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Seis terroríficas películas, más una comedia, para este año

Habrá secuelas, remakes y reboots, naturalmente. La nueva versión de Poltergeist (estreno previsto el 31 de julio en los cines españoles); otro intento de seguir con la saga de casas encantadas, y recordando también éxitos de antaño, con Amityville: The Awakening (sin fecha de estreno prevista), ¡cómo no! una más de Paranormal Activity: The Ghost Dimension (que llegará el 23 de octubre a las salas estadounidenses) o Insidious: Capítulo 3 (5 de junio en EE.UU.).

Pero, al margen de secuelas y demás, destaca un puñado de propuestas que prometen dar su buena ración de sustos y entretenimiento a los aficionados al género de terror y fantástico. Repasemos algunas de las principales candidatas a convertirse en la sensación de la temporada.

 

31 de Rob Zombie

31 Rob Zombie

Todavía en rodaje, la nueva película del líder de la banda de metal White Zombie ha sido financiada mediante crowdfunding y, asegura Rob Zombie, será su obra más gore y alocada. 5 trabajadores de unas atracciones son secuestrados la noche antes de Halloween y llevados a un siniestro lugar llamado Murder World. Allí serán obligados a participar en un sangriento juego llamado 31 en el que disponen de 12 horas para sobrevivir a la cacería de unos psicópatas disfrazados de payasos. Fecha de estrenó aún por determinar.

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¿Malos tiempos para los vampiros?

Dracula Christopher Lee

A golpe de vista parece que los vampiros, esos seres de la imaginería popular tan terroríficos y pérfidos como seductores, dotados de colmillos para extraer la sangre con la que alimentarse de la yugular de sus víctimas (hecho anatómico que los diferencia de banqueros, políticos o usureros), están pasando por una mala racha en el cine. Si desde hace años hasta los auténticos reyes de la fiesta, la que ofrece el género de terror y fantástico, ¡son los zombis!. Lo que de verdad asusta, y gusta, son los no-muertos de cuerpos y rostros putrefactos que se alimentan de vísceras, en lugar de los más elegantes (por algo proceden de la aristocracia) y chics vampiros que incluso piden «permiso» antes de entrar en un hogar.

La recientemente estrenada entre nosotros Drácula, la leyenda jamás contada nos narra, haciendo honor a su título, la génesis del mito que es la del temible Vlad el Empalador en el siglo XV , príncipe del territorio de Valaquia, lo que hoy correspondería al sur de Rumania. Se cuenta que se deshacía de enemigos (preferentemente los invasores húngaros y turcos otomanos), y otros traidores y criminales recurriendo a su tortura preferida, la del empalamiento sin anestesia, es decir, penetrando a la víctima con un palo de más de 3 metros, fuera por el ano, un costado o la boca; y luego levantarlo hasta que la persona muriese lenta y dolorosamente. Después vendría la novela del irlandés Bram Stoker.

Pero la película, que tiene a Luke Evans como protagonista, efectivamente la cuenta como «jamás nadie la haría» o lo habría hecho hasta ahora, un mero entretenimiento con alguna buena secuencia, prefiriendo dejar de lado la vertiente más realista de la historia para abrazar lo que más mola en el cine de hoy en día, la acción más cercana a la de los personajes de superhéroe. Los más puristas, y los que no tanto, se han llevado las manos a la cabeza.

Crepusculo - Eclipse

La saga ‘Crepúsculo’

Para más inri está la popularización que ha tenido la saga, primero literaria luego cinematográfica, de Crepúsculo convirtiendo a vampiros y hombres lobo en los vértices de una relación amorosa triangular con una chica humana como objeto de sus deseos. Una fácil historia de amor, por momentos de los más edulcorada, dirigida a millones de adolescentes, y erigiendo a Edward Cullen (Robert Pattinson) en el atractivo e irresistible nuevo icono de «príncipe azul» para un montón de jovencitas. Todo el potencial erótico-sexual y turbador del vampiro hecho añicos en 4 películas.

