Los acabo de ver en Espejo Público, de Antena 3. Y no doy creditito.

Pero no por la impúdica exhibición de lorzas, mellas y apéndices de cierto calibre, a través de una mirada de lo más sensacionalista, más propia del afortunadamente difunto ‘7 Días 7 Noches‘ que de este matutino ‘Espejo Público‘ que me parece un programa bastante digno.

No.

De hecho, yo agradecería algunas lorzas más en la tele, y como devoto admirador que soy de las grandes narices, tampoco me importaría que abundaran tanto o más que esas naricitas operadas tan de actualidad…

Bueno, a lo que iba. Que lo flipé. Pero no por el despliegue anatómico. Qué va. A estas alturas, no me va a escandalizar a mí un primer plano de una buena barriga, cuando tengo un estupendo espejo en mi cuarto de baño. Para nada, queridos. Curadísimo de espanto estoy frente a las visiones lípidas.

Aunque algunas maneras de aferrarse las nalgas frente a cámara me dejen algo desconcertado…

A mí lo que me ha dejado estupefacto han sido las frases que he tenido que escuchar, las cosas que han dicho estos aspirantes al cambio radical, sus discursos autodestructivos – ‘me da ASCO mi tripa’ -, sus lágrimas desesperadas porque sus pies son tan ‘espantosos’ que no pueden llevar sandalias, o porque se ven feos, o gordas, o culonas…

Estupefacto y acojonado ante esa perversión, que legitima el odio al propio cuerpo. Que justifica la automutilación – aunque sea quirúrgica. Y que promueve la lástima por los partipantes. Y la autocompasión de algún espectador.

Todo por vender más y más caros unos cuantos spots. PUAJ.

‘Una campaña contra la anorexia muestra a una chica que llora al verse gorda en el espejo’ en la MTV…

Un programa de TV muestra a mujeres que lloran frente a la cámara porque están gordas, o tienen los pies feos, o una nariz grande en Antena 3…