La televisión ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada. Alain Touraine

Archivo de la categoría ‘B, de Boy George’

Bienvenida – Sherezade – Pérez


En este punto de su narración, vió Schehrazada que iba a amanecer, y se calló discretamente, sin aprovecharse más del permiso. Entonces su hermana Doniazada le dijo: «¡Oh hermana mía! ¡Cuán dulces y cuán sabrosas son tus palabras llenas de delicia!» Schehrazada contestó: «Pues nada son comparadas con lo que os podría contar la noche próxima, si vivo y el rey quiere conservarme». Y el rey dijo para sí: «¡Por Alah! No la mataré hasta que haya oído la continuación de su historia».

LAS MIL Y UNA NOCHES

Vi una noche a Bienvenida Pérez en Esta cocina es un infierno contando a sus compañeros la historia de su vida: abandono dickensiano, maltrato infantil a manos de unos desconocidos, hogares sucesivos hasta llegar a Londres y convertirse en una dama de la alta sociedad, amante de lujo, espía internacional y mujer de negocios.

Vi y escuché a Bienvenida Pérez y entendí por qué había llegado a convertirse en esa gran cortesana que es. Entendí lo que no había comprendido antes, por culpa de mis prejuicios más superficiales y porque no me había parecido una mujer especialmente atractiva ni sensual. Hasta que la escuché contar historias, y me fascinó.

Igual que me fascinó una frase suya que podría haber firmado el mismísimo Oscar Wilde:

«¡Qué de tonterias hace la gente sobria!»

El sábado pasado por la noche vi a Bienvenida en Salsa Rosa, frente a un pariente indirecto, obligada a justificar los detalles de su historia, a retractarse de sus excesos y mentiras. El sábado pasado vi a Bienvenida Pérez en televisión y pensé que lo peor de esta fiebre televisiva por el chismorreo es la necesidad de «buscar la verdad» y destripar historias. Y me imaginé a Sherezade en Salsa Rosa, a Sherezade decapitada el domingo por la mañana, tras su regreso al palacio del Rey, que habría perdido todo su interés.

Bobby Trendy: Habemus Mamarracha

Me vais a tener que disculpar por el tamaño de la foto, pero la ocasión lo merece. Os presento a Bobby Trendy: decorador, responsable de los interiores de The Anne Nicole Show y futura estrella televisiva, que parece haber decidido que lo que fue bueno para Escarlata O’Hara o para la Rothschild es bueno para él; si bien el modeli que la sureña se confeccionaba con sus propias cortinas era obra – nada más y nada menos – que del gran Walter Plunkett, y el de la Rothschild fue improvisado por Chanel con unos visillos estupendos de su residencia en Suiza.

Bobby Trendy no es Walter Plunkett ni Coco Chanel, y su gusto por los muebles dorados (de 24 kilates), los motivos leoninos, los terciopelos abundantes, las pieles, la superposición de rasos y drapeados salvajes, deja a los Versace relegados al minimalismo finlandés. Lo cual explica que entre sus clientas se cuenten señoras de un gusto tan indiscutible – por lo atroz – como Janet Jackson, Carmen Electra o Catherine Zeta Jones, y que se haya convertido en uno de los decoradores preferidos del Hollywood actual.

Claro, que Raquel Mosquera tampoco es Pink y ahí las tienes a las dos, luciendo pullover multilogo, cada cual a su manera (gracias a mi amigo Antonio por la fotografía):

De Bastián Baltasar Bux a Harry Potter

Hay un camino no tan largo, que va desde el rincón en que Bastián se esconde para escapar del maltrato de sus compañeros y lee su Historia Interminable, hasta el Colegio Hogwarts, donde Harry se refugia de sus horribles tíos y primo, y aprende a defenderse de las fuerzas oscuras.

De Bastián a Harry hay un sendero de ladrillos amarillos que son libros y ayudaron a tantos niños a evadirse e imaginar un mundo diferente. A ir incluso más allá cuando crecimos:

Para muchas personas, el proceso de socialización no funciona. Los valores que adquieren de las bienintencionadas autoridades no van con ellos. Y son esas personas las que muy a menudo se convierten en lectores obsesivos.

No leen para informarse, ni leen por evasión. No, ellos leen para integrarse, pero no en su ciudad o su pueblo, sino en otro mundo con valores diferentes. Esas personas pretenden revisar, o incluso desplazar, la influencia que sus padres tuvieron en ellos. Quieren adoptar valores que perciben como superiores o, simplemente, más acordes con sus naturalezas.

