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Una de libros científicos para la Feria de Madrid

Cada junio los libros acuden a una cita obligada en el Parque de El Retiro de Madrid. La ciencia también tiene hueco en este encuentro anual entre textos y lectores. La Editorial CSIC y Los Libros de la Catarata presentan las novedades de sus colecciones ¿Qué sabemos de? y Divulgación, ambas escritas por investigadores e investigadoras con el fin de acercar al gran público temas de actualidad científica de forma sencilla y amena. Este año los microbios que habitan en nuestro intestino, las algas como alimento, el olfato y la participación de las mujeres en la Primavera Árabe protagonizan algunos de los títulos que se presentarán en el pabellón de actividades culturales de la Feria del Libro.

El jueves 1 de junio a las 12:30 horas, la ciencia de lo diminuto aparece en escena. En pocos años la nanotecnología se ha incorporado a un ritmo frenético en múltiples ámbitos, pero, como toda tecnología, la capacidad de controlar el nanomundo también tiene su ‘lado oscuro’. Marta Bermejo y Pedro Serena intentan centrar el debate sobre las aplicaciones y los posibles daños que puede comportar esta actividad en Los riesgos de la nanotecnología.

Uno de los retos a los que se enfrenta la sociedad en el siglo XXI es el de ser capaz de alimentar a una creciente población mundial, y las algas –uno de los recursos marinos más abundantes y menos explotados- son una posibilidad para paliar este problema. Elena Ibáñez y Miguel Herrero describen en Las algas que comemos algunas de las características únicas que poseen estos organismos vivos para convertirse en la base de la alimentación del futuro.

¿Quién no ha pasado tardes enteras jugando al ajedrez? Su complejidad, su profundidad e incluso su belleza nos siguen atrayendo como el mejor de los retos. La inserción de las matemáticas en el estudio del juego ha supuesto una simbiosis perfecta que alimenta, por un lado, el avance hacia la partida de ajedrez perfecta y, por otro, el desarrollo de nuevas mejoras en campos como el de la programación informática o la inteligencia artificial. Razvan Iagar habla de este juego milenario en Matemáticas y ajedrez.

El proceso reproductivo tiene una importancia vital en cada una de sus fases. El libro La reproducción en la Prehistoria de la colección Divulgación busca contribuir a valorar este proceso social básico, que además es susceptible de regulación y control. Sus autores Assumpció Vila-Mitjà, Jordi Estévez, Francesca Lugli y Jordi Grau, sostienen que este proceso no se limita a lo biológico y, apoyándose en un ilustrativo recorrido fotográfico, transmiten que ha estado regulado por normas sociales que permitían garantizar la continuidad de las sociedades desde la Prehistoria.

 

 

Tardes de feria con ciencia

El lunes 5 de junio a las 18:00 horas, Carmen Peláez y Teresa Requena, autoras de La microbiota intestinal, explicarán la importancia de las bacterias que habitan en nuestro intestino y contribuyen a mantenernos saludables. La microbiota intestinal nos ayuda a digerir los alimentos, coopera con nuestro sistema inmune y optimiza el aprovechamiento energético de la dieta. Pero además, investigaciones recientes están tratando de descifrar en qué medida estos seres microscópicos también pueden afectar a nuestra actividad cerebral.

Por su parte, El olfato nos habla del más desconocido de nuestros cinco sentidos, a pesar de que es el más directo, el que más recuerdos evoca y el que más perdura en nuestra memoria. Sus autores Laura López-Mascaraque y José Ramón Alonso expondrán como el olfato puede ser una nueva herramienta diagnóstica para algunas enfermedades.

M. Valderrama presentará Los desiertos y la desertificación. En su texto, el investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas aclara las diferencias entre ambos términos, explicando qué es un desierto y qué no lo es, identifica las causas que lo originan y expone cómo se produce el proceso de degradación del territorio.

Cierra esta tarde de presentaciones La isla de Pascua, de la colección Divulgación. Escrito por Valentí Rull, la publicación sobre el lugar habitado más remoto del planeta responde a cuestiones como quiénes fueron los pobladores originarios de este lugar y con qué fin construyeron los moai, o cuándo y por qué desapareció esta civilización de la isla.

