El ébola apenas ha mutado en 40 años

¿Quién se acuerda ya del ébola? Sí, hombre, ese virus africano que mata y que hace poco menos de dos meses copaba telediarios casi monográficos. Como ya escribí el pasado 7 de octubre, cuando el caso de Teresa Romero estaba en fase de hongo atómico, el interés de los medios y del público decae hasta extinguirse con la misma rapidez con la que se inflamó hasta el paroxismo. Y lo de profeta no es lo mío; es evidente que funciona así.

Hoy el nombre del virus ha vuelto a asomar tímidamente a la actualidad, a propósito de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado a España libre de ébola. «No ha habido más casos desde que se confirmó la prueba negativa del virus del Ébola para la trabajadora de salud, por lo que hoy el brote ha terminado en España», dice la OMS en un comunicado. La cooperante de Médicos Sin Fronteras ingresada en el Hospital Carlos III después de pincharse con una aguja contaminada no parece haber contraído la enfermedad.

Partículas del virus del Ébola (en verde) sobre una célula infectada (azul). Imagen de NIAID / Wikipedia.

Partículas del virus del Ébola (en verde) sobre una célula infectada (azul). Imagen de NIAID / Wikipedia.

La mala noticia es que el brote prosigue en África. Según los últimos datos de la OMS, a fecha de 26 de noviembre se cuentan 15.935 casos y 5.689 muertes, con un incremento de 780 casos y 269 muertes desde la semana anterior. La epidemia se dio por concluida en la República Democrática del Congo el pasado 21 de noviembre, pero continúa estable en Guinea y Liberia, con un posible descenso en este último país. Preocupa más la situación en Sierra Leona, donde la epidemia aún puede estar aumentando, según la OMS.

En cuanto a las vacunas, las dos actualmente disponibles están en ensayos clínicos preliminares, y este mes deberían obtenerse los primeros resultados con vistas a lanzar pruebas a gran escala en África en enero de 2015. Si las inmunizaciones resultan eficaces, tendremos que agradecerlo al gobierno de Canadá y la compañía GlaxoSmithKline. Estas dos entidades impulsaron y mantuvieron estas investigaciones durante años cuando nadie había oído hablar del ébola, a diferencia de las políticas espasmódicas y oportunistas a las que estamos tan acostumbrados.

De confirmarse su eficacia, estas vacunas ayudarán a impedir la propagación explosiva del virus en el futuro, aunque esto también dependerá de la capacidad del ébola para encontrar una salida evolutiva del laberinto; es decir, para adaptarse mejor al hospedador casual humano. Durante el clímax del brote se habló de la posibilidad de que el ébola mutara hacia la transmisión aérea, algo que también comenté aquí dejando claro que era extremadamente improbable. De hecho, lo cierto es que el ébola ha mutado muy poco desde su debut conocido en el ser humano. Según el Centro para el Control de Enfermedades de EE. UU. (CDC), las muestras obtenidas en la presente epidemia son idénticas en un 97% a las del primer brote en 1976. Es decir, que en casi cuatro decenios el virus solo ha variado en un 3% de su genoma. «Los científicos que vigilan el virus no han encontrado pruebas que sugieran que el virus del Ébola pueda estar mutando para hacerse más contagioso o propagarse más fácilmente», concluye el CDC.

Este no parecía ser el caso cuando en agosto un amplio estudio internacional publicado en la revista Science afirmaba que el ébola estaba experimentando una rápida variación genética, «aproximadamente el doble en el brote de 2014 que entre brotes». El estudio, basado en los genomas completos de 81 muestras de ébola de la presente epidemia, preocupó a la comunidad científica al sugerir que el virus estaba adaptándose con rapidez al ser humano, lo que podía dificultar la consecución de una vacuna eficaz. Los autores advertían de que las mutaciones debían ser vigiladas de cara a su impacto en los diagnósticos, las vacunas y las terapias.

Pero ahora, otro estudio viene a contradecir estas conclusiones. Los investigadores de la Universidad de Texas en Austin (EE. UU.) Stephanie Spielman, Austin Meyer y Claus Wilke han vuelto a analizar los datos genómicos empleados por los autores del trabajo de Science y obtienen un mensaje muy diferente. «Las conclusiones [del estudio de Science] dejaron a los lectores, y de hecho a la propia comunidad científica, con la impresión de que el EBOV [virus del Ébola] está evolucionando deprisa y posiblemente adaptándose a los humanos», escriben los científicos. «En contraste, nosotros no encontramos ninguna prueba robusta en los genomas de EBOV disponibles del brote de 2014 que apoye esta interpretación», prosiguen. «Aunque está claro que las mutaciones están ocurriendo en el EBOV, los datos genómicos disponibles no muestran pruebas concretas de que el EBOV esté evolucionando particularmente rápido para ser un virus de ARN», concluyen los investigadores.

