Me encanta, me encanta, me encanta.

Por fin alguien ha tenido la sensibilidad necesaria para entender cuánto odio los chistes prefabricados, las coletillas jocosas, las rimas recurrentes y ese humor zafio del que se alimentan los diálogos de «Escenas de matrimonio«, cuyos guiones – si uno lo piensa bien – están basados en esos azulejos tan de bar de mala muerte que contienen lamentables frases sobre la suegra, la mujer, el hábito de fiar o la afición al vino. Y cuyos fabricantes merecen el ejemplar castigo que mis dos nuevos héroes, Garrett y Brown, les inflingen en este estupendo vídeo:

Acabar con los chistes malos es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.

Ese es el eslogan de la campaña de Paramount Comedy para su Operación Chascarrillo, gracias a la cual vamos a poder denunciar a todos esos graciosetes irredentos que nos amenazan con sus mails colectivos que contienen puntopoderosos supuestamente divertidos, que tienen una respuesta imbécil para todo, cuentan chistes (o-d-i-o a la gente que cuenta chistes) o aguardan agazapados con una rima en ristre para asestárnosla en los oídos cuando decimos «cinco»:

Súperdiva de Garrett y Brown.