Todavía no vivimos en el Antropoceno

Por Valentí Rull  y Mar Gulis, CSIC*

A pesar de lo habitual y extendido de su uso, ‘Antropoceno’ es un término informal, es decir, pendiente de homologación científica. Los seres humanos hemos cambiado la configuración y el funcionamiento de la Tierra a escala global, de eso no hay duda. Pero, ¿existen suficientes diferencias geológicas para justificar que el Holoceno, la época en la que vivimos actualmente, ha terminado y hemos pasado a otra nueva? Actualmente solo podemos hablar del ‘Antropoceno’ como candidata a época geológica, ya que la comunidad científica, en concreto un grupo de trabajo de la Comisión Internacional de Estratigrafía (CIE), está en pleno estudio para añadir, o no, esta nueva época a la tabla cronoestratigráfica internacional. ¿Cómo se valida científicamente una época geológica? ¿Qué cuestiones hay que demostrar? Lo intentamos aclarar a continuación respondiendo a estas y otras preguntas:

Las primeras huellas geológicas de la influencia de las actividades humanas sobre la Tierra, ¿son globales y sincrónicas como requieren las normas estratigráficas vigentes? Son globales pero no sincrónicas. Las primeras evidencias de influencia humana sobre la Tierra como sistema son las correspondientes a la Revolución Neolítica, es decir, la deforestación general y el surgimiento y la expansión global de la agricultura y la ganadería. Estas evidencias ocurrieron en todos los continentes, pero en distintas fechas, desde más o menos 8.000 hasta 5.000 años antes del presente, por eso no se pueden utilizar para argumentar el cambio de época geológica.

¿Existen otras manifestaciones geológicas de la influencia humana sobre la Tierra que sean globales y sincrónicas? Sí, pero son mucho más recientes. Existen eventos cuya huella es muy clara, como son la revolución industrial (iniciada a finales del siglo XVIII) y las primeras pruebas nucleares, a mitad del siglo XX. Estos acontecimientos han dejado huellas globales y algunas de ellas sincrónicas en las rocas y sedimentos, como por ejemplo cenizas volantes producto de la quema de combustibles fósiles, aparición de contaminantes (fluorocarbonos, plástico) o incremento de elementos radiactivos como consecuencia de explosiones nucleares.

El incremento de elementos radiactivos (sobre todo isótopos de carbono y plutonio) debido a explosiones nucleares como la prueba con armas nucleares que se ve en la imagen son un ejemplo de la huella geológica humana sobre la Tierra.

¿Cuál es el estado actual de la formalización del ‘Antropoceno’ como la supuesta nueva época geológica en la que vivimos? Actualmente el Grupo de Trabajo del Antropoceno (GTA) perteneciente a la CIE, organismo encargado de definir la historia geológica de la Tierra, está elaborando la propuesta formal que entregará entre 2019 y 2020. Una vez ultimada, esta propuesta será sometida a votación por expertos y expertas de la CIE y tendrá que ratificarse por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas en un Congreso Geológico Mundial.

¿Cuáles son las principales críticas que se le hacen a la propuesta del ‘Antropoceno’? Las posiciones críticas se muestran incrédulas con respecto a la posibilidad de que el ‘Antropoceno’ logre adaptarse a las exigencias de la reglamentación estratigráfica. Algunos de los defensores de esta postura consideran que el concepto actual de ‘Antropoceno’ es más una cuestión política que científica y que no es competencia de la estratigrafía como ciencia, una rama de la geología.

¿Hace falta definir formalmente el ‘Antropoceno’ para cambiar de actitud con respecto a las relaciones de la humanidad con el sistema Tierra? Este es uno de los principales argumentos del GTA y sus seguidores, quienes están convencidos de que el ‘Antropoceno’, una vez formalizado, sería un instrumento muy valioso para ejercer la presión política necesaria de cara a cambiar nuestra relación con el planeta. Los críticos, sin embargo, creen que el impacto humano sobre la Tierra es algo suficientemente conocido y bien incorporado a la conciencia social, a nivel global, y el hecho de tener un ‘Antropoceno’ oficial no repercutiría en una mayor concienciación en este sentido.

Habrá que esperar hasta 2020, como mínimo, para saber si podemos quitarle las comillas simples a este término para referirnos a una nueva época oficial del tiempo geológico. Lo que sí parece cierto es que si no cambiamos de actitud con respecto a la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación, la acumulación de residuos, etc., la situación será insostenible a corto o medio plazo, independientemente de que el ‘Antropoceno’ sea aceptado como una nueva época geológica.

Valentí Rull es investigador en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del CSIC y autor del libro El Antropoceno (Editorial CSIC-Los Libros de la Catarata), de la colección ¿Qué sabemos de?.

3 comentarios

  1. Dice ser Fran

    ¿Inicio de la revolución industrial a finales del siglo XVII? ¿No estaría pensando el autor en finales de los 1700, y por ende el siglo XVIII? Porque a no ser que me hayan engañado en mis estudios de Bachillerato, no me cuadran las fechas,

    22 marzo 2018 | 13:20

  2. Dice ser Gonzalo Calvo Pérez

    El intento de apropiación de la terminología geológica, a la que se atribuye per se la cualidad de respetabilidad, es evidente, y tiene todo que ver con la corriente de ecofascismo que defiende afirmaciones pseudocientíficas como la del efecto invernadero carbónico o el calentamiento global antropogénico, y que esconde la agenda oculta político-económica neocolonial que pretende eternizar el inícuo e injusto impuesto de Kioto por emisiones de CO2, y forzar la mano a los científicos.
    Los geólogos, sin embargo, venimos denunciando que adoptar el término Antropoceno como subdivisión del Holoceno sería contrario al criterio ya establecido y consensuado, que es el de subdividir el Holoceno en 5 fases climáticas. El Holoceno, que abarca los últimos 11.650 años, y que empezó con el final del último período glacial, se subdivide en 5 cronozonas, basadas en fluctuaciones climáticas naturales:
    Preboreal (10.3–9 ka)
    Boreal (9–7.5 ka)
    Atlántico (7.5–5 ka)
    Subboreal (5–2.5 ka)
    Subatlántico (2.5 ka–presente)
    Estos últimos 11 milenios han sido divididos por los paleoantropólogos, siguiendo el criterio de la evolución de la tecnología humana, en Edades de Piedra, Bronce y Hierro. La edad del Hierro se subdivide a su vez en Hallstatt y La Tène. Los últimos 500 años ya se consideran Historia, siendo inapropiado usar un término geológico para la época industrial, iniciada hace sólo un par de siglos, o aún peor, para la época nuclear, desde hace sólo unos 70 años.

    22 marzo 2018 | 16:32

  3. Mar Gulis (CSIC)

    Gracias por tu comentario Fran. Ya está corregida la errata.

    23 marzo 2018 | 11:29

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