores. El proyecto se llama 52 shades of greed (52 sombras de la avaricia). Y necesita nuestra ayuda: buscan financiación vía Rocket Hub, una plataforma de crowdfunding. La iniciativa partió del grupo de Banca Alternativa de Occupy Wall Street. Hicieron una llamada a ilustradores. Y rápidamente respondió Marc Scheff, que ahora comanda la dirección de arte de este proyecto al que se han sumado 28 artistas de todo el mundo.

Vale la pena observar las cartas una a una en su versión digital. Porque además del impacto visual, de la guerrilla lúdica, cada carta tiene valiosa información. Los ases están reservados a bancos, instituciones o fondos de inversión. Goldman Sachs es el As de Diamantes, por ejemplo. Hacia abajo, aparecen personas con nombres y apellidos. Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, es el Rey de Diamantes. Greg Lippman, del Deutch Bank, es el Jack de Diamantes. Y así, uno a uno, conoceremos a algunos de los grandes culpables de la crisis económica. En los comodines, nos topamos con una bella Carta Salvaje de Occupy Wall Street. El 1% tiene su baraja. Y está trucada. Siempre gana la banca (y Alemania). Pero proyectos como el 52 shades of greed aportan otro granito/pixel de arena en la batalla jiu jitsu del 99%.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

Visualizando #Rodeaelcongreso, meditando sobre el #25S

 

¿#Ocupaelcongreso o #rodeaelcongreso? ¿Una nueva mutación de los nodos distribuidos del movimiento 15M o estamos ante algo diferente? La convocatoria del próximo 25 de septiembre (#25S en Twitter y redes) para ocupar el Congreso de los Diputados de España ha dado mucho que hablar. La siempre tuerta mirada del poder ha acusado al #25S de ser ultra (incluso ultraderecha). Y creo que todavía hay muchas personas que no tienen demasiado clara la convocatoria. Yo recomiendo leer los siguientes textos:  el #25S se reinventa para corregir sus pecados originales, (Juan Luis Sánchez, en El Diario), Reflexiones sobre el #25S (texto colectivo en Madrilonia) e Islandia, #15M, #25S (Francisco Jurado en su blog Senti2Comunes). Para quien tenga sed informativa, Democracia Real Ya Valencia ha recopilado muchísima información alrededor del #25S aquí. Fundamental, claro, estudiar la convocatoria original de la Plataforma ¡en pie!

Para redondear la visión orgánica del #25S, desde este humilde rincón, ilumino publicamente un bello trabajo de visualización de datos realizado por María Luz Congosto (@congosto), investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid (Departamento de Ingeniería Telemática, Grupo de investigación WebTlab). Son dos grafos simples. Pero dicen mucho del debate en torno al #25S. «Los siguientes grafos» –  según la web del estudio – «muestran la evolución semanal de la propagación de mensajes en Twitter (RTs) que debaten sobre el 25S. La representación se realiza mediante un grafo en el que los nodos corresponden a los usuarios que hicieron al menos un RT de los mensajes etiquetados con #25S. Los arcos a cada uno de los RTs de un nodo a A un nodo B. El tamaño de las etiquetas de los nodos es proporcional al número de mensajes suyos retransmitidos». Los grafos son bastante distribuidos (no centralizados), lo que refleja que el pluralismo ha ido borrando un inicio de convocatoria demasiado vertical.

¿Y qué pienso yo al respecto del #25S? Seré extremadamente breve. Primero: aunque la convocatoria fue confusa, precipitada y mal comunicada, creo que ha corregido errores y que se va aproximando al espíritu horizontal del 15M. Segundo: aunque #OcupaelCongreso es algo metafórico, me gusta más la idea de #rodeaelcongreso, encaja más con el concepto de lobby ciudadano fraguada durante este último año. Tercero: el manifiesto del #25S tiene objetivos tan loables como la «dimisión del gobierno en pleno», «la disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado» y «la apertura de un proceso constituyente transparente y democrático, a fin de redactar una nueva Constitución, con la participación de toda la ciudadanía». Cuarto: simbólicamente, un congreso separado de los ciudadanos por las fuerzas de seguridad es un imprevisible virus troyano contra el inepto sistema de democracia representativa de España, Europa y la mayor parte del mundo. Quinto: es posible que el Gobierno despótico y sordo de Mariano Rajoy  caiga durante el otoño. Sexto: vale la pena intentarlo. Séptimo: creo que es necesario establecer un parlamento paralelo, alternativo, distribuido, para iniciar un nuevo proyecto constituyente. Yo hablaba en este mismo blog hace poco de un Parlamento portátil (democracia copyleft). Por todo ello, voy a apoyar inicialmente la convocatoria del #25S.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Kutiman, el remezclador de You Tube

 

Vídeo 1. «Lo que estás a punto de ver es una serie de vídeosclips de You Tube sin relación alguna entre sí, editados juntos para crear ThruYou (a través de ti). En otras palabras: lo que ves es lo que escuchas». Mira los créditos de cada vídeo, tal vez aparezcas». Así arrancaba el celebrado proyecto Thru You: Kutiman mixes You Tube, del músico, animador, compositor y productor israelí Kutiman. 2009 fue su año. La revista Time le incluyó entre los 50 creadores del año. Su fórmula: mezclar. (Re) hacer. (Re) componer. Sin permisos. Sin miedos. Sin pensar si está usando copyright de alguien. Pero Kutiman es honesto, como casi todo el mundo que comparte en red y (Re) crea. Cita sus fuentes, el link exacto de todos los vídeos que usa en cada canción, en sus créditos.

