Se ha muerto Umbral y la gente lo recuerda por aquello suyo del libro en el programa de Mercedes Milá. Y eso no es malo. Porque Umbral fue el primero en dejar claro que – llegado a cierto estatus – uno iba a la televisión cobrando, o gratis si tocaba promoción.
Tiempos aquellos cuando los escritores salían por televisión, en programas generalistas en prime-time donde uno podía ir a hablar de su libro… aunque al final no le dejaran.
Se ha muerto Paco Umbral y hoy veremos estas imágenes suyas en todos los canales. Unas imágenes que dicen bastante más de la televisión que del escritor.
Porque el escritor era mucho más (y aprovecho la ocasión para copipastear aquí lo que escribí sobre él en este BOBPOP hace más de un año, cuando aún no me había colocado la TV por peineta…):
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Umbral, ha escrito sobre sí mismo tantas veces en tantos artículos y en tantos libros, que se ha inventado su infancia, sus recuerdos, a su padre, su colegio, sus inicios literarios, sus amigos, sus apoyos, sus retos, su fecha de nacimiento, sus apellidos, incluso su ideología.
Ha mentido sobre su vida en entrevistas para prensa, a sus biógrafos… Umbral ha ido haciendo la literatura, su literatura, todo el tiempo de cabeza, como quien practica con el cálculo mental, él ha dedicado su vida a practicar sus libros con mentiras sobre sí, para llegar a su Olivetti con los deberes ya hechos.
En la fantástica biografía escrita por Anna Caballé que acabo de leer, «Francisco Umbral. El frío de una vida» se cuentan los detalles, se contrastan fechas, personajes, historias, lugares… pero sobre todo se pone a Umbral en su sitio – que no es al que pretende arrinconarle Pérez Reverte, ni el que le desean tantos en secreto: Umbral ha sido importante, y algunas de sus obras – tal vez un pequeño porcentaje de su inmensa producción literaria y periodística – pasarán a la historia («Mortal y rosa«, «La noche que llegué al Café Gijón» o «Trilogía de Madrid«).
Pero este texto no va de ésto, sino de otra cosa: de algo que he descubierto al leer «Francisco Umbral. El frío de una vida«, de lo mucho que me ha recordado a lo que leí en ‘The World of Coco Chanel: Friends, Fashion, Fame‘ de Edmonde Charles-Roux, de cuánto se parecen las biografías de Umbral y de Chanel:
en su búsqueda del padre desconocido,
en su manía por inventarse su infancia,
en su enorme capacidad de trabajo y de producción,
en sus mentiras constantes sobre su vida, sus orígenes, sus apellidos.
En su obsesión por ajustar cuentas con ex-amigos y enemigos,
en sus respectivos viajes de la provincia a la capital para lograr el éxito,
en cómo sus casas se convierten en templos simbólicos de su obra,
en su falta de escrúpulos morales,
en lo amargo de sus triunfos,
en su gusto por el blanco y el negro,
en que fue una discusión en un cinefórum de la sección femenina sobre una película de Cocteau lo que decidió a Umbral a viajar a Madrid y en que Chanel le pagó las facturas de las clínicas de desintoxicación a Cocteau.
En que Umbral y Chanel fueron autodidactas ambos.
En que los dos sintieron siempre frío.
Tanto se parecen Chanel y Umbral que la vida, que es ludópata y bastante puta – con perdón – puso a Karl Lagerfeld al frente de la casa Chanel para que, por si acaso se nos pasaba leernos sus biografías, nos diéramos cuenta de eso de un vistazo: Umbral es como Chanel, Lagerfeld es Umbral.
Gracias a Umbral por las negritas, por no haber sido capaz de escribir nunca una novela más allá del espejo, y Perdón a Umbral porque hace años que no soporto leer sus columnas, que dejé de leer sus libros y porque olvidé mencionar su piscina, donde lanza los libros, como Carvalho.
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(¿Qué mejor homenaje a Paco Umbral que hacerme un autoplagio?)
Umbral era un genio. Era uno de los mejores articulistas. Fue una pena que no lo hubieran admitido en la Real Academia, cuando merecía mucho más un sillón que Pérez Reverte, por ejemplo.
30 noviembre -0001 | 0:00
En cierto modo es bueno que nunca le hicieran académico. De ese modo la Academia va poco a poco dibujando su auténtico perfil. Desde dentro, incluyendo gente como Anson o Cebrián. Desde fuera, excluyendo a gente como Umbral.Yo también hacía tiempo que ya no leía sus columnas, me fatigaba leer una nada tan bien escrita.Pero recordaré siempre lo que Umbral contestó cuando le preguntaron a quién daría el Nobel de Literatura: «A Kissinger. Si le han dado el de la Paz ¿por qué no el de Literatura?».
30 noviembre -0001 | 0:00
Fué, incisivo y agudo,en su pensamiento brillante y elocuente,en su expresiónocurrente y rápido en sus ideaspero su obra, jamás interesó a los lectorestampoco a los leedores.