El cine mainstream no está haciendo nada bueno en beneficio de la imagen de nuestros queridos vampiros. Donde antes había transgresión, horror y fascinación, ahora es un mero objeto de consumo light y banal, sin sustancia. De la ingenuidad de esos espectadores pioneros de a inicios de los años 30 que se horrorizaron con el teatral Conde Drácula interpretado por Bela Lugosi en el filme de Tod Browning, hemos pasado a la ingenuidad de millones de jóvenes que pensarán que Cullen o el Vlad de Drácula, la leyenda jamás contada es el nuevo hombre de sus sueños o un aguerrido superhéroe.

En su particular y larga historia cinematográfica, están los clásicos de referencia como el Nosferatu de Murnau, los dráculas interpretados por Christopher Lee para la productora Hammer, Frank Langella en la producción de 1979 o el de Coppola en los años 90; y maestros como Dreyer, Polanski, Neil JordanJohn Carpenter (el gran director de la Hammer en la materia fue Terence Fisher ) que han dado su visión del tema.

Las vampiras

‘Las vampiras’ de Jesús Franco

Otros cineastas con muchísimo menos talento (por no decir nulo), aunque con voluntad de convulsionar y transgredir los límites de la censura, se acercaron al mito de una manera más primaria, sin escatimar nada a sus audiencias, al contrario, potenciando al máximo los componentes explícitos de sangre y sexo de sus lujuriosos anfitriones. Eran los tiempos de a finales de los años 60 e inicios de los 70 con el español Jess Franco y el francés Jean Rollin, mostrando a sus seductoras vampiras vestidas (es un decir) con finísimos camisones, transparencias o sugerentes capas. Era el vampiro o vampiresa erótico-festiva.

Sin embargo, no todo está perdido en los últimos años para Drácula. La pequeña pantalla ha dado la serie True Blood. Ya en cines, los hermanos Michael y Peter Spierig intentaron darle una actualización al mito enmarcándolo en un contexto de ciencia-ficción, en esa búsqueda (también mítica) por parte de los vampiros para hacerse con el control de la luz del día; pero su escasa resonancia comercial y crítica lo dejó en eso, en intento y sin más secuelas (que, sin duda, esperaba hacer). Hay que acudir al cine menos blockbuster para toparse con las maravillas que sigue dando el subgénero, el surcoreano Park Chan-wook elevaba bastante más el listón (aunque se le iba algo la mano con el metraje) con la muy recomendable Thirst y en la que convertía en vampiro nada menos que a un servidor de Dios.

La gran obra maestra de este siglo XXI la firmó el sueco Tomas Alfredson con Déjame entrar (Låt den rätte komma in, 2008), conduciendo el mito hasta los confines de ese lugar cálido e idealizado como inocente que es nuestra más tierna infancia, lugar en el que además se gestan nuestros sueños y pesadillas. Hubo remake norteamericano, que aunque gustó mucho entre algunos aficionados al género, por mi parte prefiero mejor obviarlo.

Lo que hacemos en las sombras

‘Lo que hacemos en las sombras’

El inclasificable Jim Jarmusch también ha dado muestras de vitalidad y originalidad con Sólo los amantes sobreviven (Only Lovers Left Alive, 2013), estrenada en nuestras salas este mismo año, al igual que Byzantium, el interesante regreso al tema vampírico de Neil Jordan y con protagonismo femenino. Su pareja, madre e hija en la ficción, estupendas Gemma Arterton y Saoirse Ronan, incorruptas al tiempo pese a sus más de 200 años de edad.

En el filme de Jarmusch, Tilda Swinton y Tom Hiddleston son los amantes inmortales; se tomaban un chupito de hemoglobina y caían en éxtasis. Por si fuera poco, cínicamente sus personajes se llaman «Adan» y «Eva». Jarmusch se puso muy culto, snob y pretencioso, pero hizo las delicias de buena parte del público y la crítica más exigente, ¡chapeau!, mientras reflexionaba sobre quiénes eran los auténticos monstruos horripilantes, si esas criaturillas conocidas como chupasangres o nosotros, los humanos normales que lo acabamos corrompiendo todo, sin saber apreciar ni custodiar lo suficiente nuestro legado de arte y cultura.

