De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

Archivo de mayo, 2013

Toquéame, la aplicación móvil activista contra Bankia

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#ToqueaBankia, la campaña activista que pretende bloquear todas las sucursales de Bankia físicamente, está a la vuelta de la esquina. Mañana por la mañana, los usuarios registrados en la plataforma #ToqueaBankia llenarán las sucursales de Bankia de toda España e intentarán bloquearlas de forma legal. Nada de violencia o de actos ilegales. El cansinismo – una palabra para definir acciones de guerrilla o de distracción – inundará las sucursales y pondrá el punto de salida de los actos / procesos / eventos de la conmemoración del 15M. Preguntas, performances, reclamaciones, acciones imaginativas. Todo vale siempre que sea legal. Para quien no quien no conozca bien la campaña: aquí una entrada de este mismo este blog.

Me llama la atención que siendo ToqueaBankia una gran campaña de innovación tecnológica y social, muchos medios la estén ignorando. La aplicación móvil Toquéame es un gran ejemplo de dicha innovación. «El kit de Toque a Bankia incorpora – asegura la nota de prensa – la primera herramienta para android de la historia (y la mejor de momento) para cansinear a la banca desde un terminal telefónico. Puede descargarse por el módico precio de 0 euros desde google play, cocretamente aquí«. Toquéame conecta al usuario con las sucursales de Bankia que quiera y facilita la llamada a las mismas. La APP, que bien podría haber creado un banco para facilitar la vida a sus usuarios, se usará para molestar de forma legal a la sucursal e impedir su funcionamiento. Su código fuente es libre y está a disposición en Github.

#ToqueaBankia inaugura un nuevo camino en el activismo: las acciones distribuidas. Crea una plataforma, una herramienta, ponla al servicio de la comunidad. Y la campaña caminará sola. Deja el mundo virtual. Salta al mundo físico. Las nuevas acciones en red, para dejar el a veces ineficiente y superficial clickactivismo, tienen que cocinarse en red y dar el salto al mundo físico. Nada mejor  para concluir esta entrada que un extracto de la nota de prensa de Toque a Bankia: «nos gusta crear bucles entre la red y la calle. Una realidad donde herramientas digitales libres permiten organizarse de forma descentralizada e interferir en esa realidad palpable, es decir, herramientas digitales en la red para cansinear en la calle».

Hashtags de Twitter para seguir la acción: #ToqueABankia #EscueladeCansinismo

Serendipia, la innovación como sorpresa

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Imagen de la muestra Cybernetic serendipity – The computer and the arts (Londres 1968)

Hubo una época —no tan lejana— en la que la innovación dependía exclusivamente de departamentos de I+D (Investigación y Desarrollo). Las ideas se mantenían cerradas a cal y canto. Y apenas los gurús designados por la empresa tenían capacidad para ‘innovar’. Hubo una época —hace pocos años, apenas meses— en la que se diseñó para la innovación un recorrido fijo, rígido, inquebrantable. La innovación era un crucero cool, sí. Pero totalmente previsible. Un cóctel insulso y aburrido. Pero un día la fórmula I+D, gota a gota, empezó a deshacerse en mil pedazos.

Nadie sabe si la culpa fue de los muchachos de Google, que empezaron a jugar al futbolín en su horario de trabajo. O de los ciberpunks, que tenían nostalgia por cómo navegaban sin rumbo por la primera blogosfera, sin Facebook ni redes cerradas. O si los responsables fueron el caos coral de la Wikipedia, la inteligencia colectiva y el out sourcing que dejaba en manos de los clientes parte de la innovación de una marca. Tal vez, la conexión de todo con todo, Internet de las cosas y las redes sociales también pusieran su granito de arena píxel. Y el estallido de la crisis, claro, la ausencia de respuestas, el agotamiento de los planes de urbanismo… El mundo empezó a ser transversal, colateral, híbrido, imprevisible. Y una palabra comenzó a ser utilizada con especial incidencia en ámbitos muy diferentes: la serendipia.

