Por qué Enrique Iglesias tiene los órganos cambiados de lado

No, no se trata de ninguna metáfora ni de un gancho periodístico: Enrique Iglesias, Enrique Miguel Iglesias Preysler, el mismo que viste (gorra) y calza (lo que sea que calce, que lo ignoro), el de la Experiencia Religiosa, tiene los órganos laterales cambiados de lado, como la imagen en un espejo de cualquiera de nosotros: el corazón a la derecha (insisto, sin metáforas), el hígado a la izquierda, etcétera. El hijo menor de Julio Iglesias e Isabel Preysler es un caso de situs inversus, una condición que aparece en una de cada 20.000 personas y que afecta a la lateralidad de la simetría corporal.

Enrique Iglesias, estudiando la simetría corporal durante un concierto en Australia. Imagen de Eva Rinaldi / Wikipedia.

Enrique Iglesias, documentando su simetría corporal durante un concierto en Australia. Imagen de Eva Rinaldi / Wikipedia.

El situs inversus es un fenómeno conocido desde antiguo, pero no así sus causas genéticas. Los estudios sugieren un panorama aún confuso: una herencia autosómica recesiva –es decir, ligada a un cromosoma no sexual y que debe recibirse de ambos progenitores para manifestarse–, pero también quizá vinculada al cromosoma sexual X.

Tradicionalmente, los casos en que un fenotipo –rasgo concreto– no mostraba una herencia claramente mendeliana –debida a un solo gen, dominante o recesivo– han sido complicados de estudiar. Hoy, con más de 100.000 genomas humanos secuenciados y con potentes herramientas bioinformáticas, los llamados estudios GWAS (siglas en inglés de Estudios de Asociación de Genoma Completo) permiten desentrañar fenotipos más complejos, como los que están gobernados por conjuntos de genes con diferentes contribuciones.

Así, con uno de esos estudios GWAS, es como la neurogenetista de la Universidad escocesa de St. Andrews Silvia Paracchini ha logrado relacionar el situs inversus con otra condición mucho más cotidiana, la zurdera. En realidad, el camino recorrido por esta científica es justo el opuesto. Sus investigaciones indagan en las bases genéticas de comportamientos y fenotipos cognitivos complejos como los implicados en la lectura y la escritura, en especial la dislexia. Una de sus líneas estudia los fundamentos genéticos de la zurdera como caso particular de la lateralidad cerebral.

La cuestión no es trivial. El 90% de los humanos son diestros, una proporción que mantiene una enorme constancia temporal y geográfica. Pero ¿por qué? Nuestras dos manos no están dotadas intrínsecamente de distintas capacidades mecánicas; ambas son iguales, salvo por su configuración simétrica. Pero es el cerebro el que las gobierna, el responsable de que utilicemos preferentemente y con mayor habilidad una de las dos. En los diestros, es el hemisferio izquierdo del cerebro el que domina el lenguaje. Desde el punto de vista evolutivo, sería un desperdicio duplicar los mecanismos cerebrales necesarios para manejar ambas manos con igual destreza, por lo que la preferencia tiene sentido.

Y sin embargo, durante mucho tiempo y en muchos lugares los zurdos han sido víctimas de una discriminación que nunca ha gozado de la visibilidad social de otros abusos. A los niños se les ataba la mano izquierda para obligarles a manejarse con la que era, para ellos, poco menos que inútil, lo que les provocaba dificultades de aprendizaje y trastornos como la dislexia o la tartamudez. No hay más que repasar en el diccionario las distintas acepciones de diestro y de siniestro para comprobar cómo el lenguaje arrastra una discriminación ancestral hacia los zurdos. Cuando alguien cuenta con un colaborador muy valioso, es su mano derecha. Cuando no damos una a derechas, es porque nos hemos levantado con el pie izquierdo. Lo derecho es lo justo, recto y correcto; lo izquierdo es lo torcido, perverso y desviado. En ciertas culturas, la mano izquierda se considera impura por utilizarse para la higiene corporal. Aún hoy, los zurdos deben fajarse con un mundo construido para los diestros, y en ocasiones ven recortadas sus posibilidades laborales cuando se trata de manejar máquinas diseñadas exclusivamente para la mano derecha.

Ha sido necesario que la genética comenzara a investigar las causas de la zurdera, y que la neurología descubriera sus rasgos distintivos en el cerebro, para que la sociedad aceptara que se trata de una condición fisiológica y no de un capricho. Hoy sabemos que los zurdos tienen el cuerpo calloso, el haz de fibras que conecta ambos hemisferios cerebrales, un 11% más grande que los diestros, lo que probablemente les facilita la comunicación entre ambas mitades. Pero aún seguimos sin conocer en profundidad en qué genes reside la zurdera (o para ser más exactos, en qué genes reside el 25% de la zurdera, que es el componente genético de esta condición según se desprende de los estudios con gemelos).

Esta fue la pregunta que se hizo Paracchini. Para responderla, reunió los datos de más de 3.000 genomas y analizó más de dos millones de variantes genéticas (llamadas SNP, o snips) en busca de las claves, y ha encontrado algunas: un gen llamado PCSK6, situado en el cromosoma 15 y que está implicado en el desarrollo de la asimetría corporal izquierda/derecha, parece estar implicado en la zurdera en individuos con dislexia. Partiendo de este resultado, la investigadora y su equipo han logrado identificar otras variantes genéticas que se asocian con la zurdera en la población general. La conclusión es que la zurdera está controlada en parte por un conjunto de varios genes.

Y así volvemos a Enrique Iglesias, porque algunos de esos genes, que tienen en común un papel en cómo se determina la lateralidad del organismo, también son responsables del situs inversus. «Basándonos en nuestros resultados, proponemos que los mismos mecanismos biológicos que están detrás del desarrollo de la asimetría izquierda/derecha en el cuerpo desempeñan un papel en la determinación de la zurdera», escribieron los investigadores en su estudio. En otras palabras, la rareza del cantante y la zurdera son manifestaciones diferentes de un mismo conjunto de genes que se activan durante el desarrollo embrionario para determinar qué cosas van a cada lado del cuerpo. Lo cual no implica que Enrique Iglesias sea zurdo; curiosamente, los situs inversus presentan la misma tasa de zurdera que la población general, un 10%; algo que los científicos atribuyen a posibles mecanismos de compensación durante el desarrollo que todavía son desconocidos. Algo tan llamativo como la asimetría del cuerpo aún esconde muchos secretos.

4 comentarios

  1. Dice ser manuel

    Nos queda la duda de si también es simétrico respecto del plano perpendicular al indicado…

    30 abril 2015 | 15:09

  2. Dice ser Hemos Visto

    Curiosa disertación sobre el situs inversus…
    De todas formas ya hay pruebas de ello, o simplemente como su fábula del micropene?

    http://hemosvisto.blogspot.com/2015/04/el-nino.html

    30 abril 2015 | 15:49

  3. Dice ser antonio larrosa

    En politica también hay los de izquierdas que son muy liantes, tanto como los de derechas si vamos al caso , en su forma de actuar son muy parecidos siempre piensan ¡To pa mi y los tontos utiles que me votarosn que se fastidien , son chusma, que no merecen ni el aire que respiran.

    Clica sobre mi nombre

    30 abril 2015 | 19:50

  4. Dice ser Sandra

    Ahora entiendo por qué tiene la polla en el culo.

    10 mayo 2015 | 23:43

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