Mientras haya vida, aunque sea de ultratumba, hay esperanza. Aún existe otro as en la manga esperando a ver la luz… de los cines. Se trata de una genialidad divertidísima, tronchante, ingeniosa hasta decir basta. Repleta de detalles y gags desternillantes a cada minuto. Se titula Lo que hacemos en las sombras (What We Do in the Shadows), es neozelandesa, codirigida y protagonizada por Jemaine Clement y Taika Waititi y es un mockumentary, un falso documental sobre el día a día cotidiano de un grupo de amigos vampiros que comparte vivienda, y en la que también aparece por ahí una pandilla de hombres lobo. Ganó con justicia los Premios del Público en Toronto (en las sesiones de Midnight Madness), Sitges o la Semana de cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, y además cuenta con distribuidora (Festival films) para estrenarla aquí, se supone que a lo largo de 2015. Será una cita inexcusable para los fans.

( Foto cabecera: Christopher Lee caracterizado como el Conde Drácula )

 

9 de las películas imprescindibles vistas en el Festival de Sitges

Hace ya 2 días que se dio a conocer el Palmarés de la edición 47 del Festival de SitgesA estas alturas pocos deben de pensar en estas 9 jornadas de proyecciones (10 si se cuenta que el domingo se pasan diversas maratones con una selección de los largometrajes más destacados). Es la resaca cinéfila que deja el ver tanto en tan pocos días, el comer o dormir poco y a deshoras.

El director del certamen, Ángel Sala, destacó que este es un festival pensado y hecho para el gran público y que indagando entre los tuits de los espectadores, o valorando las reacciones del público en distintos pases, la sensación era que se podían encontrar al menos «30 o 40 películas buenas», de las que dejaban al espectador más que satisfecho. En una programación tan extensa como la de Sitges, con unos 200 largometrajes entre los que elegir, la verdad es que no siempre se encuentra un número tan alto de títulos que valgan la pena. En esta edición, totalmente de acuerdo. Una de las mejores.

La mejor película de la Sección Oficial Fantástica fue a parar a I Origins (Orígenes), del director norteamericano Mike Cahill, de culto entre una parte de los aficionados al fantástico por Otra Tierra (premio a la mejor actriz, Brit Marling, en Sitges 2011). Aquí coquetea con la ciencia-ficción y sobre todo con el romanticismo basándose en los estudios de un estudiante de biología que intenta demostrar que en el ojo almacenamos mucha más información de la que podríamos pensar. Una película moderna y de tono buenrollista que gustó muchísimo a un sector de la audiencia, pero también cuenta con otro más crítico que llega a considerar que sus premisas acaban desarrollándose de manera demasiado convencional, incluso blandas. En España tiene previsto estrenarse el 14 de noviembre.

En cuanto al resto de los premios, no se trata de discutir las decisiones del Jurado reunido para la ocasión, cada uno dispone de su particular lista de lo que más le ha gustado. Hay un montón de galardones y muy repartidos. Pueden consultar la lista completa en la misma  web del Festival.

Y entre lo más simpático, la oportunidad de ver al mítico Joe Dante, el director de Gremlins, paseándose con un muñeco Gizmo.

Personalmente, también ofrezco lo que podría ser lo mejor del festival. Mis premios. Una lista muy particular que no coincidirá con ninguna otra que cualquier crítico, acreditado al festival o espectador pudiera elaborar. Los gustos y las interpretaciones a cada película son propios, sólo que puede haber más o menos consenso o afinidad en unos y en otros.

En general, y a parte del buen nivel de la selección (en Sitges además de excesivas películas hay también un montón de secciones), si por algún género habría destacado este Sitges 2014 no sería por el terror, la ciencia-ficción, las temáticas oníricas o zombis, el cine más independiente o de autor, para mí habrían sobresalido las películas en tono de comedia o humor.

 

Mejor película vista en el festival:

Relatos salvajes

Relatos salvajes

Varias historias entrecruzadas en las que personas de lo más normal y corriente acaban desatando toda la mala leche que llevan acumulando. Dirigida por el argentino Damián Szifrón, esta coproducción hispano-argentina tiene un ritmo y unas interpretaciones arrolladoras. No estaba en la sección oficial fantástica a competición, pero a punto estuvo de hacerse con el premio del Público a juzgar por las ovaciones y risas que desató en sus proyecciones. Se estrena este mismo viernes 17.

 

Mejor película de la Sección Oficial Fantástica:

What We Do in the Shadows (Lo que hacemos en las sombras)

Lo que hacemos en las sombras

Desde Nueva Zelanda llega una de las películas más hilarantes en años, décadas… Un mockumentary (falso documental) sobre la vida cotidiana de un grupo de vampiros que comparten vivienda. Plagada de ingenio y humor se contempla siempre con una sonrisa que sólo desaparece para dejar paso a las carcajadas. Ganó el premio del público. Una película Sitges 100 %.