La serendipia no aparece en el diccionario de la Real Academia Española. La serendipia, según la Wikipedia, “es un descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta”. Serendipia, en sentido amplio, es “la casualidad, coincidencia o accidente”. No es el descubrimiento en sí. Es el proceso. O la facilidad para meterse en ellos. La historia está llena de descubrimientos e invenciones nacidas por serendipia. Las notas pósit, el LSD, la viagra o algunas de las ideas de Einstein son fruto de la serendipia.

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Sin embargo, solo ahora se está hablando con insistencia de serendipia. ¿Por qué? En realidad, ‘serendipity’ es un neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754, a raíz de un cuento tradicional persa, Los tres príncipes de Serendip, en el que los protagonistas, unos príncipes de la isla de Serendip (la actual Ceilán), solucionaban problemas apoyados en el azar. Sin embargo, serendipity nunca fue un término muy usado hasta finales del siglo XX. Pero siempre estuvo ahí. La serendipia, por ejemplo, fue la piedra angular del movimiento situacionista de los años sesenta. La deriva, perderse en la ciudad, construir situaciones al margen de las rutinas. Todo en el situacionismo sabía/olía a serendipia. No es casualidad que en la era de internet, de las conexiones, la serendipia y el neosituacionismo estén llegando de la mano.

El urbanista estadounidense Mark Shepard, uno de los creadores de la aplicación móvil Serendipitor, es uno de los impulsores de este neosituacionismo móvil. La app no ayuda al usuario a encontrar una ruta o un producto para comprar. Incentiva la pérdida, la sorpresa. Nos traslada a la ciudad-novedad, a la urbe irrepetible, a una suma de detalles desconocidos. Serendipitor no es la única aplicación. La Dérive APP, por ejemplo, también incentiva la serendipia urbana.

El reciente Transcoding Situationism, Updating dérives around SI Manifesto, una remezcla colectiva del clásico Manifiesto Situacionista, realizada por Ethel Baraona y César Reyes de DPR-Barcelona, es un claro ejemplo del auge de la serendipia. El texto, que fue escrito en una residencia en el Think Space CFP, es un auténtico pelotazo de serendipia. Con pequeños textos de Marshall McLuhan, Julio Cortázar, Georges Perec o el Comité Invisible, este manifiesto ‘remix’ habla de improvisación colectiva, de colaboración, de relaciones personales.

“¿Qué es la situación? Es la realización de una ciudad mejor, construída por interacciones humanas y no por infraestructuras”. La ciudad como sorpresa. La ciudad como vínculos imprevistos. Un grito recorre el mundo, sí. Y se pega como insistente vaho a todos los espejos. No contrates a un guía profesional en Nepal: consigue uno aficionado que cree casualidades en Sherpandipity. Olvídate de los paseos turísticos prefabricados, confía en las rutas hackers de Login_Madrid para conocer la urbe sin un plan determinado. Pero la serendipia ha irrumpido en otro ámbito hasta ahora sagrado: la innovación empresarial. Mientras Silicon Valley sigue imponiendo sus agresivas condiciones a los emprendedores y apuesta por el clásico modelo de startups e incubadoras, otro modelo está naciendo. Y en este nuevo paradigma innovador la serendipia es el sistema nervioso. No es paisaje. Ni actitud. Impregna todo.

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Imagen de la muestra-taller ‘Serendipia, un laberinto abierto’ de Trànsit Projectes

El espacio de coworking Seats2Meet.com, que nació en la ciudad holandesa de Utrech, es uno de los responsables de este nuevo camino. En realidad, no es un espacio de coworking al uso. No cobra nada por el uso de sus instalaciones. Apenas incentiva la participación, el aprendizaje informal, la flexibilidad, los encuentros fortuitos. Y tienen un sistema —una plataforma web— para incentivar el intercambio de todo el capital social (las capacidades, el talento).