Las presentaciones se realizarán en el Pabellón Bankia de actividades culturales. Puedes consultar aquí la programación detallada. Además, los autores de las colecciones firmarán sus libros en las casetas de la Editorial CSIC (número 14) y de la editorial Los libros de la Catarata (número 149).

Ciencia en el Barrio: un proyecto para la igualdad de oportunidades

Por Mar Gulis (CSIC)

Según la última encuesta de Percepción social de la ciencia de la FECYT, cerca de un 5% de ciudadanas y ciudadanos participan en actividades de divulgación científica durante la Semana de la Ciencia y la Tecnología y hasta un 16% visita al menos una vez al año algún museo de ciencia. La mayoría de las participantes son personas que ya tienen un interés previo, muchas de ellas incluso son asiduas y otras constituyen lo que se conoce como público cautivo: alumnas y alumnos que asisten a actividades organizadas por sus centros escolares durante la jornada escolar. Incluso en estos casos, este público cautivo pertenece a institutos de secundaria habituales en las actividades que inundan cada año nuestras ciudades. La dificultad está en llegar a aquellas personas que no solo no acuden sino que ni siquiera conocen estas iniciativas.

‘Ciencia en el Barrio. Divulgación científica para el desarrollo social y la igualdad de oportunidades’ es un proyecto que busca cubrir esta laguna y facilitar el acceso a las actividades de divulgación científica a segmentos de la población que por sus características socioeconómicas hasta ahora no participaban de ellas. La iniciativa, puesta en marcha por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que cuenta con el apoyo económico de la FECYT, se está desarrollando en cinco distritos de Madrid: Puente de Vallecas, Hortaleza, Carabanchel, Villaverde y San Blas. En ellos, a través de la colaboración de seis Institutos de Educación Secundaria de la red pública, el CSIC ha organizado cerca de medio centenar de actividades sobre temas de actualidad científica con diferentes formatos: talleres experimentales, conferencias, clubes de lectura, exposiciones y visitas guiadas a centros de investigación punteros. En su fase piloto han participado más de un millar de estudiantes de 4º de la ESO, nivel en el que el alumnado aún no ha tenido que elegir de forma definitiva el itinerario docente con la clásica separación de letras y ciencias. El resto de alumnas y alumnos del centro, así como las comunidades educativa y vecinal, también pueden participar en algunas de las actividades.

Ciencia en el Barrio

Durante un año, las chicas y los chicos han tenido la oportunidad de hablar de tú a tú con el personal investigador y técnico del CSIC; desmontar mitos y estereotipos sobre la ciencia; hacer preguntas y experimentar con todos sus sentidos. Catas de chocolate, talleres de cocina macromolecular, charlas sobre las aplicaciones de la luz o sobre cómo se forman las ideas, son algunas de las actividades en las que han participado. También han dialogado con los autores en clubes de lectura sobre libros de temas tan diversos como los neandertales, los robots o la vida de Alan Turing.

Y han sabido aprovechar la oportunidad. Han preguntado y debatido hasta dejar pasar el tiempo del recreo y alargar las horas programadas inicialmente para las actividades.

En la nueva etapa del proyecto, que comenzará este próximo abril, el CSIC aumentará el número de institutos y estudiantes implicados y fomentará la participación de las vecinas y vecinos de los distritos. Una de las principales novedades será la organización de una feria de divulgación científica en la que un grupo de chicas y chicos explicarán a otros estudiantes, familiares y vecinos los experimentos desarrollados en sus aulas con la tutela del CSIC.  Esperemos que sea la primera de muchas ferias.

 

¿Qué son los fondos ‘buitre’?

S. MiretE. Outer.J. Mag.Por Juan Margalef Roig, Enrique Outerelo Domínguez y Salvador Miret Artés*

Los hedge funds, popularmente conocidos como fondos ‘buitre’, han acaparado titulares y espacio en los medios de comunicación españoles en los últimos tiempos. Probablemente, los casos más mencionados han sido el de la deuda argentina y el desembarco de estos fondos en el mercado inmobiliario de la Comunidad de Madrid.

