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Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¡Empiezan dos semanas de actividades!

leni basconesPor Leni Bascones (CSIC)*

Solo una de cada cinco chicas de 15 años quiere dedicarse a profesiones técnicas, según datos de la OCDE. En España, esta media se sitúa en un 7%, algo que posteriormente se refleja en la elección de estudios universitarios. Las estadísticas revelan que, aunque las mujeres obtienen más del 50% de los títulos universitarios, su presencia en carreras como física o ingeniería no llega al 30%. Estas cifras no responden a la tardía incorporación de la mujer al mundo laboral. Por ejemplo, el porcentaje de mujeres en el área de Ciencia y Tecnologías Físicas en el CSIC, que se sitúa en torno al 20%, no ha variado en los últimos 15 años.

Cartel 11 febrero

Datos como estos explican que Naciones Unidas haya declarado el 11 de febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. El objetivo es lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas. En nuestro país, un grupo de investigadoras y comunicadoras científicas lanzamos hace unos meses la Iniciativa 11 de Febrero, un llamamiento para organizar actividades que se sumen a esta celebración y visibilicen el papel de la mujer en la ciencia. Numerosos colectivos e instituciones, entre los que se incluyen muchos centros del CSIC, han respondido a la convocatoria organizando más de 200 actividades en 40 provincias españolas y en algunas ciudades extranjeras que cuentan con una importante presencia de nuestra comunidad científica. 

Talleres, charlas, actuaciones, concursos, exposiciones, editatones de Wikipedia y mesas redondas, entre otras propuestas, nos acercarán a los grandes descubrimientos de científicas pioneras y a la ciencia que realizan las investigadoras de hoy, contada en muchos casos en primera persona. Así, desde hoy hasta el 19 de febrero las ciudades españolas van a llenarse de actividades en multitud de lugares: museos, centros culturales, universidades y centros de investigación, librerías, centros educativos, e incluso algunos bares. Dentro del CSIC, el Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid, entre otros, se sumarán a la celebración con diferentes charlas y talleres. El objetivo: dar a conocer la labor investigadora de las mujeres y ayudar a fomentar vocaciones entre las más jóvenes.

A pesar de que muchas científicas han estado involucradas en grandes descubrimientos, pocas personas podrían nombrar a una investigadora que no fuera Marie Curie. Niños y niñas tienen una imagen de los científicos prioritariamente masculina; las niñas no se ven a sí mismas como científicas; y las expectativas de los padres de que sus hijas se dediquen a la ciencia son mucho menores que para sus hijos varones.

La reducida presencia de la mujer en la ciencia en nuestro país responde a diferentes razones sociales que se suman y retroalimentan. La poca visibilidad de las científicas, la falta de roles femeninos y la existencia de estereotipos producen sesgos involuntarios en la evaluación de los méritos de las mujeres y poco interés en las ciencias por parte de las jóvenes. La Iniciativa 11 de Febrero pretende involucrar tanto al profesorado como al alumnado mediante presentaciones, videos, biografías y otros materiales que están disponibles online. Esperamos que todos estos recursos y actividades ayuden a fomentar las vocaciones y eliminar estereotipos.

Podéis consultar aquí las actividades que hay en vuestra provincia.

Más información en www.11defebrero.org, #DíaMujeryCiencia

 

 *Leni Bascones es física teórica de la materia condensada en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC). Investiga las propiedades de materiales cuánticos. Divulga sobre superconductividad.

Mujeres y ciencia: ¿un tiempo propicio?

Marta I. GonzálezPor Marta I. González (CSIC/Universidad de Oviedo)*

“¿Por qué tan pocas?”, se preguntaba la socióloga feminista Alice Rossi en 1965. En 2015, medio siglo después, los psicólogos Wendy Williams y Stephen Ceci  defendían que el presente es un “tiempo propicio” para que las mujeres se incorporen a la ciencia académica y anunciaban el fin del mito de la discriminación de las mujeres en este ámbito.

