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Barcelona, una de las seis ciudades más colaborativas del mundo

Relendo, la plataforma que permite el alquiler de productos entre personas que se encuentran en una misma zona, ha elaborado una infografía con las seis ciudades más colaborativas del mundo, que son Seúl, Bristol, San Francisco, Amsterdam, París y Barcelona.

Una serie de factores como son el  impacto de la tecnología, el desarrollo de dispositivos portátiles y una cultura y una ideología que han inculcado en la sociedad valores que fomentan ser más eficientes, han hecho, según Relendo, que los ciudadanos se unan para aprovechar mejor los recursos disponibles.

«Se les llama ciudades colaborativas porque establecen iniciativas públicas y privadas que favorecen la economía colaborativa, que otorgan más poder a las personas, que intentan terminar con las desigualdades sociales y que permiten mejorar la calidad de vida en ámbitos como la movilidad o el turismo, entre otros. Espacios de coworking,  grupos de consumo, coches compartidos y monedas complementarias son ejemplos de que compartir se está convirtiendo en la salida a los problemas urbanos».

Barcelona

Es la ciudad española con más proyectos relacionados con la economía colaborativa y está tomando la iniciativa como un agente de cambio ejemplar en el escenario europeo.

En Barcelona se desarrolla el sistema FabLab, formado por centros de formación e investigación que pretenden convertir ciudades como ésta en ciudades inteligentes.

La capital catalana se ha caracterizado por acoger numerosas iniciativas colaborativas. El año pasado fue la sede de Procomuns, centrado en la producción entre iguales y en propuestas de políticas públicas. El resultado fueron 122 proyectos municipales de economía colaborativa. Además, acogió la cuarta edición del OuiShare Fest.

Proyectos que también están creciendo  son los conocidos Pop-ups, tiendas y espacios temporales para negocios concretos. La gente alquila de manera puntual espacios para trabajo o reuniones.

Seúl

Sus más de diez millones de habitantes llevan varios años de ventaja en el arte de compartir recursos. En 2012, el Ayuntamiento de la capital puso en marcha el proyecto Seúl, la ciudad que comparte, para combatir el hiperconsumismo y fomentar la aparición de empresas colaborativas. Desde entonces, han nacido medio centenar de empresas que trabajan en diferentes sectores como el del alojamiento, el transporte o el reciclado. Además, otorga ayudas especiales a estas empresas y cuentan con una Escuela de arranque.

El Ayuntamiento incita a los ciudadanos a establecer «estanterías de acciones»:  préstamos de libros, bibliotecas de herramientas o probarse trajes en Open Closet, donde la gente dona la ropa que ya no utiliza y los demás pueden alquilar. ShareHub es la manera de conocer todo lo que se puede compartir en Seúl.

Bristol

Es la capital verde europea. Destacan el programa Food Cities Network, que crea mapas de producción ecológica en el perímetro urbano, el barrio-granja de St. Werbughs, la utopía práctica de la agricultura urbana, o Bristol Solar City, cuyo objetivo es instalar un gigavatio de potencia solar en los tejados y en la periferia de la ciudad de aquí al año 2020.  Por ahora el Ayuntamiento ya está colocando placas fotovoltaicas en los edificios públicos.

Otras iniciativas son  Make Sundays Special, un programa que los domingos convierte cada barrio en una fiesta levantando barreras al tráfico;  Sustrans, que persigue llevar la movilidad a los barrios más desfavorecidos y conseguir que en 2020 cuatro de cada cinco desplazamientos sean a pie, en bici o transporte público; o el Happy City Project, que pretende medir y mejorar la felicidad de los ciudadanos en las comunidades, escuelas, lugares de trabajo, hospitales y hasta en las prisiones. Hacen especial hincapié en educación y sostenibilidad.

Su mayor orgullo local es la libra de Bristol, una moneda social admitida en 750 negocios locales y respaldada por la Cámara de Comercio. Puede ser cambiada por libras esterlinas en varios puntos de la ciudad.

San Fracisco

San Francisco es la cuarta ciudad más poblada del estado de California, con una población de más de 800.000 habitantes.  Es el mayor centro de intercambio de la economía en los Estados Unidos. Esto se debe en gran medida a su proximidad a Sillicon Valley y a un gobierno activo ante la innovación.

Entre sus muchos proyectos, destaca el City Car Share, la mayor plataforma para compartir coche en América del Norte. También se han potenciado y ampliado programas para alquilar plazas de aparcamiento infrautilizadas en zonas muy pobladas con descuentos de hasta el 50%.

Su programa verde es el Urban Forest Map, que tiene el objetivo es crear un espacio colaborativo en el que monitorizar las zonas verdes de la ciudad y ver así su crecimiento e impacto ambiental. Hay otras iniciativas para aprovechar  la tierra y fomentar la agricultura en huertos urbanos.

En San Francisco surgieron, entre otras muchas plataformas colaborativas, Airbnb y Uber, referentes en economía colaborativa mundial.

Amsterdam

La economía del compartir llegó a Amsterdam, irrumpiendo en sectores como la salud, el transporte o los seguros. Gracias a la iniciativa ShareNL, Amsterdam ha sido elegida la primera Ciudad Sharing de Europa. ShareNL fue lanzado en 2013 para impulsar el consumo colaborativo y conseguir que los ciudadanos conocieran la economía del compartir.

Intercambio Ciudad es otra iniciativa que busca aprovechar las oportunidades  en las áreas de la sostenibilidad, cohesión social y economía. Uno de los proyectos más recientes surgidos en esta ciudad es la plataforma Comoodle, para alquilar salas en edificios municipales.

En Holanda hay 15.000 km de carril bici que cubren todo el país.

París

La ciudad que acogió el primer Ouishare Fest en 2012, se ha convertido en el epicentro del crowdfunding, del coworking, de la producción en código abierto, de los bancos de tiempo, de los coches compartidos, del foodsharing, del intercambio de casa entre particulares y de todo aquello que huela a economía colaborativa.  OuiShare está repartido actualmente entre más de 50 países, con cita obligada cada año.

Mucho antes de que se escuchara el término sharing economy, París fue la cuna de los jardines compartidos, precursores de la agricultura urbana.

Con proyectos como Reinventar París, la ciudad se ha colocado en el corazón de la innovación urbana del mundo y pretende ser la capital de las smart cities colaborativas.

Importantes  plataformas nacidas  en París son Bla Bla Car, el referente mundial del coche compartido, que nació en 2009, y La Colmena que dice sí, un fenómeno que pone en contacto directo a consumidores y productores y que existe ya en muchas ciudades españolas.

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