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¿Por qué los atunes recorren miles de kilómetros para reproducirse en el Mediterráneo?

Por María López, Anna Aguiló, Patricia Reglero y Daniel Ottmann*

Cada año, a partir del mes de abril, grandes bancos de atunes rojos del Atlántico (Thunnus thynnus) cruzan el Estrecho de Gibraltar en dirección hacia una de sus principales áreas de reproducción, el Mediterráneo occidental. Este gran depredador marino recorre miles de kilómetros desde el Atlántico Norte en busca de las condiciones perfectas para cumplir con el ciclo reproductivo, uno de los momentos más importantes en su vida.

Atún nadando en el mar. / candi…

El Mediterráneo occidental: buen lugar para comenzar la aventura de la vida

Los ejemplares adultos se toman muy en serio esta cuestión y no dejan nada al azar. El objetivo es que la fecundación se realice con éxito y sobreviva la mayor cantidad de peces posible. Los grupos de atunes en edad reproductiva que participan en esta migración son tan numerosos que pueden verse desde el aire.

Os preguntaréis el porqué de un viaje tan largo. No hay una única respuesta para esa pregunta. La más obvia es que buscan las condiciones óptimas para la reproducción. Los atunes rojos son muy exigentes y necesitan, en primer lugar, que el agua alcance los 20 grados centígrados de temperatura. Cuando esto ocurre, liberan en el agua millones de huevos y grandes nubes de esperma. La puesta se realiza a unos cinco metros de profundidad entre las dos y las cuatro de la madrugada. Parece ser que la razón por la que trasnochan es para evitar a los depredadores.

Huevos de atún rojo atlántico, ‘Thunnus thynnus’. / Fernando de la Gándara

Sin embargo, la calidez del agua no es suficiente para el éxito. Es necesario, además, que no falte el alimento a sus crías. Pero contra toda lógica, los atunes rojos eligen aguas muy pobres en nutrientes para criar. Investigadores e investigadoras del CSIC estamos intentando descifrar el motivo. Es posible que la ventaja sea que, al ser aguas pobres, acudan menos depredadores de las crías. Y sí se sabe que las crías, para compensar, practican el canibalismo y a menudo se comen las unas a las otras. Cuando llegan a un cierto tamaño dejan de hacerlo y a partir de entonces nadan siempre en grupo.

Además, hay otros factores que pueden ser importantes a la hora de decantarse por este lugar. Pueden influir la cercanía con las islas, o las corrientes que se crean como resultado de entrar en contacto las aguas más densas del Mediterráneo con las menos salinas del Atlántico.

Sólo dos de cada 30 millones de huevos fecundados llegan a la edad adulta

El atún rojo es un impresionante depredador marino y es un excelente y veloz nadador que puede alcanzar los 400 kilos de peso. Cuando alcanza la edad adulta hay pocos depredadores a los que deba temer…. Pero antes, en sus primeras fases de vida, el coloso es también presa.

Curiosamente, va a ser un pequeño invertebrado el que diezme considerablemente su población. Se trata de las éfiras: crías de medusa de entre 4 y 12 milímetros que se comen los huevos y las larvas de atún de hasta 5 mm. Las éfiras, que coinciden con las larvas de atún en los primeros 20 metros de la columna de agua, cazan a sus presas filtrando el agua. Sus sensores químicos le indican donde se encuentra la comida y van a por ella.

La estrategia reproductiva de los atunes parece haberse adaptado para evitar a uno de sus grandes depredadores: básicamente consiste en esquivar a las éfiras de medusa buscando las zonas donde no suelen estar. Mientras los atunes se quedan en el frente de aguas que llega del Atlántico, estas se sitúan en aguas residentes del Mediterráneo. Ocurre además que la medusa se reproduce antes que el atún. Su época de cría comienza en abril y alcanza el pico en mayo, mientras que el atún empieza a desovar a mediados de junio.

Hasta ahora se creía que el preciado atún rojo atlántico se reproducía solamente en el Mediterráneo y en el Golfo de México. Sin embargo, nuevos estudios han demostrado la existencia de una tercera zona en la costa noratlántica de Estados Unidos, y parece ser que incluso podría haber más zonas aún sin descubrir. Cada año, el personal investigador del Instituto Español de Oceanografía del CSIC realizamos una campaña oceanográfica para estudiar el estado de las poblaciones de atún en el Mediterráneo occidental y conocer más de este gran y veloz migrador.

