Se ha perdido el respeto por la figura del quinqui. Había una línea ahí que no se cruzaba para nada.
Yo en el barrio era muy popular porque yo era el único capaz de dar palmas andando p’atrás. Pero no un par de metros, no; kilómetros si hace falta.
Y esta tarde, MI SEMANA EN CUATRO PATADAS, esa mítica sección.