La única condición para frecuentarlo es compartir. Seats2Meet.com incentiva las conexiones, el sentimiento de pertenencia, la libertad. Y su rentabilidad llega por otros caminos: compartir procesos, ofrecer servicios. El investigador Sebastian Olma hace un buen análisis de este proceso de innovación asimétrica en su libro Serendipity Machine: “En el contexto de Seats2Meet.com, la serendipia significa una creciente posibilidad de encuentro que añadirá valor a la actividad emprendedora de una persona”. La innovación como serendipia. La innovación como sorpresa.

Tal vez, uno de los textos que mejor resume esta nueva ansia de serendipia sea La promesa de la desorganización, del sociólogo Antonio Lafuente. “Para innovar hay que desorganizar, desburocratizar, descentralizar o desjerarquizar”, escribe. Al final del texto, el pensador lanza ideas, versos, dardos; globos coloridos, caóticos, imprevisibles, que se pierden en el horizonte, desgobernandos por la brisa de la serendipia: “Situemos el objeto equidistante respecto a las ignorancias de cada uno de los participantes. Creemos un objeto frontera. Cuidemos que nadie se sienta preferentemente ubicado para comprenderlo mejor. Experimentemos la fuerza que mana de esta inestabilidad. Fomentemos la discrepancia sin cuartel. Hagamos explícitas las divergencias conceptuales. Señalemos el flujo inopinado de prejuicios. Luchemos contra el consenso funcional. Confrontemos el sesgo hacia la normalidad (…) Hagamos filosofía de garaje, practiquemos la cultura hacker, despleguemos la imaginación crítica, valoremos el aura de lo colateral, apreciemos el colorido de lo criollo. Hagamos diseño negro como se hace novela negra, o humanidades ficción como haríamos ciencia ficción”.

Este texto apareció en el número de abril de la revista Yorokobu

«La monarquía es propia de otra época»

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«La democracia española necesita una revisión completa, empezando por las instituciones que la conforman, el sistema electoral, los gobiernos, los partidos, el papel que se les da a las organizaciones representativas». Pocos políticos españoles se atreven a criticar de lleno el actual sistema democrático como el extremeño César Ramos. Diputado Autonómico en la Asamblea de Extremadura por el PSOE, César acaba de publicar el libro #DemocraciaHacker (Algón Editores). En él, César aborda en clave divulgativa los profundos cambios tecnológicos que están modificando todos los ámbitos de la sociedad.

De los espacios de co-working a procesos colaborativos (crowd sourcing, crowd funding), de plataformas abiertas (wikis) al software libre o mecanismos de participación política, César hace un repaso por el cambio de piel que está sufriendo la democracia occidental. Cada capítulo tiene un decálogo del ‘Político hacker’. César sugiere una alianza de colectivos, políticos e instituciones para cambiar el sistema totalmente. Esta entrevista se ha realizado por correo electrónico, completando la misma tras la primera tanda de respuestas.

¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre ética hacker y democracia?

Hace tiempo leí el libro de Pekka Himanen sobre la ética hacker, que va impregnando poco a poco toda la sociedad menos una parte: nuestro sistema democrático, un sistema que nació durante la revolución industrial. Se ha producido otra revolución hace veinte años, la de la sociedad de la información, que lo ha cambiado todo, menos nuestro sistema democrático. Lo que planteo en #DemocraciaHacker es una adaptación de nuestra democracia a la sociedad actual.

¿Cómo influyó el hecho de haber participado en política en una región como Extremadura, que implementó el programa Linex y migró hacia el software libre hace muchos años convirtiéndose en toda una referencia mundial?

Fue la inspiración para entender todos los ingredientes necesarios para componer Democracia Hacker. Me siento orgulloso de ser representante público en una región que entendió mucho antes que la mayoría el papel importantísimo que iban a jugar las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) en la nueva sociedad.

¿Qué dinámicas del proceso del software libre, de cómo se fragua su programación y de cómo se mejora su funcionamiento en comunidades abiertas, te llamaron la atención?