Pero, ¿qué son exactamente los hedge funds? Lo primero que cabe decir es que son fondos de inversión que tienen una gestión muy dinámica y agresiva, asumiendo riesgos muy altos. Gestionan grandes cantidades de dinero que proceden de grandes fortunas, fondos de pensiones, de otros fondos de inversión y de pequeños ahorradores. Una de sus líneas de inversión son proyectos desarrollados por pequeñas empresas, con las que adquieren un compromiso de permanencia en el capital durante un cierto tiempo. Sin embargo, son más conocidos por comprar, en el mercado secundario, la deuda de países o corporaciones en crisis con grandes descuentos (hasta el 70%), para después litigar en los tribunales con el objetivo de cobrar la totalidad nominal de los activos que han comprado.

Corralito

La crisis argentina de 2001 no sólo llevó al ‘default’; también fue causante de un ‘coralito’ financiero que provocó el enfado de los pequeños ahorristas. / Barcex, CC-BY-SA, via Wikimedia Commons.

Este es el caso de la deuda argentina. En 2001, el país entró en suspensión de pagos (default) y comenzó a negociar con los tenedores de la deuda –que por aquel entonces era 102.000 millones de dólares– quitas y plazos más relajados para el pago. El 92,4% de estos tenedores aceptaron canjes del 70% (es decir, recibieron voluntariamente la devolución del dinero invertido con un descuento del 70 % del valor nominal de la deuda adquirida) y fechas de vencimiento de cinco años. Sin embargo, algunos bonistas y hedge funds liderados por NML Capital no aceptaron las nuevas condiciones y optaron por litigar. Estos hedge funds habían aprovechado el default para comprar, a un precio mucho más bajo de su valor nominal, deuda soberana argentina a tenedores con necesidad de recuperar rápidamente al menos una pequeña parte de su inversión. Aquí no entraremos a valorar la gestión de un país por los gobernantes de turno.

Catorce años después, en julio de 2015, el juez estadounidense Thomas P. Griesa decidió que todos los bienes del Gobierno argentino en los Estados Unidos podían ser considerados comerciales, con excepción de los militares y diplomáticos, dando vía libre así a que el patrimonio argentino pudiera ser embargado y subastado. De este modo, la sentencia permitió a NML Capital cobrar 832 millones de dólares por deuda argentina que en 2001 le había costado 48,7 millones de dólares. Recientemente, el nuevo gobierno argentino ha llegado a un principio de acuerdo con estos fondos ofreciéndoles un 75% de sus reclamaciones, con una quita mejor que la pactada con otros fondos menos poderosos.

Como ilustra el ejemplo, este tipo de operaciones son de alto riesgo y su resolución puede prolongarse durante varias décadas. Pero también implican ganarse el sobrenombre de ‘buitre’: si este carroñero se come la carne de animales muertos y ataca a presas debilitadas, los hedge funds sacan ventaja de la situación de tenedores de deuda, corporaciones y países en crisis.

Así, en 2013 estos fondos vieron una oportunidad en la crisis española. Ese año, varios de ellos entraron en el mercado inmobiliario de la Comunidad de Madrid a través de diferentes operaciones:

  • Compra de 1860 pisos de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid por 12,5 millones de euros.
  • Compra de 3000 pisos a la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid (IVIMA), por 200 millones de euros.
  • Compra de viviendas con inquilino. En este caso, al extinguirse el contrato con el antiguo propietario, las renovaciones tenían condiciones más duras que algunos inquilinos no pudieron afrontar.
  • Compra de créditos hipotecarios. Es decir, ante el temor de que los compradores de pisos no pudieran hacerse cargo del pago de sus hipotecas, los bancos decidieron traspasar éstas a los fondos buitre por un valor inferior al de la deuda nominal.

Los fondos apostaron a que el mercado inmobiliario frenaría su tendencia bajista y volvería a crecer; mientras que los vendedores pensaron que existía un alto riesgo de un impago masivo de hipotecas inmobiliarias que llevaría al mercado aún más a la baja. Al menos hasta el momento, podríamos decir que quienes acertaron fueron los primeros, puesto que, de 2013 a 2015, los precios de la vivienda subieron un 20%. De hecho, algunos piensan que los bancos habrían perdido menos dinero suavizando las condiciones de los hipotecados en lugar de vendiendo las hipotecas a los fondos buitre.

