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De cómo vivir sin dinero o con muy poco

Unas navidades como en casa, pero lejos

Las temidas navidades están a la vuelta de la esquina, así que si eres de los que prefieren huir de la quema y viajar para saludar el nuevo año desde otras tierras, ya estarás planeando cómo hacerlo con un presupuesto bajo mínimos.

Como ya conté en otra entrada del blog, una solución económica es el intercambio de casa. Una forma de viajar que ha ido ganando popularidad en los últimos años y parece imparable. Al margen del ahorro evidente también es una forma de turismo sostenible que nos permite alejarnos de las aglomeraciones turísticas y además muy cómoda para familias con niños pequeños.

Carlos y Ana, una pareja de Barcelona, padres de dos niños han fundado happyhamlet.com, una comunidad de intercambios de casas. Ellos llevan ya 20 intercambios en Estados Unidos y en varios países de Europa.

Carlos y su hijo, durante una estancia en Dinamarca.

Carlos y su hijo, durante una estancia en Dinamarca.

«Como hacía tiempo que queríamos dar un giro a nuestras vidas decidimos  lanzar la web para poner en contacto a familias de todo el mundo que quieren intercambiar. Se llama http://happyhamlet.com, porque Hamlet en inglés significa aldea y ese espíritu acogedor de una pequeña comunidad es el que queremos para nuestra web, un grupo de familias que comparten su deseo de viajar y sentirse como en casa allá donde van».

«Lo más importante es perder el miedo», dice Ana. «La primera vez cuesta dar el paso, pero imagínate los beneficios: prácticamente es como tener una casa en cada país, en cada ciudad».

Aconsejan buscar la casa con tiempo  y buscar el intercambio con una familia que sea similar a la nuestra. «Si tienen niños de la misma edad encontraréis en su casa juguetes, bicicletas y eso es un gran plus para que los pequeños de la casa disfruten de las vacaciones».

También se deben acordar claramente los detalles: si el intercambio del coche entra en el acuerdo, las fechas exactas, quién entrega las llaves …

«Y cuidar mucho la comunicación con la otra familia, incluso cuando ya hemos cerrado el intercambio. Escribirles interesándonos por sus planes, ofrecernos para ayudarles con algún consejo sobre nuestra ciudad y nuestro barrio. Todo esto hace que esa familia sea cada vez un poquito más familiar y todo se convierta simplemente en intercambiar casa con unos amigos».

Carlos y Ana también nos recomiendan que si tenemos reticencias la primera vez podemos intercambiar con amigos de amigos o que contactemos con ellos para que nos ayuden personalmente en el primer intercambio.

 

1 comentario

  1. Dice ser Suso

    Es que las navidades para mí son fechas sacrosantas. Me encantan desde que era un enano. Si no paso Nochebuena con los míos en casa de mis padres, para mí no es Navidad ni es ná. Una sola vez en mi vida no pudo ser y todavía lo tengo bien adentro, no he podido olvidarlo. Qué noche más asquerosa y qué tristeza lejos de casa.
    Lo que no me importaría, es invitar a una familia similar a la mía -tengo juguetes y bicicletas, entre otros trastos-, a pasarlas en mi casa y hacerles de guía turística por el lugar, que aquí lo que sobran, son rincones para perderse.

    02 diciembre 2013 | 17:42

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