La colaboración y cómo el software libre aprovecha el talento existente en la sociedad de la mejor forma posible para generar conocimiento compartido.

Otros dos conceptos interesantes del software libre son el ‘prototipo’ (algo no definitivo, en contraposición a ‘modelo’) y el estado beta (inacabado). ¿Serían aplicables a la democracia?

Claro que sí, creo en que la política debe estar en beta permanente, porque siempre debe estar mejorándose y adaptándose a los cambios que se dan en la sociedad, algo que se produce cada día a más velocidad. De lo contrario, la política siempre estará desfasada y será incapaz de hacer frente a los retos que se planteen.

El libro tiene un claro carácter divulgativo, es accesible a todo el mundo. Hay una larga introducción a conceptos como software libre, crowd funding, coworking, wiki, crowdsourcing, ética hacker… Conceptos que no suelen ir asociados a la política. ¿Por qué consideras que es necesario aclarar esos conceptos para introducir la #democraciahacker?

Porque son conceptos conocidos a día de hoy solo por una parte de la sociedad, por lo que es necesario darlos a conocer a todo el público para que sea más sencillo entender las propuestas que se hacen para un nuevo sistema democrático.

El término hacker suele estar asociado en los medios de comunicación a algo negativo. Se confunde con cracker. Ni hablamos de los entornos políticos. ¿Por qué apostar por un juego de palabras tan inédito como #DemocraciaHacker?

Por ser rompedor y para que se asocie la política a una nueva ética que está basada en la pasión, en la generación de conocimiento compartido, en la colaboración… en todo lo que representa el concepto hacker. El estar en política por la pasión de cambiar las cosas y no por el estar por estar.

El subtítulo del libro es El poder de los ciudadanos. En el capítulo 4, El parlamento: plaza pública, formulas una pregunta: ¿Se imaginan un parlamento en el que los ciudadanos son sus protagonistas? ¿Cómo sería este parlamento?

Un parlamento en el que los ciudadanos son actores principales y no simples espectadores, donde no se les impide la entrada, donde se les permite opinar y proponer, un parlamento pensado para solucionar los problemas de los ciudadanos con su complicidad y la participación.

¿Tienes algún modelo de parlamento participativo en el mundo? ¿Existe ya la #DemocraciaHacker?

No conozco ningún ejemplo de parlamento que cumpla estas características, pero sí se van poniendo en marcha acciones encaminadas a ello. En Extremadura la Ley de Gobierno Abierto se elaboró de una forma distinta, con dinámicas parlamentarias distintas, donde los ciudadanos podían hacer sus aportaciones y preguntas en tiempo real a los comparecientes y a los miembros de la comisión. No había turnos preestablecidos y sí micrófonos abiertos y retransmisión en directo. El Presidente del Parlamento de Andalucía también ha propuesto cambios para que los ciudadanos puedan participar directamente en la vida parlamentaria.

En el mismo capítulo mencionas que las asambleas del 15M han tenido mayor seguimiento que las parlamentarias e insinúas que por ello habría que reformular la política. ¿Por qué el parlamento español, los representantes políticos, muestran tanta resistencia a un cambio que la mayoría de la sociedad pide a gritos?

Cualquier organización o institución es resistente al cambio por naturaleza y más si tenemos en cuenta que nuestra democracia tiene una concepción basada en los funcionamientos de la sociedad de hace más de dos siglos. Cambios tan profundos no son tan fáciles de llevarlos a la práctica, hace falta una gran labor de evangelización, que es una de las cosas que busca el libro; abrir un debate imprescindible.

En el libro, criticas el modelo de partido centralizado, de listas cerradas y financiación más o menos opaca, que impera en España. ¿Cómo sería el partido ideal?

No creo que exista el partido ideal, pero sí hay que caminar para adaptarlos a las nueva realidades. Un partido que haga cómplices y participes a la mayoría de sus miembros y a su público objetivo, un partido en el que todo el mundo se sienta a gusto y útil.