Why read?, de Mark Edmundson

Bastian y Harry son dos niños que se salvan a través del descubrimiento de los libros, del conocimiento y la fantasía. Y que en su refugio están a punto de perecer, aunque finalmente logran salir victoriosos de sus pruebas.

No sé si por suerte o por desgracia, no vimos crecer a Bastián. A Harry sí; mañana, se publica en España la sexta entrega de sus aventuras, la segunda que lo muestra adolescente, más airado, menos humilde, temerario.

No será Gran Literatura, pero sí un placer leer a Harry Potter y pensar en jóvenes lectores que – frente a la devaluación del valor del conocimiento en estos tiempos que corren (algunos días por encima de mis maltrechos miembros) – se encuentran con un héroe que supera sus trabajos gracias a lo aprendido en los libros y en sus clases, que ayuda y se deja ayudar por los demás, que cree en el compañerismo y en la lealtad.

Un gustazo pensar que algunos adultos recordarán a Bastián Baltasar Bux y pensarán en regalar «La Historia Interminable» a los entusiastas lectores de Potter.

Y a partir de ahí, todos los demás.

Gustavo A. Bécquer, el Horror

Hoy, hoy mismo, se cumplen 170 años del nacimiento de Bécquer en Sevilla. Fenomenal. No lo pienso celebrar.

Si hay un poeta a quien aborrezca, es a este cursi versificador en consonante que tanto daño ha hecho al gusto poético contemporáneo, que dedicó su obra lírica a ensalzar la congoja amorosa con modos de plañidera de cuarta y que en su lecho de muerte tuvo la desfachatez de pedirle a su amigo Ferrán que publicara su poesía, como última voluntad:

Si es posible, publicad mis versos. Tengo el presentimiento de que muerto seré más y mejor conocido que vivo.

¡Toma ya, egotrip de moribundo!

Bécquer es uno de los mejores ejemplos de malas lecturas mal digeridas, de sensibilidad enfermiza, superficial y vacua. Y de la íntima perversa relación entre mala literatura y mala peluquería.

Un poeta sobrevalorado y mitificado. Como García Lorca. Como Alberti. Que tanto daño han hecho al criterio poético de muchos lectores y a sus deseos de descubrir otra poesía.

Por una mirada, un mundo,

por una sonrisa, un cielo,

por un beso…, yo no sé

que te diera por un beso.

El horror.

Buck Angel

El lugar que ocupa este texto, es el lugar que ocupa una vagina.

Me explico: bajo la línea de corte de la fotografía superior, donde pareciera que se censura la imagen de una polla, hay una vagina.

Buck Angel, la nueva sensación del porno, es un hombre que fue una mujer. Una mujer que se sometió a un largo tratamiento hormonal de dos años, a una operación para extirparse las tetas y, a la vista de los resultados, a muchas horas de gimnasio y trabajo con agujas de tatuador. Pero conservó su vagina.

Buck Angel es el hombre que ha incoporado la penetración vaginal al cine porno gay; que tal vez consiga acabar con ese cliché de las maricas coñófobas y pueda – a través del morbo, el sexo y la fantasía – desterrar esos falsos mitos ofensivos de vaginas dentadas y prensátiles. A lo tonto, a lo tonto, Buck Angel puede ser el redentor de los misóginos gays masculinos.

Buck Angel no es un monstruo de feria: es una nueva posibilidad de placer, hasta ahora inexplorada. Una revolución en el porno gay, tan falocéntrico, tan estereotipado y tan burgués.

Buck Angel es lo que necesita el porno (y el buen sexo): libertad y transgresión. Lo que fueron las ‘she-males’ (mujeres que fueron hombres y conservan sus penes) en su momento. Bienvenida sea cualquier vuelta de tuerca a nuestras fantasías.

Bienvenido, Buck Angel.

BOB Pregunta. Os Pregunta.

¿Cómo consiguió Encarna Sánchez hacer tanto dinero? ¿y tantos enemigos? ¿y tanto poder?

¿Desde cuándo Isabel Preysler es esa gran dama española?

¿Escribe Yola Berrocal sus propios guiones?

¿Qué Asociación de Cirujanos Plásticos patrocina la serie de TVE «Fuera de control«, protagonizada por Loles León, Joaquín Krémel y Amparo Larrañaga?

¿Raquel Mosquera, ingresada por loca – con ele?

Tras la victoria de Pepe en GH7, ¿se pondrá de moda la «inteligencia» en TV?

¿Qué ha sido de Nuria Bermúdez?

¿Existe alguna perversa conexión entre la tensión occidental contra Irán y las noticias de las violentas protestas de radicales islámicos por unas caricaturas de Mahoma – publicadas hace meses en Dinamarca?

