Encuadres
Billy Hayes tuvo dos ocurrencias, digamos, desafortunadas. Una le conduciría a la perdición, a conocer y vivir el horror en sus propias carnes. La segunda le aportó fama y gloria internacional, a la redención y a convertirse en un icono de la lucha contra las injusticias.
La historia de este norteamericano empezaba en octubre de 1970, cuando a los 23 años fue detenido en el aeropuerto de Estambul por posesión de drogas. Llevaba pegados al cuerpo dos kilos de hachís, que pretendía vender a sus amigos en Estados Unidos. Tres años y medio en una dura cárcel turca y a falta de pocos días para salir, el tribunal acabó dictaminando otra sentencia. Se agravó a contrabando y le cayó cadena perpetua (rebajada a 30 años). Hayes logró escapar mucho antes. Una vez en Norteamérica escribió un libro sobre sus experiencias a modo de catarsis, denuncia y también venganza, que poco después sería adaptado en la que fue una de las más conocidas películas de los 70, El expreso de medianoche (Midnight Express, 1978).