En el libro también se destaca la política que está surgiendo en otros espacios, distante de las instituciones. Sin embargo, parece que consideras la democracia representativa, sus espacios de diálogo y su marco jurídico como algo necesario. ¿Por qué algunos piensan que los partidos son las únicas formaciones sociales capacitadas para hacer política?

A día de hoy creo que los partidos siguen siendo imprescindibles para cualquier sistema democrático que nos planteemos, seguramente dentro de unos años podamos avanzar más a otro sistema en el que puedan no ser necesarios los partidos. Hagamos un ejercicio de imaginación y reflexiones si es posible un sistema democrático que funcione a día de hoy sin partidos…. yo creo que la respuesta será: no. Eso sí, los partidos tienen que cambiar mucho.

No estarías, según deduzco del libro, a favor de modificar la constitución en un proceso abierto. ¿El modelo de wikiconstitución cocinado en Islandia no te parece válido?

Al contrario creo que se podría hacer, es más pongo de ejemplo el proceso llevado a cabo en Islandia y hablo de leyes de código abierto, claro que estoy de acuerdo y creo que es posible.

Pero no te demuestras favorable al proceso constituyente que se abrió desde algunos colectivos vinculados al 15M…

Creo que el principal problema no son los políticos que tenemos, es el sistema que tenemos, no se ha adaptado a la nueva sociedad. Sí con un sistema constituyente sólo cambiamos a los políticos sin cambiar el sistema, no servirá de nada. El proceso de cambios lo tenemos que hacer entre todos.

¿Qué te parece el surgimiento de partidos red como el Partido X en España o el Partido de la Red en Argentina?

Creo que el error es relacionarlos tanto con la tecnología porque puede dar la sensación que la tecnología es un fin y no una herramienta que facilita las cosas. Yo creo en la tecnología como facilitador, pero no podemos plantear un sistema donde la tecnología sea el eje central.

Algunas personas critican al Partido X por no revelar sus caras. Creo que confunden privacidad con transparencia. El Partido X reivindica la no jerarquía y huye de lideratos personalistas, un comportamiento muy habitual en el software libre. ¿Qué opinas?

Creo que hay que tender a organizaciones menos jerárquicas y más en red, pero eso necesita un proceso de entrenamiento en la sociedad desde el sistema educativo pasando por todos los ámbitos, de lo contrario les será muy difícil convertirse en opción de mayoría.

En el software libre existe un mecanismo denominado meritocracia. Quien más conocimiento tiene y mejor hacer demuestra, más influyente es en la comunidad. ¿Cómo sería un sistema política basado en la meritocracia? ¿Sería viable?

Sería un sistema en la que a la hora de conformar una lista se tuviera en cuenta los méritos en el que que los ciudadanos tuvieran la posibilidad de detectar los méritos de cada uno y elegir al que crean más adecuado para la tarea que tienen que realizar. Para ello sería necesario un Gran Hermano entre candidatos, para que los electores pudieran comprobar cuales son las actitudes y aptitudes de cada uno en distintas situaciones.

¿El concepto de Gran Hermano no justamente lo contrario, una vigilancia más o menos centralizada?

Necesitamos un sistema que permita detectar y analizar las aptitudes y actitudes de nuestros representantes públicos, para elegir de esta forma a los mejores.

Hemos visto que la existencia de datos abiertos es insuficiente para garantizar una verdadera transparencia. El concepto de gobierno abierto va un poco más allá. La democracia en red sería el final del túnel distópico en el que andamos metidos… ¿Ves esta evolución posible en España?

Claro que lo creo posible, cada día se aprueban en nuestro país más leyes de transparencia y gobierno abierto, además de ponerse en marcha estrategias de gobierno abierto. Lo que no comparto es que la mayoría de ellas surgen ahora como un tratamiento contra la corrupción y la desafección ciudadana. Debían surgir por un convencimiento real y como una vacuna.

La prometida Ley de Transparencia del Partido Popular todavía no se ha aprobado. ¿Te parece suficiente?