28 agosto 2007 | 13:07
Un gran escritor.Sin embargo yo siempre me acordaré de su apología de los «coñitos pubéres» y su asquerosa posición cuando le caso Arni,que menos mal que no era ministro de justicia. Lo cortés no quita lo cobarde.
28 agosto 2007 | 14:43
Un gran escritor, cortesano, eco de una época que jamás será.Seguramente esté orinando, junto a sus admirados miembros de la generación del 27, en las paredes de la Real Academia…creando lenguaje como pocos.Sus invectivas contra Reverte también recordaban tiempos pasados, quizá imbuido por su gran conocimiento de la vida de Quevedo.Descanse en paz, ¡qué cliente ha perdido Coca-Cola company!
28 agosto 2007 | 16:27
Está semana va camino de convertirse en la peor en mucho tiempo: una grandisima y reputadisima actriz, uno de nuestros escritores más famosos y un joven deportista lleno de ilusiones, nos han dejado bruscamente. Realmente es una semana nefasta, aunque reconozco que la perdida de Antonio Puerta me ha impactado mucho.Vaya mi mas sentido homenaje y recuerdo para ellos.
28 agosto 2007 | 18:29
Me ha gustado mucho lo que escribiste sobre el Bob, creo que daria para una tesis doctoral : Umbral y Chanel, hiladores de ideas o algo asi.
28 agosto 2007 | 20:07
Hay mucho que aprender en los libros de Umbral -también mucho que olvidar, como su obsesión con los palabros-. Los que sólo lo recuerden por lo de la tele con la Milá… pues bueno, es como si un aficionado a la música dice que sólo recuerda a Michael Jackson por sus famosos jucios.Fue un hombre que no se arrugó, tampoco frente a los socialistas -que también quisieron cargarse a Krahe- cuando estos empezaron a convertirse en lo que son ahora. Y es que la izquierda, cuando se pone stalinista, es peor que la derecha.
28 agosto 2007 | 21:26
Genial tu similitud Umbral-COCO-Lagerfeld…la verdad que si, se podria decir que Umbral era el coco chanel de madrid de la lietratura prensa … y esperemos que se lo tomara con humor, o no.Mortal y rosa me parece un titulo genial, très geneial….aunque no lo leí…
29 agosto 2007 | 9:46
¡Qué mala es la envidia rencorosa!
29 agosto 2007 | 10:50
Umbral, el personaje, sí, podría resultar hosco, él, como sus libros, resultó ser su propia obra. El otro, el otro está en “Mortal y rosa”, en “La forja de un ladrón” y, así, en tantos otros libros y artículos que ha escrito. Entonces me resultó inconcebible verle y leerle, ahí estaba, sin embargo, juzguen ustedes. Anteayer, en La 2, mostraban una entrevista reciente en la que maleado por la edad y la enfermedad se mostraba taciturno y pausado, olvidadizo incluso, no sé si por el paso del tiempo o porque con el tiempo las cosas dejan de tener importancia, me pregunto ¿Quién era? ¿Quién era Francisco Umbral? Y no puedo evitar pensar en la gota de mercurio que corre su cuerpo del estómago a la cabeza, de la cabeza al estómago.
29 agosto 2007 | 14:49
La Milá ha sido siempre una tomatera, una pinchamierdas de segunda que va de la creme de la creme en periodismo y la verdad es que esa noche demostró su falta de profesionalidad ignorando a un escritor y periodista de la talla de Umbral, que se cabreó con toda la razón porque no se respeta a alguien que aguanta como puede un programa choricero durante una hora y que se ha invitado para hablar de un libro y al final ni se le ha mirado a cara en toda la emisión. Como bien dijo, no era un paria para ser tratado de esa manera por esa niñata de la nobleza catalana y en vez de disculparse, demuestra todavía más arrogancia.No era de esperar que moderara el Gran Hermano, la muy imbécil. Umbral merece ser recordado como genio y figura, como excelente figura pública del peridismo y de la literatura aunque yo no coincidiese siempre con algunos enfoques políticos de opinión suyos, hay que olvidarse de la mierda del vídeo ese de la Milá y poner a Umbral en el pedestal que se merece.
29 agosto 2007 | 22:22
Alguien dijo alguna vez que en una obra de ficción basta que una sola cosa sea verdad para que cobre veracidad la trama completa.¿Qué más da si Umbral ficcionó su vida?. Lo que está claro es que, de haberlo hecho, lo hizo con una prosa mafgnífica y con un dominio del lenguaje exultante. Me da igual el tipo de persona que fuera, yo sólo miraba y leía al escritor, al columnista.Hasta siempre, genio.
30 agosto 2007 | 20:36
Para Seco:Peor hubiera sido que Umbral alabara los «coñitos impúberes», como sí hacía José Manuel de Prada en «Coños»: «a lo mejor, esta noche, en casa, su mamá las reñirá por hacer pipí en la calle y no limpiarse después la hendidura sin pelos, olorosa de malicia, perfumada de inocencia, como una gran llaga que nos hubiese gustado besar». Insólitas fantasías, las de este paladín del Vaticano.
04 septiembre 2007 | 16:56
Perdón, es Juan Manuel de Prada, y no José.
04 septiembre 2007 | 16:58