Un rato, hasta que me aburrí y me metí en la cama a leer para borrarme de la cabeza a Terelu, fajada en fucsia, y así evitar las pesadillas.

Arrasó anoche Mira quién baila. Uy, perdón, MQB se llama ahora, toma ya. 3.754.000 espectadores. Yo entre ellos. Aunque deserté pronto, al tercer baile. Por aburrimiento y por cobardía, la verdad. Ver el tinte de Ortega Cano en movimiento es algo para lo que no estoy preparado todavía.

Un exitazo. Que entiendo. Porque la nómina de famosos bailongos tiene su morbo, lo mismo que la transformación del jurado en una réplica gestmusical de aquellos sketches sonrojantes del Tienes talento -el Cadaval hetero parece sentirse cómodo en su registro de macho sevillano graciosete, una interesante revisión inversa del estereotipo de la mariquita graciosa: caspa a granel que despierta carcajadas, qué le vamos a hacer.

Miré quién bailaba. No creo que vaya a repetir. Me aburre ver a famosos bailar.

Otro gallo (cock) cantaría si la cosa tuviera el morbo de la promo de la nueva temporada de Anatomía de Grey para su estreno de mañana con Michael Phelps en escueto marcapaquete:

Un Mira quién nada con speedos diminutos. Eso sí sería triunfar…