Tener exceso de peso casa muy mal con el sexo, con su disfrute y con la variedad de posturas que evitan caer en la monotonía.
Una amiga del blog cuenta que con el nuevo año quiere dejar atrás esa monotonía, para darle más lustre a sus relaciones sexuales, pero dice que está muy llenita y que sus carnes le impiden hacer según qué cosas, porque teme lastimar a su hombre.
«Hace tiempo que no podemos practicar a la sillita de la
reina y tampoco, el descansito del guerrero, porque me cuesta mucho
menearme con estas carnes. A mi hombre le excito
mucho así y no quiere que me desgrase, pues lo vuelve loco mi abundancia, pero yo me siento limitada para el goce porque no puedo moverme a mi antojo«.
Esto es lo que dice la pobre. Y no es un asunto baladí, cada vez son más los obesos que pasan por la consulta de médicos y especialistas debido a las dificultades sexuales.
En el caso concreto de los hombres, que son los que más pasan por consulta, los obesos suponen un 25% más de los afectados por disfunciones/problemas sexuales.
A medida que su peso aumenta, disminuye el deseo, la autoestima, el rendimiento y la satisfacción.
La forma física, en concreto, -la buena forma física- en el caso de los hombres, esta directamente relacionada con la calidad de su vida sexual.
Segun el sexólogo Gabriel Bernal, un hombre que posee buena forma física y practica ejercicio con regularidad, no solo mantiene relaciones sexuales, de forma más habitual e intensa, sino que la duración del coito aumenta notablemente.
Agustín Salcedo del INEF (Instituto Nacional de Educación Física) asegura que el ejercicio excita la libido y se puede utilizar como precalentamiento o aderezo del sexo.
El ejercicio eleva los niveles de testosterona, endormorfinas y la adrenalina, todo ello se traduce en un mayor número de erecciones y más calidad de las mismas.
Pues ya sabes, chica, desde hoy a hacer ejercicio y a bajar las carnes por mucho que le gusten a tu novio, que ya lo dicen otras amigas mías que trabajan en un hospital y ven muchos casos de estos.