Yo veía las promos y me entraban muchísimas ganas de ver el telefilme de Disney High School Musical, porque me encantan
1. los telefilmes
2. los musicales
3. las revisiones políticamente correctas que hace últimamente Disney de argumentos trillados
Así es que me compré el DVD. Y lo disfruté muchísimo.
A ver; no es ‘My fair lady‘ ni ‘Cantando bajo la lluvia‘, pero es un musical contemporáneo muy digno, con coreografías fantásticas, cancioncillas muy bien hechas, situaciones muy emocionantes y personajes estereotipados muy bien tratados.
‘High School Musical‘ NO es una versión softcore de ‘Fama‘. Ni algo que pueda parecerse remotamente a ‘OT‘. No. La peliculita es un telefilme juvenil que revisa de un modo muy inteligente el esquema de las típicas comedietas de highschool gringas – aunque sin sexo – y le da una vuelta muy interesante.
Lo mejor de ‘High School Musical‘ es que juega con los mismos personajes que las películas de género estudiantil USA: el campeón súper atleta, la empollona, la pija descerebrada, los gamberros asociales… y los enfrenta a una cuestión muy importante,
¿Por qué tengo que comportarme como todo el mundo espera?
Y – creo – que lo hace muy bien.
Lo mejor de ‘High School Musical‘ es que Astrud y Carles Congost se adelantaran un par de años y plantearan lo mismo en otro musical, Un mystique determinado que, con elementos visuales y musicales muy diferentes – y mucho más interesantes para mi gusto – jugaba con una situación similar:
Un vídeo en el que se cuenta la historia de un joven futbolista que, bajo la influencia de un ‘mystique determinado’, frente al que no puede oponer resistencia alguna, acaba convirtiéndose en video artista. Ante el desconcierto y desaprobación de su novia, su entrenador, amigos y compañeros del equipo y, por último, sus padres, abandona todo para entregarse a su nueva vida, que trae consigo una nueva orientación sexual. El vídeo acaba enfrentando la euforia inocente del nuevo video artista con la opinión de una crítica de arte y los consejos que un artista español de los sesenta o setenta proporciona al protagonista.
Una coincidencia muy interesante…