¿De dónde han sacado los indonesios, los libaneses, los sirios… tantas banderas danesas para sus quemas?

Pregunto. Os Pregunto.

BIGFISH

Acabo de ver ‘BIGFISH’ de Tim Burton por primera vez.

Solo, tumbado en el sofá de mi casa, llorando y congestionado, acabo de ver ‘BIGFISH’ en DVD.

Apenas había leído sobre la película y, aunque me fascina Burton, no fui a verla al cine en su momento. Seguramente no me gustó el ‘trailer’. No lo sé.

Pero ahora creo que ‘BIGFISH’ es la mejor película que he visto nunca sobre la paternidad. Y sobre la muerte de los padres – curioso cómo llegamos en el momento preciso a canciones, películas o libros que nos hacen lanzar todo el lastre de lágrimas que fuimos acumulando y nos desahogan: por razones muy personales que tienen que ver con dos amigas muy queridas, llevo toda esta semana pensando en la muerte del padre (juro que sin dejarme tentar por una sola referencia freudiana; en la muerte del padre real. Hay momentos en que ofenden las metáforas) – y cómo, llegado el momento de la pérdida, descubrimos a nuestro padre como alguien que fue mucho más de los otros que nuestro, cuya vida transcurrió mucho más en el exterior que a nuestro lado. Y, me imagino, mezclamos la nostalgia con la tristeza, la curiosidad, la sorpresa y por supuesto el cariño.

De eso habla ‘BIGFISH’ de un modo maravilloso.

De eso y de la bondad como superpoder de superhéroe. Y del amor (maravillosa escena a la que pertenece la fotografía que he elegido para ilustrar este artículo).

Y de nuestras mentiras, que dicen más acerca de nosotros, de quiénes hemos sido en realidad, que la narración veraz de los sucesos lineales que pudimos vivir.

De la enfermedad y muerte de Edward Bloom , que acaba por sobrevivir en su propia ficción como sobreviven otros en sus obras.

A man tells so many stories, that he becomes the stories. They live on after him, and in that way he becomes immortal.

Ricardo Bofill Jr., artista

A pocas horas de la celebración de ¡LA GRAN FIESTA DEL CINE ESPAÑOL! [supongo que se toma la octava acepción que da la RAE para «fiesta»: f. coloq. Chanza, broma], había pensado que era el momento de comunicaros el clamoroso triunfo de Ricardo Bofill en la V Edición de los Premios Godoy al Peor Cine Español con HOT MILK, que se ha llevado ¡8 galardones!

Pero como el asunto no daba para mucho, decidí investigar por mi cuenta y riesgo (mucho riesgo) a propósito de la carrera de este gran hombre del Renacimiento que es el primer exmarido de Chabeli Iglesias. Y di con su último cortometraje: ‘NIETZSCHE’, (el único corto cuyo rodaje ha sido reseñado en el HOLA; casiná). Un encuentro que a punto estuvo de costarme un par de dioptrías y el único Lexatín que me queda en el bolso.

OJO a la Sinopsis (y al relajado uso del verbo intransitivo y los gerundios):

Una niña, criada en un vagón de tren, viaja por todo el mundo con el Circo de Max Muller, un circo de psicópatas y filósofos, al cuidado de su Madre que limpia los excrementos de los animales salvajes. Sandra tiene una infancia terrible: tras el asesinato de madre, es abusada por su Padrastro, y al desintegrarse el Circo, se filtra en la vida mundana de la gran ciudad, en un rápido descenso a los abismos del éxtasis y el sexo.

Tras una noche loca, Sandra agarra un taxi de vuelta a su casa y va descubriendo que el conductor es su Padrastro, un criminal escondiendo bajo el grotesco disfraz del filósofo Friedrich Nietzsche, con un amuleto siniestro: Superman ahorcado. Entablan una guerra verbal a través de conocimientos filosóficos, donde el reconocimiento mutuo los lleva a los campos de petróleo donde, mientras bombean las máquinas, una cadena de pasiones termina en la venganza de Sandra y la muerte lenta de “Nietzsche”.

Tras su liberación, Sandra, transformada en super mujer, finalmente roba el taxi entonando el canto de la felicidad a través del monólogo.

(Todo eso en 15 minutos…)

Y ATENCIÓN a esta línea de los créditos:

Basado en textos de FRIEDRICH NIETZSCHE.

Adaptados y dirigidos para la pantalla por RICARDO BOFILL MAGGIORA.

