Archivo de agosto, 2018

¿Por qué somos racistas?

Por Margarita del Olmo (CSIC)*

Hace 20 años, la Unión Europea publicó un cómic titulado ¿Racista Yo? El cómic tenía el objetivo de “luchar contra la discriminación por razones de sexo, raza, origen étnico, religión y creencias, minusvalías, edad o tendencias sexuales”. Para conseguirlo, trataba de demostrarnos que la respuesta a esa pregunta es un rotundo “SÍ”, que todos discriminamos en alguna ocasión a otras personas, incluso aunque seamos víctimas de la discriminación en ocasiones.

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He dedicado muchos años de trabajo a contestar una pregunta parecida: ¿por qué somos racistas aunque no creamos serlo, incluso aunque no queramos serlo? Llegar a una respuesta me ha resultado muy complicado por dos razones fundamentales. En primer lugar, somos racistas porque nos hemos educado desde pequeños en una sociedad racista, y eso ha pasado sin darnos cuenta. Al mismo tiempo que hemos aprendido a comportarnos de esta manera, también nos han enseñado que ser racistas es algo ‘malo’. Así que hemos aprendido a ser racistas pero sin parecerlo, sin darnos cuenta de cómo, cuándo y por qué actuamos así. Parece que las personas racistas son solo aquellas que declaran querer serlo. Pero el racismo es un mecanismo social muy complicado, y para explicarlo siempre lo comparo con un iceberg. La parte visible del iceberg, la más pequeña, corresponde a las personas que no tienen ningún problema en reconocer que son racistas. El resto, los seres humanos que no queremos serlo, representamos la parte oculta del iceberg, la que no se ve desde la superficie.

La segunda razón por la que nos comportamos de manera racista es más complicada de explicar. En resumen, se trata de que a veces nos conviene porque sacamos beneficio inmediato de una situación concreta o en términos generales.

En una situación concreta utilizar un argumento racista en una discusión o en un conflicto es como jugar a las cartas con un as guardado en la manga que podemos sacar en el momento más efectivo. Es una forma de decirle a la otra persona: “no vales tanto, vales menos”, pero de una forma que le haga daño. Por ejemplo, cuando en una discusión se dice: “tú no eres de aquí, ¡vete a tu país!”, es negar a esa persona la pertenencia y la opinión. O en otra situación: “¿de dónde eres?”, “de aquí de Madrid”, “bueno sí pero y tus padres, ¿de dónde son?”… Esto significa que no consideramos ‘normal’ su color de piel o su manera de vestir o de hablar y, por lo tanto, pedir aclaración implica señalar la diferencia con lo que debería ser (pertenecer al mismo grupo que pertenece la persona que pregunta).

En términos más generales, un argumento racista esconde privilegios. Vivimos en una sociedad que atribuye las ventajas (dinero, poder, mejores condiciones de vida) a los méritos y al esfuerzo; a las oportunidades también, pero sobre todo al hecho de saber aprovecharlas. Pero eso implica pensar que todas las personas hemos nacido en las mismas condiciones y, si la vida se pudiera representar como una carrera, es como creer que partimos de la misma línea de salida. Sin embargo, esto no es así. El lugar en el que nacemos nos proporciona a algunas unos privilegios de partida y nos coloca en una posición que nos permite aprovechar las oportunidades con ventaja, como si hubiéramos nacido un poco adelantados con respecto a la salida de la carrera. Pero curiosamente, en vez de reconocerlo, lo que hacemos es ocultar los privilegios, de manera que nuestras ventajas puedan atribuirse al esfuerzo y al trabajo.

Portada del cómic ¿Racista yo? / Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo, 1998

Los argumentos racistas nos ayudan a esconder los privilegios de partida y desvían la atención hacia las personas que no salieron adelantadas, atribuyendo sus lugares más atrasados en esa carrera de la vida a determinadas características o carencias que ellas tienen. Les decimos, de manera que hasta ellas lo aceptan, que por ser mujer o por pertenecer a determinada religión o haber nacido en un lugar no tienen los mismos derechos, no pueden estar en igualdad de condiciones.

Los argumentos racistas son dolorosos, para las víctimas en primer lugar, porque suelen ser condiciones que no se pueden cambiar pero, sobre todo, porque las propias víctimas, que han crecido y se han educado en la sociedad racista, han aceptado que determinados colores de piel o género o lugar de nacimiento les excluyen de determinadas ventajas. Ocultamos los privilegios de partida porque queremos que atribuyan las ventajas al trabajo y al esfuerzo, y culpamos a las víctimas de sus desventajas haciéndoles responsables a ellas.

Si tuviéramos el convencimiento de que es necesario erradicar el racismo, deberíamos iniciar un proceso que nos ayude poco a poco a ser conscientes de cuáles son los privilegios que disfrutamos con respecto a otras personas y entender que son esos privilegios los que nos han permitido aprovechar las circunstancias, y no solo el esfuerzo y el trabajo como solemos pensar.