Williams y Ceci diseñaron un experimento en el que pedían a profesores universitarios que seleccionaran al mejor candidato para un puesto de investigación permanente de entre un conjunto de solicitantes de ambos sexos con los mismos méritos. Contra todo pronóstico, los evaluadores, tanto hombres como mujeres, parecieron preferir a las candidatas (con algunas diferencias dependiendo de las disciplinas). “Los esfuerzos por combatir el sexismo previamente generalizado en los procesos de contratación parecen haber surtido efecto”, declaran los autores, “nuestros resultados indican una atmósfera sorprendentemente favorable en nuestros días para las mujeres candidatas a puestos de trabajo en las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”. La desigualdad, sostienen, sigue manteniéndose porque las mujeres creen en el mito de la discriminación y muchas ni siquiera intentan entrar en la carrera científica, exiliándose a sí mismas del sistema.

montaje conferencias solvay

Asistentes a las conferencias Solvay de Física de 1927 (con una única mujer: Marie Curie) y 2011 (con solo dos mujeres: Lisa Randall y Eva Silverstein). / Wikipedia-CERN

Entre la preocupación de Rossi y el optimismo de Williams y Ceci hay cinco décadas en las que las mujeres han ido poco a poco ocupando las aulas, los laboratorios y los despachos. Las mujeres han aumentado su número como estudiantes e investigadoras; sin embargo su ritmo de acceso y ascenso en las carreras científicas continúa siendo más lento que el de los varones y está segregado por campos de conocimiento.

La búsqueda de las causas de las desigualdades entre mujeres y hombres en la ciencia es una cuestión esquiva. La discriminación en los procesos de selección y contratación ha generado en los últimos tiempos un buen número de investigaciones, preferentemente en forma de ‘experimentos’ que indagan el modo en el que preconcepciones de género se cuelan en decisiones que deberían atender únicamente a los méritos científicos de los candidatos. En esta literatura de ‘evaluación experimental’, los resultados y valoraciones de Williams y Ceci se oponen a las conclusiones mucho más pesimistas de trabajos como los de Wennerås y Wold (1997), Steinpreis, Anders y Ritzker (1999), Moss-Racussin et al. (2012) o Reuben, Sapienza y Zingales (2014). Todos ellos encontraron sesgos a favor de los hombres en diferentes procesos de selección experimentalmente diseñados.

La disparidad entre los resultados puede rastrearse en el diseño de los experimentos. Quizá el hecho de que los científicos y las científicas que evaluaron las solicitudes construidas para el experimento de Williams y Ceci pudieran inferir el objetivo de la investigación, o que todos los candidatos fueran presentados como excelentes, sean factores que hayan disparado el efecto de ’deseabilidad social‘ en sus elecciones. Cuanto más alejados estén los experimentos de las condiciones reales en las que se producen los procesos de selección, menos generalizables serán sus resultados.

diagrama tijera

Diagrama de tijera que muestra la evolución de hombres y mujeres en la carrera investigadora del CSIC en 2014. / CSIC

En cualquier caso, no se trata de ‘experimentos cruciales’ que permitan descubrir la causa definitiva de las diferencias que persisten entre hombres y mujeres en la ciencia. Las elecciones de las mujeres sobre sus vidas y sus profesiones, su contexto personal y familiar, las decisiones sobre contrataciones, promociones o publicaciones, las dinámicas sociales en las comunidades científicas… todos ellos son elementos interrelacionados que podemos aislar para comprender mejor, pero es preciso no perder de vista el modo en que se articulan y se refuerzan.

Puede que el trabajo de Williams y Ceci apunte a que estamos en un momento propicio para las mujeres en la ciencia, aunque quizá no por las razones que ellos aducen. La atmósfera es aparentemente favorable, desde luego: los científicos saben que el sexismo es políticamente incorrecto. Es preciso ahora que este clima favorable tenga frutos, tanto en las decisiones reales sobre contrataciones, como en todos los procesos y relaciones implicados en el éxito en las carreras científicas. Las mujeres han recorrido mucho camino en la ciencia en los últimos 50 años, pero es largo aún el que queda por recorrer.

Hoy, 11 de febrero, se celebra por primera vez el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, declarado así por Naciones Unidas con el fin de promover la participación plena y en condiciones de igualdad de las mujeres y las niñas en la educación, la capacitación, el empleo y los procesos de adopción de decisiones en la ciencia, y eliminar toda forma de discriminación contra la mujer. Puedes seguir la jornada a través de Twitter y las etiquetas #JuevesCientífica y #WomenInStem.

 

*Marta I. González es investigadora del CSIC. Actualmente trabaja como profesora de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Oviedo.