No salgo de mi asombro y, lo que es peor, TENGO MIEDO. Porque, en mi trayectoria de criterio errático y gusto desmedido por el neo-underground, me temo que dentro de unos años reivindicaré la figura de Ricardo Bofill Jr. como uno de los raros de mi devoción. Y conseguiré NIETZSCHE en DVD. Y me parecerá genial.

Vosotros dadme tiempo. Ya veréis.

Bruce Vilanch, el hombre que escribe todos los chistes

Para los presentadores de las ceremonias de los Oscars, de los Grammys, de los Emmys y de los Tonys.

Para Lily Tomlin, para Rosseane Barr, para Whoopi Goldberg, para Robin Williams, para Rosie O’Donnell, para Bette Midler, para Billy Crystal

Vilanch, neoyorquino, judío, cuarentón y abiertamente gay, pasó de la discreta sombra que habitan los guionistas a una enorme popularidad a raiz del documental sobre su vida, ‘Get Bruce’, en 1999.

A partir de entonces, el rostro de Bruce – el hombre que escribe todos los chistes – y sus fantásticas camisetas aparecen en todos los eventos de Hollywood. Incluída la gala anual de los Glaad (Gay and Lesbian Alliance Against Defamation), donde descubrí su cara por primera vez y cuando quise saber quién era ese señor.

Vilanch, militante gay, guionista y actor: en Broadway con ‘Hairspray’, en el papel que hiciera en el cine (santa) Divine y en el escenario (santa) Harvey Fierstein.

Recordad su nombre y su cara, porque Vilanch es hoy, probablemente, uno de los hombres más importantes de Hollywood. Ya me lo agradeceréis.

Carlos Boyero, Diccionario Personal

Entre todas las cosas que tengo que agradecerle a Internet (amor, amigos, trabajo,…), está el poder leer cada jueves el Chat de Carlos Boyero en El Mundo.

Admiro, respeto y quiero – de esa manera en que se quiere a los desconocidos que nos regalan su talento – a Carlos Boyero.

Que tal vez no sepa que aparece en una novela MARAVILLOSA que fue Finalista del Premio Herralde el año que ganó Bolaño con «Los detectives salvajes»:

«Bueno, también lees algún artículo, sobre todo los de Carlos Botero, o Boyero o Botello, no te acuerdas bien (es Boyero, ¿no?; sí, yo para mí que es Carlos Boyero), que te hacen mucha gracia y te desahogan, pues siempre está bien encontrar a alguien que dice en los medios lo que a ti te gustaría decir, y no puedes (lo único que cuenta es lo que se dice a través de los medios de comunicación, lo demás es mudez).»

«A bordo del naufragio», de Alberto Olmos

Finalista del Premio Herralde de Novela 1998

Quiero a Boyero y su capacidad para mezclar ironía, sarcasmo, ternura, entusiasmo, emoción, mala leche y una curiosa erudición.

Por eso, he pasado toda la tarde elaborando este pintoresco diccionario personal, extraído de los casi 5 años que lleva en marcha su chat. No están todos los que son y, tal vez, otro día, pueda elaborar otro mejor…

A de Aranda, Vicente

Aranda siempre está cabreado. Supongo que le va la marcha. Es tan senil, tan envidioso y tan mezquino como la mayoría de sus películas. Si lo duda, castíguese con la inenarrable «La mirada del otro».

B de Boyero, Carlos

Yo me veo como un cruce entre Rin-tin-tin y Marlon Brando.

Mi egolatría es tan grande que me la sudan las desacreditaciones públicas y privadas.

Mi lema para casi todo es el principio del vegetativo Bartleby: «Preferiría no hacerlo». Pero si necesitara pasta estoy dispuesto hasta convertirme en chapero.

Alguna vez me he asustado. Pero yo también doy miedo.

Me llamo Carlos Boyero. No soy masoquista y mis gustos literarios y periodísticos están muy cuidados. Consecuentemente no leo a Antonio Burgos.

Soy un virtuoso del onanismo, incluidas todas sus variaciones. Me follaría con mucha pasión, pero nunca me casaría conmigo.

Soy Tauro, a mí no me acuchilla ni Dios, me corto yo las venas.

Yo sólo quería ser un guardian entre el centeno.

C de Celine, Louis Ferdinand

Celine, además de ser antisemita, medio nazi y de estar bastante loco, era un genio del lenguaje. Cuando escribe no existe su ideología. Sólo arte mayor.

D de “Dinero”, de Martin Amis

Con «Campos de Londres» y «El libro de Rachel», «Dinero » es la novela que más me gusta de Amis. Atravieso un periodo de sobriedad en nombre de la superviviencia. No me conviene visitar al protagonista de «Dinero».

E de Ellroy, James

Ellroy es el historiador más veraz, opiáceo y admirable de América.