Y como no siempre somos verdugos, sino que en algunas ocasiones también somos víctimas, deberíamos aprovechar la sensibilidad que las víctimas tienen hacia la discriminación y el interés por combatirla, e incorporar esos aprendizajes para tener más cuidado en las ocasiones que actuamos como verdugos.

 

* Margarita del Olmo es investigadora en el Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del CSIC

Estas vacaciones llévate la ciencia en el móvil con las apps del CSIC

Por Mar Gulis (CSIC)

Reconocer árboles que encuentres en la naturaleza, poner a prueba tus conocimientos científicos en un juego de preguntas y respuestas o participar en la lucha contra mosquitos que transmiten enfermedades. Las apps del CSIC te proponen diferentes formas de acercarte a la ciencia, aprender e incluso colaborar con proyectos de investigación a través de tu móvil o tablet. Estos días de descanso, tiempo libre y paseos por la naturaleza ofrecen una excelente oportunidad para descubrirlas. Aquí te presentamos cinco de ellas:

ArbolappArbolapp CanariasArbolapp Canarias. El verano es una época muy propicia para visitar espacios naturales. Si en tus excursiones no logras identificar los árboles que encuentras a tu paso, estas dos aplicaciones, que en conjunto suman ya cerca de 750.000 usuarios y usuarias, te serán de gran ayuda. Con Arbolapp podrás reconocer los árboles silvestres –es decir, los que crecen de forma natural– de la península ibérica y las Islas Baleares; y con Arbolapp Canarias, los del archipiélago canario. Para ello, tienes a tu disposición dos sistemas de búsqueda (guiada y abierta) y fichas de todas las especies autóctonas y las no autóctonas que se asilvestran con más frecuencia en cada territorio. Arbolapp y Arbolapp Canarias cuentan además con numerosas fotografías e ilustraciones que facilitan su uso y, una vez descargadas, no necesitan conexión a internet, por lo que podrás utilizarlas en lugares a los que no llegan los datos a través de la red móvil.

Hi Score SciemceHi Score Science. ¿Cómo hacer más entretenidos los largos viajes o las horas de la siesta, cuando el calor no deja más opción que refugiarse a la sombra? Con esta aplicación puedes alternar las lecturas veraniegas, los crucigramas o los juegos de cartas poniendo a prueba tus conocimientos científicos. “¿Cómo se llama el cambio de estado sólido a líquido? ¿Cuál es el metal más ligero de la tabla periódica? ¿Cuál es el pH normal de la sangre?” Hi Score Science es un juego de preguntas y respuestas sobre química y materiales elaboradas por personal investigador del CSIC al que puedes jugar por tu cuenta o en compañía. Si además estudias ESO o Bachillerato, podrás participar en concursos proponiendo nuevas preguntas para que se incluyan en la aplicación.

polinizappPolinizapp. En los tiempos muertos veraniegos también puedes ponerte en la piel de insectos polinizadores como la abeja, el abejorro o la mosca, y aprender de paso sobre la polinización, un proceso vital para la biodiversidad vegetal de nuestro planeta y para nuestra propia supervivencia. En este juego de simulación tendrás que obtener polen y néctar de las flores para conseguir alimento y generar semillas en distintos escenarios (montaña, ciudad, cultivos, etc.). Además, deberás hacer frente a amenazas varias, como especies invasoras, predadores y pesticidas, que podrán debilitarte o incluso causar tu muerte.

Mosquito alert

Mosquito Alert. Este proyecto de ciencia ciudadana conecta a ciudadanía, comunidad científica y personal gestor en salud pública y medio ambiente para luchar contra la expansión del mosquito tigre y el mosquito de la fiebre amarilla, dos especies invasoras que son vectores de enfermedades como zika, dengue o chikungunya. Con la aplicación de Mosquito Alert podrás avisar y enviar fotos si en alguno de tus paseos veraniegos encuentras alguna de estas especies o sus lugares de cría, y también validar fotos de otros participantes o ponerte en contacto con los responsables del proyecto. Gracias a esta iniciativa, ya se han registrado más de 10.000 observaciones de mosquito tigre en España y se ha detectado por primera vez la presencia en España de un nuevo mosquito invasor de origen asiático.

NatusferaNatusfera. La ciencia ciudadana también inspira este proyecto, que invita a cualquier persona con un móvil a tomar fotografías, recoger datos y geolocalizar los seres vivos que encuentre a su paso. Los datos son compartidos en la web de Natusfera, validados por los responsables y colaboradores de la iniciativa y posteriormente serán incluidos en la base de datos GBIF, la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad, para que estén a disposición de toda la comunidad científica. En este proceso, si has subido una foto y no tienes claro de qué especie se trata, recibirás los comentarios y ayudas de otros participantes. Si te gusta observar y hacer fotos de otros seres vivos, no lo dudes: a partir de este verano puedes compartir tus imágenes con todo el mundo a través de Natusfera.

Todas estas aplicaciones, que pueden descargarse de forma completamente gratuita en Google Play y Apple Store, aúnan el rigor científico con un lenguaje sencillo y directo y son el fruto de la colaboración de centros del CSIC con otras entidades. En concreto, las cuatro primeras han recibido fondos de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, adscrita el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.