 

Película revelación:

It Follows

It Follows

Las palabras «terror» y «paranoia» adquieren una nueva dimensión con este thriller dirigido por David Robert Mitchell y protagonizado por una estupenda Maika Monroe (en Sitges hizo doblete con otro filme, The Guest). Una oscura mirada al paso de la niñez a la adolescencia, a los cambios fisiológicos y físicos que ello comporta, a los temores en torno al sexo…  No obtuvo ni un sólo premio en el Palmarés.

 

Mejor dirección:

Marjane Satrapi por The Voices

The-Voices

Seguramente la elección de la directora de origen  iraní sea mi apuesta más personal. Pero la autora de Persépolis o incluso en la inferior Pollo con ciruelas exhibe una gran imaginación, y colorido, gracias también a su talento como dibujante de cómics. Es capaz de tratar con un estilo y universo propios los temas más dolorosos y escabrosos con poesía y comedia. Aqui nos introduce en la mente de un esquizofrénico peligroso. No ganó ningún premio.

 

Mejor interpretación femenina:

Macarena Gómez por Musarañas

Musarañas-2014

En una edición muy reñida en el apartado de actrices, si sólo pudiera destacar a una esa seria, sin duda, la actriz cordobesa estupenda en la composición de un personaje totalmente perturbado, entre inquietante, dulce, amenazadora y digna de compasión. Una maravilla. Ni ella ni la película tuvieron galardón alguno en el palmarés final. Espero que tenga mejor suerte en los Goya.

 

Mejor interpretación masculina:

Lukas y Elias Schwarz por Goodnight Mommy

Goodnight Mommy 2014

Siempre hay la discusión cinéfila sobre hasta que punto un niño puede optar a premios de mejor interpretación. En cualquier caso, actuar o jugar es muy parecido y Lukas y Elias (que además en la película sus personajes se llaman igual),  son dos gemelos de 9 años. Su presencia ingenua e infantil contrasta con la determinación, frialdad y turbadora interpretación que realizan. Sospechan que su madre, después de una operación de cirugía estética, ya no es su madre y la media hora final es de las que marcan… y generan debate. Ganó 2 premios: Méliès d’Argent a la mejor producción europea del certamen y una Mención especial de la crítica.

 

Menciones especiales:

The World of Kanako

The-World-of-Kanako

El director de Confessions, Tetsuya Nakashima, relata una historia de mafiosos y padres que buscan a su hija. Podría ser fácilmente convencional si no fuera porque el japonés dinamita los conceptos de narración lineal, con continuos saltos temporales, construyendo un rompecabezas plagado de imágenes impactantes, con cambios de plano rápidos y bruscos. Estridente, excesiva, extrema. Si se entra en su propuesta, lo que puede costar una media hora, el resultado es brillante. Ganó el premio al mejor actor para Koji Yakusho.

 

Dead Snow 2: Red vs Dead (Zombis Nazis 2)

Dead-Snow-2

Sencillamente una cima en el género zombi tratado con humor. Si los referentes más claros son la británica Zombies Party (Shaun of the Dead), de Edgar Wright, o la norteamericana Bienvenidos a Zombieland, de Ruben Fleishcher, añadan a la lista esta segunda parte de Zombis nazis del noruego Tommy Wirkola, incluso superior a la primera y otra de esas películas que convierten los cines de Sitges en una auténtica fiesta para los aficionados.

 

 … Y película con la que me quedé con las ganas de ver:

The Tribe

The-Tribe

Ha sido la sensación en los festivales en que se ha proyectado, como Cannes, y en Metacritic las puntuaciones están por todo lo alto, un 98 sobre 100 en el momento de redactar estas líneas. El ucraniano Miroslav Slaboshpitsky ha creado una obra de más de dos horas sin diálogos, sólo mediante el lenguaje de los signos de los sordomudos de sus protagonistas. En Sitges se proyectó en una única sesión, ya en su tramo final, el sábado a las 18:30. Demasiado agotado por mi parte para una propuesta que requiere degustarla con atención, ánimo y predisposición.