Veo España a través del Canal Internacional de su televisión, y me pongo en el lugar de los colombianos incautos que hayan decidido hacer lo mismo que yo y se hayan encontrado con la imagen de un país contradictorio y loco, que lo mismo hace alardes de alta cultura con la emisión de un documental buenísimo sobre el Quijote, o emite Redes un domingo a las 10 de la noche. O muestra al mundo entero lo listos que somos, que nos las sabemos todas y se lo demostramos a Jordi Hurtado en ‘Saber y Ganar‘. Ese gran clásico de la siesta española.

Esa misma televisión que podría hacer pensar en España como una reserva intelectual, es la que ameniza una plácida tarde colombiana con una entrega de Gente – un niño de Murcia de 100 kilos del que se hacen cargo las autoridades. Un señor que se ha cargado a toda su familia a tiros. Una yonqui a quien le han retirado la custodia de su hijo después de que lo llevara al hospital con el cráneo magullado…

[… momento en el que pienso que Gente – tanto la Muerta de la primera parte como la Viva de la segunda – es uno de los medios más poderosos que tiene el Gobierno para frenar ese ‘efecto llamada’ que tanto miedo le da a Acebes.

Si yo fuera un campesino pobre de cualquier parte del mundo que estuviera pensando en emigrar a España, descartaría la idea de inmediato si viera en la televisión un programa que muestra en su primera parte lo más granado de la España más negra, y en la segunda a la Duquesa de Alba, que ‘se encuentra estupendamente’, aunque sea incapaz de vocalizar…]

Veo TVE Internacional como experimento, y me encuentro con Los Morancos. Que a mí me horrorizan. Pero que, además, mi novio no entiende. Y no es que no entienda su humor, no, no. No entiende nada de lo que hablan. No sé si los programadores de TVEI son conscientes de eso, pero por si acaso ya se lo digo yo desde aquí: deberían subtitular Los Morancos para extranjeros.

Pero no sólo se muestran esas dos Españas – de las cuales sólamente una ha de helarme el corazón -, sino que también aparece la España moderna, la España más contemporánea de familias monoparentales y homoparentales. En un programa debate titulado ‘Padres en apuros‘ aparecen parejas de gays y lesbianas con hijos. Una mujer soltera que decidió inseminarse artificialmente para tener a su hija. Y todos hablan en el plató con absoluta naturalidad de su vida, de su elección de familia. Y aquí no pasa nada.

Veo desde Bogotá a España a través de su televisión pública de exportación. Y me pregunto quién soy yo. Qué es España. O qué pensará la gente que nos conozca a través de ese canal.