 

* Juan Margalef Roig y Salvador Miret Artés son investigadores del CSIC en el Instituto de Física Fundamental. Enrique Outerelo Domínguez es profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Los tres son autores de los cuatro volúmenes de la obra Probabilidad y Economía (Sanz y Torres).

Ositos ‘inmortales’ en la sierra de Madrid

Milnesium tardigradum

Imagen: Wikipedia

Por Mar Gulis

Han llegado a pisar incluso un plató de televisión por su capacidad de ‘resucitación’ y podrían inspirar una historia de terror a más de un guionista; sin embargo, los tardígrados, con un gran potencial para la investigación, todavía guardan muchos secretos para los científicos. Y no hay que irse muy lejos para toparse con ellos. En la Península Ibérica se han encontrado 131 especies distintas de tardígrados. De ellas, 48 se hallaron en la Sierra de Guadarrama, en Madrid. Pero, ¿qué son estos pequeños seres acuáticos de tamaño microscópico también conocidos con el tierno nombre de ‘ositos de agua’?

Tardígrado significa de paso lento. Su aspecto recuerda a un oso, son rechonchos y se mueven gateando sobre sus cuatro pares de patas acabadas en uñas afiladas. A diferencia de los osos, estos animales invertebrados son diminutos, miden entre 0,05mm y 2mm. Son capaces de vivir en cualquier entorno siempre que estén rodeados por una película, aunque sea mínima, de agua dulce o salada; y a cualquier altitud, desde el Himalaya hasta las fosas oceánicas; y latitud, desde ambos polos hasta el ecuador.

Tardígrado de la especie Echiniscus blumi hallado en la Sierra de Guadarrama / Noemí Guil

Nada se les resiste. En condiciones desfavorables, por ejemplo, por falta de agua o por congelación, entran en un estado de latencia denominado criptobiosis, que significa vida oculta. En este estado su metabolismo parece detenerse. Y así pueden sobrevivir durante años hasta que las condiciones les vuelven a ser favorables. Podrían sobrevivir a temperaturas extremas, en el vacío o a rayos X y ultravioleta 1.140 veces la dosis letal para los humanos. Pueden, incluso, sobrevivir en el espacio, resistiendo la ingravidez.

Su registro fósil aparece en el Cámbrico, con la explosión de filos animales (grupos de organismos) que hubo en ese período, siendo sus formas actuales muy parecidas a las de entonces. Sin embargo, pese a todo su potencial para la investigación y encontrarse en abundancia, los tardígrados, descubiertos a principios del siglo XVIII, han sido unos seres poco ‘queridos’ por la ciencia. Solo un puñado de investigadores los estudian en todo el mundo, y algunos de ellos habitan en el CSIC, en pleno estado de actividad… siempre que las condiciones no se vuelvan muy adversas.

 

Si quieres más ciencia para llevar sobre los tardígrados, visita la web de la investigadora del CSIC Noemí Guil: tardígrada.es

Una máquina del tiempo para viajar al pasado de Madrid

Puerta del Sol, a punto de terminar las obras de reforma. Febrero de 1862. A.Alonso Martínez. Colección Olmedilla (Madrid) .

Puerta del Sol, a punto de terminar las obras de reforma. Febrero de 1862. /A.Alonso Martínez. Colección Olmedilla (Madrid).

Dado que mañana se celebra el día de San Isidro en la capital, hoy os invitamos a subir en nuestra máquina del tiempo para sobrevolar Madrid. Para ello, contaremos con la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) de acceso abierto del geoportal de cartografía y demografía histórica HISDI-MAD, desarrollada por el Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. Entramos en www.idehistoricamadrid.org y despegamos.

