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La Draga, el poblado neolítico que se ha conservado bajo el agua

Por Mar Gulis (CSIC)

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Excavaciones realizadas en el yacimiento de La Draga en 2014 / Dicat-CSIC

Como otros sucesos extraordinarios, el que os vamos a contar hoy ocurrió por casualidad. Corría el año 1990 y en Banyoles (Girona) el gran acontecimiento del momento era la construcción de la Villa Olímpica de esta localidad. Sin embargo, las obras quedaron eclipsadas por unos hechos que captaron la atención de sus habitantes. Al remover el terreno fueron apareciendo restos que databan de miles de años de antigüedad. Banyoles asistió así al descubrimiento de un poblado neolítico que además tenía una particularidad: una parte del mismo había permanecido casi intacta bajo las aguas del lago l’Estany.

Con una extensión de unos 10.000 m², el nuevo yacimiento lacustre fue bautizado como La Draga de Banyoles. El hallazgo suscitó el interés de la comunidad científica y desde entonces numerosas excavaciones, en las que han participado investigadores de la Institució Milà i Fontanals (CSIC), han ido aportando información sobre la vida de los hombres y mujeres que habitaron allí hace unos 7.000 años.

Quizá lo más extraordinario es que de la superficie total de La Draga unos 1.000 m² han permanecido bajo el agua. Precisamente la inmersión ha favorecido la conservación del patrimonio hallado. Los estratos arqueológicos han estado cubiertos permanentemente por el nivel freático y eso ha hecho posible que los materiales orgánicos se hayan mantenido hasta hoy. Por ejemplo, en el transcurso de las prospecciones han aparecido restos de madera que si hubieran estado en la superficie (y por tanto en contacto con el oxígeno), se habrían deteriorado. De hecho, La Draga es el único yacimiento neolítico de la Península Ibérica donde se han recuperado casi indemnes mangos de madera de diferentes herramientas como azadas y hoces. También se han documentado útiles elaborados con este material como arcos, jabalinas, y cucharas; así como fragmentos de vasos de madera, cestos y numerosos objetos de ornamento personal (un brazalete de mármol, cuentas de collar, colgantes, sortijas…). Además, como en otras comunidades neolíticas, en La Draga de Banyoles se usó la cerámica, de la que también se han hallado vestigios.

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Restos de joyería neolítica halladas en La Draga en 2014 / Dicat-CSIC

Pero el visitante encontrará más curiosidades en este lugar. Respecto a la vivienda, se han documentado restos de lo que debían ser cabañas construidas sobre postes, propias de zonas cercanas al agua. Junto a las evidencias de esos primitivos hogares, también existen elementos construidos en piedra que parecen fosas en las que probablemente se acumulaban desechos.

Más allá de los objetos concretos, toda la información atesorada nos dice que este poblado fue habitado por una de las primeras comunidades campesinas que se asentaron en el noreste de la Península Ibérica. Sus habitantes transformaron “el espacio circundante para desarrollar las prácticas agrícolas y ganaderas que posibilitarían su subsistencia”, según explican en la Institució Milà i Fontanals. Los hombres y mujeres allí asentados practicaban también la caza y posiblemente convivían con animales como vacas, cerdos, ovejas y cabras, así como tortugas, peces y patos que podían encontrar en el lago.

El pasado julio finalizó la última campaña de excavaciones en la draga. A medida que los investigadores hallan, clasifican y analizan nuevos materiales, pueden ir reconstruyendo la cotidianidad de esta sociedad neolítica: restos óseos de animales consumidos, fragmentos de molinos y otros instrumentos empleados en la preparación de alimentos, trozos de recipientes cerámicos… Cada hallazgo arroja más luz sobre los moradores de La Draga.

Lo que hace excepcional al yacimiento es su antigüedad, que lo sitúa entre los más remotos del Neolítico peninsular, el hecho de tratarse de un asentamiento al aire libre con una cierta continuidad de la ocupación y sus excelentes condiciones de conservación. Todo ello lo convierte en una joya arqueológica única en la Península Ibérica.

Si queréis visitar este poblado neolítico, en la web del Museo de Banyoles encontraréis toda la información.