Por un lado, no creo que la televisión sea el medio adecuado para hablar de libros…

…pero por otro sí creo que podría hacerse un excelente programa televisivo sobre literatura.

Que no es Página 2, el programa de domingo que estrenó la segunda de la pública hace un par de semanas y que vi ayer por primera vez.

Supongo que para que un programa de libros nazca y sobreviva hay que plantearlo sin estupendeces, es decir, hay que rellenarlo de elementos que interesen a los telespectadores, al mayor número posible. Y para eso lo mejor – habrán pensado – es recurrir a «asuntos de moda»: autores superventas, enigmas esotéricos ocultos en cuadros, listas de los más vendidos y una reseña de alguna reciente adaptación cinematográfica de éxito. Y para los más jóvenes, un resultón reportaje sobre cómo publicar un primer libro.

No está mal pensado para un programa de televisión. Pero a mí no me gustó. No me gustó nada.

Página 2 es un flojito programa de libros, de la industria de los libros. Donde cuando un espectador pregunta cuál es la mejor obra de Coetzee no recibe la respuesta de un lector, de un escritor o de un crítico, sino la de una señora que trabaja para la editorial española que publica a Coetzee.

Un programa que anoche entrevistó a Javier Sierra, uno de esos autores de éxito cuya escritura no me interesa nada. Un tipo capaz de escribir:

En medio de uno de los veranos más rigurosos del siglo XVIII

Y que se dedicó a promocionar su última novela de misterio histórico frente a Las Meninas de Velázquez que contiene no sé qué clave astrológica. Baratero.

Sin embargo, es posible que tuviera mala suerte al elegir la semana para empezar a ver Página 2. En la web del programa leo que la que viene entrevistan a Fernando Trueba y a Antonio Orejudo. Así es que voy a verlo. Puede que me interese mucho más.

Aunque insisto: un programa sobre libros, con autores, novedades y entrevistas no me apetece. La televisión debería ser capaz de hacer un buen programa sobre literatura y vida, sobre gente que lee, sobre procesos, palabras, imágenes, mentiras y hasta chismes. Y arrasar. Yo tengo algunas ideas.