Segunda mitad del siglo XIX. Muchas de las zonas que hoy consideramos céntricas en Madrid eran descampados. En 1860 la ciudad se abría al campo ya en Santa María de la Cabeza y Delicias y, a finales del siglo XIX, el Hospital del Niño Jesús, en Ibiza, Retiro (fundado en 1877), no tenía más que campo a su alrededor. Pero continuemos con nuestra máquina del tiempo parada en 1860. Nos acercamos al centro de la ciudad y algunas calles siguen siendo de tierra. Sobrevolamos la plaza del Sol en plena reforma (parece que las obras no son solo cosa del presente) y llegamos a la plaza de la Cibeles. ¿Dónde está la famosa fuente? En aquellos años esta diosa de la fertilidad no miraba la plaza desde el centro sino desde un lado, junto al Palacio de Buenavista, el actual Cuartel General del Ejército.

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Confluencia de la calle Alcalá y Plaza de la Cibeles, 1870./Portal Fuenterrebollo.

Avancemos unos años en nuestra máquina…1874, 1892…1900. En un rápido paseo, muchas cosas llaman nuestra atención de la capital de hace más de un siglo. Entre sus instalaciones deportivas, por ejemplo, destacan sobre todo la decena de enormes y equipados frontones para jugar a la pelota vasca o valenciana (¡!) y un hipódromo en las ‘afueras’ de Madrid, enfrente del recién construido Museo de Ciencias Naturales (CSIC), a la altura de lo que hoy es Nuevos Ministerios. También hay muchos lavaderos, espacios públicos en la actualidad inexistentes donde se encontraban decenas de mujeres cada día para lavar la ropa y, además… ¡el Madrid de comienzos del siglo XX está lleno de agua!

El frontón Beti Jai en 1900 y en la actualidad. //Fuente: urbanity.es y euskalkultura.com

El frontón Beti Jai en 1900 y en la actualidad. /Fuente: urbanity.es y euskalkultura.com

Aparte del conocido río Manzanares, la ciudad está sembrada de fuentes y acequias, recorrida por arroyos. Los arroyos Embajadores y Leganitos dan nombre a las calles actuales y en la zona de la Castellana, en concreto en la actual Plaza Emilio Castelar, hay una fuente natural. De ella nace un pequeño arroyo, que discurre por Recoletos y el Paseo del Prado, bordea la misma Estación de Atocha, tuerce hacia Méndez Álvaro y desemboca en otro arroyo, el Abroñigal, que corre por la hondonada que después sería aprovechada para construir la M-30.

Lavaderos de la Virgen del Puerto

Lavaderos de la Virgen del Puerto. Óleo de Joaquín Múñoz Morillejo (1917).

Una ciudad de agua que no contaba, no obstante, con una red sanitaria y de alcantarillado para gestionarla. De hecho, y según podemos comprobar en los mapas sociodemográficos en HISDI-MAD (perdón, en nuestra máquina del tiempo), a principios del siglo XX la tasa de mortalidad por fiebre tifoidea y diarrea estaba directa y lógicamente relacionada con la distribución y condiciones de la red de agua y alcantarillado de Madrid. Así, en Delicias, Gasómetro, San Isidro, Cuatro Caminos, Bellavista o Prosperidad morían más personas por estas causas que en el centro.

Arroyos de Madrid.

En este mapa de HISDI-MAD se visualizan los arroyos que recorrían Madrid en 1900.

Cambiando el periodo temporal en el visualizador sociodemográfico, en los años 20 se observa que deja de haber tantas muertes por dichas enfermedades porque mejoran estas infraestructuras fundamentales para la salud pública. Otro tanto se puede advertir con la tuberculosis. Barrios más densamente poblados, como Arganzuela o Moncloa, tienen una mayor mortalidad por tuberculosis que Retiro o el Barrio de Salamanca.

Hasta aquí nuestro recorrido de hoy. Si quieres bucear tú también en el pasado de esta ciudad, descubrir curiosidades y comparar épocas, entra en HISDI-MAD, dedica unos minutos a manejar ‘la máquina’, y viaja por los últimos 150 años de Madrid.

Tasa mortalidad diarrea

Tasa de mortalidad por diarrea en menores de dos años por barrios de Madrid entre 1904 y 1909. /HISDI-MAD.