F de Fernán-Gómez, Fernando

Por Fernán-Gómez siento respeto y admiración. Creo que a su sabiduría y lucidez se la suda ser el puto amo. Lo es, en el sentido más noble.

G de Gil y Gil, Jesús

Todo lo que sea malo para Jesús Gil es bueno para mí.

H de Holliday, Billie

Billie Holiday amortigua el dolor, es opiácea para el alma. En los últimos discos no necesitaba cantar, susurraba, recitaba, hipnotizaba.

I, de Ipod

Ni ipod, ni ordenador, ni mail, ni pollas…

J, de Juan Manuel de Prada

Nada agradable que decir de ese ¿escritor? Su personaje me repele aún un poquito más.

Ese gordo, cursi, afectado y redicho representa varias de las cosas que me inspiran grima en este mundo. Es igual de estomagante hablando que escribiendo.

K de Keitel, Harvey

Keitel, desde que apareció en «Malas Calles», ha demostrado que es imposible que esté mal en una película, independientemente del guión y del director. Creo que lo mejor que ha hecho es «Teniente corrupto». Ese poli drogadicto y volcánico que necesita enfermizamente la redención es una de las grandes interpretaciones de la historia del cine. Keitel, además de un gran actor, es un tío con una personalidad, unas vivencias y un magnetismo torrenciales, algo que transmite siempre en una pantalla.

L de Lords, Tracy

Nadie se ha comido una polla con el arte sublime de Tracy Lords.

M de Marai, Sandor

He descubierto muy tarde a Sandor Marai, un escritor maravilloso, el más triste del mundo. Lea «El último encuentro». De nada.

N, de Nosferatu

No leo revistas especializadas. Lo hice cuando era joven e inquieto. Ahora me matarían de aburrimiento. Pero reconozco que existe una en España muy bien hecha y escrita con personalidad y con amor. Se llama Nosferatu. Es mensual y la edita Ana Sansebastián.

O de Otero, Julia

Yo recuerdo con cariño y añoranza las tertulias con Julia Otero, aunque también reconozco que iba demasiado acelerado en aquella época, mis frecuentes y excesivos pasotes animados por demasiada cocaína.

P de Pasolini, Pier Paolo

Admiro al poeta, al ensayista, al prosista Pier Paolo Pasolini. Me gustaba mucho el hombre, su sinceridad, su perpetua rebeldía, su comprometido papel de mosca cojonera. Pero el director de cine no me interesa nada, me aburre, no le encuentro la gracia. Excepto en una película: la desgarrada y veraz «Mamma Roma».

Q, de ¿Quién es Pumares?

¿Quién es Pumares? ¿Ese esperpento que hace el payaso en Crónicas marcianas?

R de Ramones, Los

Los Ramones sólo para oirlos un ratito y muy de vez en cuando, como tributo a la nostalgia.

S, de Scorsese, Martin

Scorsese está más allá del bien y del mal. Pero es tan injusto como demencial que todavía no le hayan concedido un Oscar al mejor director. Él representa al mejor cine norteamericano actual. En el futuro se le venerará como a un clásico.

T, de Trevanian

Llevo 25 años intentando descubrir quién es Trevanian y usted comete la osadía de revelarme que es un tal Rodney Whitaker. Mis últimos rastreos sobre la personalidad de Trevanian me acercaban a Norman Mailer. Me ocurrió después de leer «El fantasma de Harlot».

U , de U2

Mi amor hacía U2 comenzó y terminó con «The Joshua tree». Con Bono tengo la sensación de que tiene la permanente necesidad de tirarse el rollo.

V , de Vinicius de Moraes

Vinicius de Moraes es de las mejores cosas que le han ocurrido al siglo XX, a la música, a la poesía, a la vida. Su clásico «En la Fusa» sigue ayudándome a sobrevivir.

W , de Waits, Tom

Amo a Tom Waits. Forma parte de mi. Excepto cuando se pone excesivamente dodecafónico. Como actor me repele. Y para leyenda, la mia.

X, de Garganta Profunda

Que yo recuerde jamás me masturbé con ella. Todo era cutre, bobo, infame. «Garganta profunda» es ofensiva para el porno.

Y, de Yonqui, de Burroughs

Me interesa más el personaje de William Burroughs que su visionaria literatura. El libro que más me gusta de él es «Yonki», el más realista y directo. De «El almuerzo desnudo» solo me interesa el prólogo contándote el proceso de la heroína que él llama la enfermedad. Después me pierdo con sus pajas mentales.

Z , de Zidane

Zidane es Dios. Y yo soy su humilde servidor.