Los autores del nuevo estudio han comparado la variación del ébola con la de otro virus de ARN que sí evoluciona rápidamente, el de la gripe A H1N1 de la pandemia de 2009. El resultado de la comparación es que, en promedio, el virus de la gripe muta en un mes lo que el Ébola en los casi 40 años desde que se conoce. Según Spielman y sus colaboradores, las variaciones observadas entre las secuencias de las distintas muestras de ébola entran en el rango normal de variación en una población; para entendernos, del mismo modo que los humanos nos diferenciamos unos de otros sin que eso implique una evolución hacia ninguna dirección concreta. «Nuestros resultados subrayan cómo los aspectos técnicos sutiles de los métodos sofisticados de análisis evolutivo pueden resultar en afirmaciones malinterpretadas y altamente publicitadas sobre una crisis de salud pública abierta», escriben los científicos.

A todo lo anterior hay que hacer una salvedad, y es que el estudio de la Universidad de Texas aún no ha sido aceptado en una publicación científica; de momento se encuentra disponible en el servidor de prepublicaciones bioRxiv, lo que implica que aún no ha sido revisado y criticado por otros expertos. Los propios autores reconocen que sus conclusiones podrían variar a medida que sigan reuniéndose nuevas muestras del brote actual para comprobar su variabilidad.

5 comentarios

  1. Dice ser hellraiser666

    Esto es la prueba de que la vacuna existe pero no vera la luz hasta que por miedo los gobiernos paguen millonadas por ella. Millonadas de los contribuyentes claro esta.

    Y para ello, claro esta, se necesita que llegue a Europa y mate a unos cuantos como la farsa de la Gripe A y el dichoso Tamiflu reciclado que tanto valia para la gripe del cerdo, del pollo y del hipopotamo, a parte de traer el propio virus incluido.

    02 diciembre 2014 | 23:09

  2. Dice ser Rompecercas

    Este pasar de un extremo a otro, conclusiones que inexorablemente van a ser cambiadas por otras, hace que uno tome la ciencia como un proceso más gaseoso que sólido. Analicemos los argumentos y pruebas de unos y otros, pero el dogma debe quedar desterrado por sistema.

    03 diciembre 2014 | 00:09

  3. Javier Yanes

    Rompecercas,

    Incisivo, como siempre, así me gusta.

    El problema en este caso es que hay dos maneras distintas de analizar los mismos datos, una desde la filogenética pura y otra desde la genética de poblaciones. He mencionado el ejemplo de los humanos para tratar de que se entienda un poco mejor. Si tú coges una pequeña población de humanos y secuencias sus genomas, las diferencias te dirán que existe un cierto nivel de polimorfismos poblacionales, diferencias que son porque cada uno somos como somos. Pero imagina que una raza alienígena extremadamente longeva analizara nuestros genomas. Podrían interpretar que los humanos estamos sometidos a una presión selectiva por el agotamiento de los recursos de nuestro planeta, y que algunas de nuestras variaciones genéticas están experimentando una selección positiva debido a esto. Aquí se vería un proceso de evolución (lo de extremadamente longeva viene al caso porque la evolución de los virus es mucho más rápida que la nuestra). En resumen, harán falta más tiempo y más muestras para llegar a una conclusión definitiva, pero de momento los argumentos de Spielman et al son más convincentes.

    Un saludo,
    Javier Yanes

    03 diciembre 2014 | 10:04

  4. Dice ser rompecercas

    ¿Que es un conclusión definitiva? ¿muta mucho, muta poco? ¿por qué tomamos el modelo comparativo de la gripe? Si se establecen otros presupuestos, la velocidad de mutación puede ser algo muy relativo. ¿y si no se trata de un patrón constante de cambios, sino de escasos cambios bruscos? Me parece todo altamente complicado como para reducir la problemática a «muta mucho, muta poco»

    03 diciembre 2014 | 23:42

  5. Javier Yanes

    Rompecercas,

    Más allá del interés científico, lo que tiene relevancia práctica es si una vacuna como la VSV-ZEBOV ahora en pruebas servirá para inmunizar contra futuros brotes teniendo en cuenta que el virus continuará mutando en su reservorio natural, los murciélagos. El ejemplo de la gripe es el patrón en este caso porque cada año tienen que desarrollarse vacunas nuevas sobre las cepas recién surgidas.

    Un saludo,
    Javier Yanes

    04 diciembre 2014 | 12:26

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