El borrador registrado es muy insuficiente, pero creo que la presión ciudadana y los partidos de la oposición van a permitir que quede una ley de transparencia medianamente decente.

¿Qué reformas urgentes ves necesarias en la democracia española?

Una revisión completa, empezando por las instituciones que la conforman, el sistema electoral, los gobiernos, los partidos, el papel que se les da a las organizaciones representativas… En definitiva un replanteamiento global.

¿Y hay lugar para la monarquía en la nueva sociedad red?

Creo que la monarquía es propia de otra época, por lo que en la revisión que propongo también entra la Monarquía, pero tenemos que hacerlo con el beneplácito de la mayoría de la ciudadanía.

Tiranos Temblad, el vídeo remix semanal que está agitando Uruguay

Capítulo 17 de Tiranos Temblad

Tiranos temblad. Resumen semanal de acontecimientos uruguayos. Bajo este extraño nombre se esconde una verdadera joyita de la era de la remezcla colectiva. Una prueba más de que la dirección de los mensajes – antes verticales y centralizados – adopta nuevos rumbos. Tiranos temblad es una pieza de vídeo que apenas dura unos minutos donde Agustín Ferrando, un profesional del medio audiovisual de 32 años, empezó a mezclar los vídeos se suben a You Tube en los que de una manera u otra Uruguay. El canal Tiranos Temblad, que nació a finales del año 2012, se ha convertido en una auténtica sensación.8.236 subscritos, 351.308 visitas y una etiqueta de Twitter (#TiranosTemblad), una nueva y dinámica plaza digital de diálogo. Cada semana, Agustín prepara un vídeo nuevo. Y ya van 18 entregas.

En Tiranos temblad cabe todo. Un perro que baila cumbia. Un encuentro de moteros.  Un popurri de músicos bizarros. Un vídeo político del pasado. Un programa extranjero que habla de Uruguay. Una boda. Músicos que tocan en un parque. Una manifestación. Todo sirve. La voz en off de Agustín Ferrando, siempre irónica, redondea una entrega audiovisual irónica, entrañable y ácida. Tiranos Temblad deja en evidencia el llamado formato broadcast, el modelo televisión donde un emisor llegar a múltiples receptores a través de un canal centralizado. Aunque You Tube es una plataforma bastante centralizada y no es mi modelo preferido, un detalle nos revela el cambio de paradigma. No es la descarga (download), el hecho de que cualquier usuario pueda descargar o ver en streaming un vídeo. La clave está en el upload, en que cualquier persona pueda subir contenido. La remezcla de la inteligencia colectiva, incentivada por You Tube desde que incluyó las licencias Creative Commons a mediados del año pasado y practicada por los usuarios desde la noche de los tiempos, hace el resto.

Cada minuto se suben a You Tube 60 horas. 3.600 horas cada hora. El día, en el planeta en red, tiene 86.400 horas. Las horas de todas las emisoras de televisión del planeta son un porcentaje mínimo del total. En nuestros días, las historias mínimas son historias máximas. El altavoz atronador del sistema es un murmullo, todavía audible, en un bosque de ecos. Los mensajes del poder, de las marcas, de los emisores clásicos, se diluyen en un océano. We, the media (Dan Gillmor) o la ‘autocomunicación de masas’ (Manuel Castells) ya no son nombres de libros o conceptos sociológicos. Son la columna vertebral del nuevo mundo. Cualquier puede gritar. Cualquiera puede amplificar o remezclar otros gritos. Tiranos Temblad es mucho más que el título de un programa de un remixer recontrauruguayo. Tiranos temblad es un grito global, bastardo y sexy. La banda sonora de la tragicomedia de nuestros tiempos.

No habría sabido de la existencia de ‘Tiranos Temblad’ sin haber leído el post Hay un sábado de común denominadores de SurSiendo.  Espectacular trabajo de SurSiendo, sin duda. Su blog, cocinado desde Chiapas (México),  ya es una referencia.