* María López es periodista; Anna Aguiló, divulgadora; y Patricia Reglero y Daniel Ottmann, son investigadores del Instituto Oceanográfico del CSIC en las Illes Balears. Todos ellos, junto con la ilustradora Flavia Gargiulo, participan en el proyecto de divulgación Planet Tuna.

 

Govocitos, un software útil para controlar la sobrepesca

Por Mercè Fernández Via (CSIC)*

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El atún rojo es una de las especies en peligro como consecuencia de la sobrepesca / CSIC

¿Llegará a desaparecer el bacalao? ¿Hasta qué punto están en peligro el atún y el pez espada? Hace años que la comunidad científica alerta sobre la situación crítica de estos y otros muchos peces. La sobrepesca es la principal amenaza a su supervivencia y de ahí que haya restricciones a esta actividad. Por ejemplo, la Comisión Europea establece anualmente los totales admisibles de captura para las distintas especies comerciales. Pero ¿cómo se calculan las cifras permitidas? Fundamentalmente a partir de las proyecciones realizadas por los expertos, que estiman si las diferentes poblaciones de peces se mantienen en el tiempo o decrecen. Para ello analizan, entre otras cosas, la relación entre capturas, población de adultos existente y juveniles. Sin embargo, un factor que no siempre se tiene en cuenta es el potencial reproductivo, es decir, la capacidad de producir descendencia viable de la especie.

Hasta ahora, realizar este cálculo ha requerido análisis bastante laboriosos. Pero la situación puede cambiar con Govocitos, un software gratuito desarrollado por el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM, CSIC) que permite el cálculo automático de la fecundidad de los peces. El objetivo es mejorar la previsión y preservación de los recursos pesqueros con esta información.

El potencial reproductivo varía mucho entre individuos y especies. Por ejemplo, “una hembra de pez luna (Mola mola) puede llegar a poner 50 millones de huevos anuales, mientras que una hembra de gallo (Lepidorhombus boscii)  se queda en los 700.000”, explica Francisco Saborido, responsable de Ecología Pesquera del IIM. Las variaciones también se dan entre poblaciones de diferentes mares y caladeros. “Puede ocurrir que la anchoa del Cantábrico tenga un mayor potencial reproductivo que la del Mediterráneo”, añade el investigador.

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Captura de pantalla del programa Govocitos

Ante semejante diversidad, ¿cómo realiza los cálculos Govocitos? La aplicación, en la que también han colaborado las universidades de Vigo y de Santiago de Compostela, funciona con imágenes histológicas digitales de ovarios de peces. A través de algoritmos basados en la textura, color, forma, y tamaño de los ovocitos, el programa “analiza la imagen y detecta, clasifica, cuantifica y mide estas células en función de su estado de desarrollo”, cuenta la investigadora del IIM Rosario Domínguez. Finalizada esta operación, el software realiza automáticamente todos los cálculos matemáticos de extrapolación para ofrecer los datos de fecundidad.

Hasta ahora estas estimaciones se realizaban mediante un examen y conteo manual de los ovocitos hallados en el tejido ovárico de los ejemplares. La ventaja de Govocitos es que reduce a la mitad el tiempo necesario para el análisis.

De momento los investigadores lo han aplicado a pocas especies (faneca, merluza, pargo rayado y mictófidos), pero con una efectividad del 80%. Otro punto fuerte es que el software podría ser usado también por otros profesionales como médicos o ingenieros. “La estereología es una técnica muy utilizada en minería y medicina. Su objetivo es estimar el número o volumen ocupado por ciertas partículas dentro de un cuerpo, da igual que sean tumores dentro de un órgano, vetas de mineral dentro de una roca o poros de una estructura cerámica”, afirma Domínguez.

A través de la web de Govocitos, cualquier usuario puede acceder en abierto a esta aplicación.

 

 * Mercè Fernández Via trabaja en la Unidad de Comunicación de la Delegación del CSIC en Cataluña.