 

Vídeo 2. Kutiman mixes craftsman. El chaval sigue su fórmula: (Re) mezcla de vídeos sin relación alguna entre sí. Copy. Paste. Corta. Pega. (Re) crea. Remezcla el significado. Crea uno nuevo. (Re) Apropiación de imaginarios.

 

Vídeo 3. This is real democracy. Y el chico cool, el Dj de moda del amiguete Israel, de repente, se mosquea con los dueños del mundo. Y lanza en septiembre de 2011, el año de las Revoluciones 2.0, un vídeo inquietante, duro, inspirador. La plaza Tahrir de El Cairo, revueltas, Mubarak, violencia, Netanyahu, Cameron, piedras, mangueras, Sarkozy. Y un detallito, amigos, en el segundo 46. Lula defendiendo a Julian Assange en 2010: «al chico le detienen y no veo manifestaciones en contra de la libertad de expresión». Pero luego llegó el coqueteo de Assange con Brasil (una portada de TRIP pidiendo el asilo de forma sutil). Y llegó el silencio brasileño, el país que podía haber ahorrado el estrafalario proceso persecutorio al fundador de Wikileaks. Is this real democracy?  Cómo seguimos remezclando el hit?

(Esta entrada no la habría escrito si Mono, Dj sin fronteras y fundador del incipiente Parlamento Nómada, no hubiera pasado por mi casa. Sin nuestros intercambio P2P de música-ideas no existiría esta entrada).  

 

Baila en tu plaza, pásalo

Una frase clásica: «Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa» (Emma Goldman). Una idea: salgamos en masa a las plazas, bailemos juntos. Un sueño: los ayuntamientos colocan un suelo especial que convierte el movimiento de las multitudes inteligentes (y bailongas) en energía. Cada paso, es una zancada de sostenibilidad. Cada danza coral, un baño de energía limpia.

Ahora, para llegar al párrafo-sueño, coloquemos algunos peldaños de esta escalera bailable. La tecnología para convertir pasos de persona en energía ya existe. La empresa Pavegen se ha especializado en ello. Y alguna marca ya ha sacado tajo de tan inspiradora idea. Johnny Walker convirtió gracias a su Keep on walking project  42.000 pasos colectivos en energía eléctrica. Y una excelente noticia para nuestra escalera al cielo bailable: ya existe una discoteca que transforma en energía los movimientos de sus clientes en la pista. La organización londinense Club4Climate  abrió un club en King´s Cross que convierte el baile en energía limpia. Y ya piensa abrir sucursales en Nueva York, Ciudad del Cabo y Rio de Janeiro.

La calle es nuestra. ¿O apenas pertenece a marcas de whysky que incentivan el pelotazo fácil? ¿Y si Rumba rave, el ya mítico flash mob que puso a bailar flamenco a varias activistas en un banco, se traslada a las plazas y encima produce energía limpia? ¿Y si el super concurrido y curioso Experimento MP3 que abre con un vídeo esta entrada generase electricidad?  Sigamos subiendo esta escalera-sueño. Es sólida, creéme: los visionarios de Pavegen, que están experimentando su tecnología en East London, no están solos. El estudio madrileño Ecosistema Urbano ha desarrollado un proyecto que convierte la energía el movimiento de un carrusel de feria. El Dordrecht Energy Carousel, llevado a cabo en Holanda, enreda con sutileza ludismo, espacio público y ecología. No te cortes: juega, comparte. Crea energía. Baila con otra persona.

Tras el espectacular éxito de Acampada Sol, que consiguió el premio especial del público en los Premios Europeos Espacio Urbano 2012, la mutación de las plazas ocupadas bien podría ser un baile. Si los gobiernos fuesen innovadores (y ahorradores) invertirían en el pavimento bailable-capta-energía. Incentivarían el mambo del procomún en cada plaza. El chachachá del copyleft en cada esquina. El tango del P2P. Las bulerías de la sostenibilidad. Sin embargo, creo que de momento, los Gobiernos están dejando de lado los bailes agarrados del colectivo. Prefieren el death metal de los mercados o el techno machacón y alucinado  de los recortes.

Imagen del proyecto Dordrecht Energy Carousel de Ecosistema Urbano.