Entradas etiquetadas como ‘Raúl Arévalo’

Las mejores películas españolas de 2016

Listas de cine

Un monstruo viene a verme

( ‘Un monstruo viene a verme’ ©Universal )

Siempre habrá quien diga que no hay tanto donde elegir, pero al menos es interesante tratar de comprobar cual ha gustado más y hasta qué punto. Lo comentaba en un reciente post anterior, con motivo del anuncio de las nominaciones a los premios Goya, ha sido un año, el 2016, en el que han destacado los thrillers, como si algún colectivo secreto de cineastas se hubiera puesto de acuerdo para ponerse manos a la obra con las crónica negras y las tramas con predilección a la tensión y a la intriga.

Un puñado de buenas películas, aunque fuera de nuestras fronteras todavía sea el cine de Almodóvar el único que logra copar la principal atención de medios y potenciales espectadores. Y es que, entre el grupo de «selectos», se ha colado un debutante por el que antes seguramente nadie daría un céntimo, el actor Raúl Arévalo poniéndose tras las cámaras, o un más consolidado Juan Antonio Bayona con el desafío constante de repetir taquillazo con cada nueva película, o un ya igualmente reputado Alberto Rodríguez hurgando en la personalidad y las distintas aristas de uno de nuestros personajes más enigmáticos, el espía y vividor Francisco Paesa. Un biopic inusual que, de haber sido un personaje norteamericano, habría sido material de primera para un Oliver Stone en sus mejores momentos.

Pero, thrillers a parte, ha sido la comedia la que se ha hecho con la mayor parte del pastel de la taquilla. Kiki, el amor se hace, Cuerpo de élite, Villaviciosa de al lado o, de nuevo un thriller, Cien años de perdón, superando con creces el millón de espectadores, lo que no está nada mal.

En cuanto a la siguiente lista de «las mejores películas españolas», la clasificación es el resultado de las puntuaciones de los usuarios de IMDb y Filmaffinity. El espectador es el que ha dictado su voto a lo largo de todos estos meses y ha dejado este veredicto…

Lee el resto de la entrada »

Nominaciones a los Goya: una cosecha de buenos thrillers y favoritos

En primer plano

Un monstruo viene a verme

( ‘Un monstruo viene a verme’ ©Universal )

No ha habido especiales sorpresas entre las nominaciones a los Goya. La cantidad y variedad de películas que produce nuestra cinematografía al año tampoco da para desviarse demasiado de lo mejor y más representativo de la cosecha anual. Y las nominaciones reflejan lo que ha sido este 2016, un año en el que han destacado los thrillers. Buena factura, buenas historias y buenas interpretaciones, aunque no hayan sido acogidas en taquilla con igual pasión.

El hombre de las mil caras de Alberto Rodríguez, Tarde para la ira de Raúl Arévalo y Que Dios nos perdone de Rodrigo Sorogoyen se batirán en esa pugna por la mejor película con Julieta de Almodóvar y Un monstruo viene a verme de J.A. Bayona. No hay una clara favorita, pero si la propuesta de Bayona seguramente arrasará en las categorías técnicas (desde efectos especiales a montaje o sonido), los dos primeros títulos citados, El hombre de las mil caras y Tarde para la ira se perfilan como las dos principales candidatas  (también por número de nominaciones, 11 cada una, y 12 la de Un monstruo viene a verme) para adueñarse del cabezón emblema de los premios del cine español.

Lee el resto de la entrada »

Crítica: ‘La isla mínima, enfangándose en los lodos de la España más sórdida

La isla minima 2014

Palabras mayores. Comparaciones nada menos que con True Detective (para los mal pensados, matizar que La isla mínima ya estaba rodada cuando se emitió la serie), toda una referencia y clásico contemporáneo de la televisión. Saludada por buena parte de la crítica en Zinemaldi como un estupendo thriller, y el aval de tener tras las cámaras al sevillano Alberto Rodríguez que demostró su buen quehacer con Grupo 7. Así que, apetecía verla.

