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Atención a ‘Kalanchoe x houghtonii’, la planta híbrida que invade el litoral

Por Neus Nualart y Jordi López-Pujol (CSIC)*

El apasionante mundo de los híbridos siempre ha tenido un importante lugar en nuestro imaginario colectivo: hay híbridos entre animales y humanos, como las sirenas o los centauros; entre animales, como los grifos o las quimeras; o incluso entre animales y plantas, como el famoso “cordero vegetal de Tartaria”, que según se creía era una planta que producía ovejas a modo de frutos. A estos híbridos fantásticos generalmente se les asociaban propiedades sobrenaturales, en muchos casos debidas a la combinación de las características de los seres de los que provenían.

En el mundo real este proceso de hibridación puede darse de forma natural tanto en animales –el oso polar y el oso pardo han empezado a hibridar debido al cambio climático– como en vegetales –lo que es mucho más común dado su tipo de reproducción–. Pero la hibridación ha llegado mucho más allá gracias al ser humano y su propósito de conseguir organismos con características mejoradas con respecto a las especies parentales. ¿Quién no conoce el caso de la mula, espabilada y fuerte como la yegua y resistente y mansa como el burro? En el mundo vegetal los híbridos son tan habituales que muchos de ellos pasan desapercibidos y desconocemos su origen. De hecho, algunos de ellos constituyen alimentos que consumimos casi diariamente: los limones y las naranjas, las peras y las manzanas, el café o la patata.

Aparte de las plantas alimentarias, la producción de híbridos es de vital importancia en el mundo de la horticultura, puesto que la hibridación suele emplearse para conseguir plantas más vistosas, de crecimiento más rápido o con una mayor fertilidad. Estas características, sin embargo, pueden ocasionar a la larga importantes problemas si acaban ‘saltando la verja’ de los jardines, ya que algunas plantas de origen híbrido pueden presentar ventajas adaptativas frente a la flora local, desplazarla y convertirse en plantas invasoras. Y estos problemas pueden ser incluso más graves cuando las dos especies parentales son exóticas y ya de por sí cuentan con capacidad de desplazar la flora nativa.

Uno de estos casos, que tiene visos de convertirse en una auténtica catástrofe ecológica no solo en nuestro país sino en las zonas templadas costeras a lo largo y ancho del planeta es Kalanchoe × houghtonii. Es muy probable que los que vivís en la costa mediterránea o en Canarias la hayáis visto plantada en balcones y terrazas, pero también creciendo en tejados, canalones y en grietas de edificios y, cada vez más, penetrando dentro de la vegetación seminatural (bordes de carreteras, márgenes de caminos, descampados, roquedos y acantilados cerca de zonas habitadas) e incluso natural, ya que es capaz de introducirse en el bosque.

‘Kalanchoe × houghtonii’ escapado de cultivo, creciendo en la azotea de un edificio. / Jordi López-Pujol.

En todos los continentes, salvo la Antártida

Se trata de una planta muy vistosa, puesto que presenta abundantes flores rojas y hojas en cuyos márgenes produce pequeñas plántulas que cuando caen al suelo dan lugar a una nueva planta. Además, el patrón de manchas de las hojas le da un aspecto militar que augura su carácter invasor. Fue creada mediante el cruce artificial de dos especies oriundas de Madagascar por el famoso horticultor A. D. Houghton, quien en los años 30 del siglo pasado fecundó óvulos de Kalanchoe daigremontiana con polen de K. tubiflora en sus invernaderos de San Fernando (California). Con el tiempo, tanto el híbrido como sus parentales han ido escapándose de los invernaderos y jardines y hoy día los podemos encontrar en todos los continentes excepto en la Antártida. El híbrido, sin embargo, es el que presenta una mayor capacidad de invasión, que posiblemente pueda atribuirse al “vigor híbrido” que hemos mencionado implícitamente más arriba. En España, las primeras observaciones como planta escapada de cultivo son del año 1996, aunque este fenómeno ha empezado a ser verdaderamente común en nuestro entorno, principalmente durante la última década.

Hojas y plántulas

Izquierda: detalle de las hojas con su patrón de camuflaje característico (Ileana Herrera). Derecha: plántulas que se forman en el margen de las hojas, en gran parte responsables de la enorme capacidad de colonización de esta planta (Jordi López-Pujol).

En el Instituto Botánico de Barcelona, centro mixto del CSIC y el ayuntamiento de la ciudad, estamos estudiando los patrones de invasión de esta especie desde 2014, cuando empezamos a recopilar citas de su presencia, primero de España y luego de todo el mundo. Además, realizamos observaciones de campo para entender mejor su comportamiento e intentar entrever si esta especie seguirá ampliando su área de distribución y, por tanto, causando daños a nuestro entorno natural.

Gracias a una técnica que se denomina modelización del nicho ecológico podemos predecir que la especie, desgraciadamente, se seguirá expandiendo y podría colonizar grandes extensiones dentro de las áreas templadas y cálidas del planeta, como puede observarse en el mapa. En España, de momento solo está presente en el litoral mediterráneo (desde Gerona a Huelva) y Canarias, pero podría penetrar en zonas mucho más interiores, además de extenderse a la cornisa cantábrica, a gran parte de Galicia, a la depresión del Ebro e incluso a Madrid.

Mapa

Las zonas rojas representan las regiones potencialmente adecuadas para el establecimiento de ‘Kalanchoe × houghtonii’ con las condiciones climáticas actuales. Los puntos azules son las presencias conocidas del híbrido.

España constituye en la actualidad sin género de dudas uno de los focos de expansión de esta especie, en parte debido a su enorme semejanza morfológica con uno de sus parentales, K. daigremontiana. El híbrido se cultiva en multitud de balcones, terrazas y jardines privados en nuestro país, en gran medida porque se confunde con K. daigremontiana, a la que se atribuyen propiedades curativas casi mágicas y que han generado mucha controversia de la mano de uno de sus defensores más acérrimos, el terapeuta ilerdense Josep Pàmies.

Sea cual sea el motivo de la expansión de esta planta en nuestro país, es acuciante su inclusión en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, puesto que, a día de hoy y de acuerdo con nuestras observaciones y las de otros colegas, se trata de una de las plantas invasoras con un mayor potencial de expansión, especialmente en las zonas costeras. Esta especie forma poblaciones que pueden llegar a crear auténticas ‘alfombras’ monoespecíficas –con concentraciones de hasta 1000 plantas por metro cuadrado– que no dejan crecer a ninguna otra especie. Las poblaciones de las que hacemos un seguimiento, por otra parte, aumentan considerablemente de tamaño año tras año. En lugares especialmente favorables, como espacios abiertos o suelos rocosos, puede llegar a formar poblaciones que perfectamente alcanzan centenares de miles de individuos.

Alfombra híbrido

Izquierda: alfombra de ‘Kalanchoe × houghtonii’ (Jordi López-Pujol). Derecha: planta creciendo en una cornisa (Inés Fuentes).

Si quieres colaborar en el control de esta planta, por favor, abstente de cultivarla y no dudes en enviarnos una fotografía y la ubicación de los ejemplares escapados de cultivo que encuentres. Puedes hacerlo a las siguiente dirección: kalanchoeibb@gmail.com

 

* Neus Nualart y Jordi López-Pujol son investigadores en el Instituto Botánico de Barcelona (CSIC-Ayuntamiento de Barcelona).