Bueno, sobre Grupo 7 decirles que confieso que cuando la vi no me enteraba de los diálogos. Sería porque los intérpretes no vocalizaban, porque el sonido estaba captado en directo, mi reproductor de DVD estaba esperando la jubilación… o no sé qué. La cuestión es que tuve que verla con ¡los subtítulos puestos! Afortunadamente, el sonido de La isla mínima es de muchísima mejor calidad. Y no es, de largo, la única mejora respecto al anterior largometraje de Rodríguez.

Un par de policías son enviados, como castigo, a investigar la desaparición de dos adolescentes. Dos muchachas con fama de “chicas fáciles” en una aislada aldea de las marismas del Guadalquivir. Las chicas no tardarán en aparecer asesinadas, con signos de haber sido torturadas y violadas antes de morir.

Estamos en septiembre de 1980, aún en los primeros años de la transición de la España franquista a la democrática. Por un lado con buena parte de sus viejas instituciones y caciques todavía en la sombra del poder, con la España profunda, cateta y subdesarrollada arraigada a sus secretos, costumbres y cerrado microcosmos, mezclando crucifijos con fotos de Franco y… ¡Hitler!; y por el otro, la España eufórica abierta al mundo, entregada a las nuevas libertades y licenciosas conductas obtenidas en su nueva condición de país libre y democrático.

La isla minimaArrastrándonos con su ritmo lento, pero necesario; con sus terrenos pantanosos, fango, lluvia, sol, las gentes de lugar, las miradas y silencios que dicen más que mil palabras o la fotografía (excelente) de Alex Catalán, incluso con la trepidante persecución nocturna a un Dyane 6 blanco como ejemplo de escena de acción, La isla mínima nos empapa y envuelve por completo en una atmósfera malsana. Y una vez vista se hace imposible pensar en una elección mejor que la de la pareja de policías formada por Javier Gutiérrez (el Sátur de Águila Roja) y Raúl Arévalo, actor asociado casi siempre a la comedia. Mención especial también a los secundarios Nerea Barros, Antonio de la Torre (como padres de las hermanas desaparecidas) y Jesús Castro en su doblete en la gran pantalla junto con El niño.

Alberto Rodríguez se equipara al nivel de la excepcional Memories of Murder, de Bong Joon-ho (Concha de Plata al mejor director en Zinemaldia 2003) y personalmente no recuerdo un thriller español que me marcara tanto desde La noche de los girasoles (2006).

Hacia el final me hizo pensar en La noche de los generales (The Night of the Generals, 1967), basada en la novela de Hans Hellmut Kirst, cuando el oficial nazi Grau, interpretado por Omar Sharif, investigando la muerte de una prostituta en la Varsovia ocupada de 1942 se preguntaba hasta qué punto es lícito preocuparse sólo de una muerte cuando la guerra y el Holocausto están causando millones de bajas. Un genocidio a nivel mundial, y un hombre preocupándose por una puta muerta. Algo de ello hay también en La isla mínima poniendo al personaje de Arévalo en la disyuntiva de pensar que es peor, si los atroces asesinatos de un psicópata en serie al margen de toda ley o la impunidad que ofrece la “oficialidad” de un Estado permitiendo a sus agentes torturar y matar impunemente. También en si puede haber nobleza en olvidar los actos más atroces que podamos haber cometido en un pasado.

A parte de las prematuras vidas sesgadas de La isla mínima, queda el drama y el dolor de una población condenada a vivir miserablemente, a sobrevivir y buscarse la vida por otros derroteros, con tráfico de droga o los trapicheos que sean. O la pesadilla de un presente sin futuro que hace desear a los jóvenes marcharse para encontrar fuera un destino mejor. ¿Han cambiado mucho las cosas en estos 34 años? No, aunque sean de otro modo y la crisis aún azotándonos. La isla mínima alcanza cotas notables en todo ello, y además con un sonido que se oye perfectamente. ¿Es la mejor película española del año? Para mí, sí. ¡No se la pierdan!

 Puntuación:

Icono 8