La televisión ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada. Alain Touraine

Susan Philipsz

es una artista irlandesa que muestra en sus obras el magnífico poder evocador de la música popular (pop y popular) y su capacidad para modificar nuestros espacios:

CON ‘ZIGGY STARDUST’, DE BOWIE

Susan grabó el disco completo, cantado por ella, a capella, y lo usó como fondo musical de una instalación para «crear saltos de memoria que evoquen distintas asociaciones y que recuerden al público su euforia adolescente, sus sueños y la soledad de los momentos privados en la ducha.» (Indepth Arts News)

«Con mi trabajo trato de devolver al público a su ámbito, no lo contrario. Lo que trato de hacer es hacerte consciente del lugar en el que estás mientras agudizo tu propio sentido de ti mismo» (Susan Philipsz)

CON «LOS MUERTOS» DE JOYCE Y HOUSTON

Frente a una pantalla que proyecta una película en negro, con algunos destellos blancos, se escucha la voz de Phlipsz cantar ‘The Lass of Aughrim‘, la canción que escucha Gretta en el impresionante relato de Joyce y le recuerda su pérdida (aquí podéis leer, en inglés, ése y el resto de relatos de «Dublineses» de Joyce. De nada. Un placer).

¿Qué pretende con esa instalación Susan Philipsz? Que miremos la pantalla en negro mientras escuchamos la canción y, como Gretta, recordemos a nuestros propios muertos. Buenísimo.

CON ‘AIRBAG’ DE RADIOHEAD EN UN SUPERMERCADO

A través del sistema de megafonía de un supermercado Tesco en Londres, Susan Philipsz les cantaba a los clientes ‘Airbag‘ de Radiohead. En directo, sin música y con su propia voz.

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Muy bien. Y ahora, antes de llamarme cretino, o snob, afirmar con toda la desfachatez del mundo que la Philipsz ni es artista ni nada, que es una tía morro, blablablashitblabla o salir corriendo de aquí…

pensad en canciones, en alguna canción que os guste, e imaginaos que mientras estáis en cualquier lugar público (me da igual un supermercado que un Ministerio, que la sala de espera del INEM que un aeropuerto) escucháis por megafonía a alguien que canta – a pelo – esa canción. Que no la canta mal, ni con demasiado entusiasmo, que canta y es agradable. Imaginaos entonces vuestra sensación y cómo éso haría que el lugar os pareciera completamente diferente.

Eso es lo que pasa.

Eso es lo que hace Susan Philipsz. Y a mí me parece genial.

8 comentarios

  1. Dice ser antoño

    a mi, alguna vez, una mala reproducción de Monet, en la sala de espera de un hospital, me ha devuelto el ánimo

    25 mayo 2006 | 9:03

  2. Dice ser alvarmaldit

    Como la memoria de los olores. Descontrolada.

    25 mayo 2006 | 10:07

  3. Dice ser jm

    entiendo lo que dices y lo que pretende, yo busco esa sensación de envolverte en tu propio mundo con una canción, especialmente en lugares con mucha gente. Suelo estar pendiente de lo que el hilo musical escupe, y si no hay o es una basurilla (99%) yo mismo tarareo. Pero las versiones, y más la que son invocadas con consciencia del propio acto, me suelen poner a la defensiva. Entiendo lo que dice antoño, pero prefiero el original. De hecho, no es lo que propicia que cada vez haya más gente que se desconecta del mundo real vía ipod (que es lo que mola) cd portatil o ese viejo y querido walkman?Anyway, es una reflexión bella.

    25 mayo 2006 | 10:18

  4. Dice ser Ana

    No la conocía pero entiendo y comparto lo que escribes. Es tan sencillo ( o complicado) como lo que decís tú y Antoño.

    25 mayo 2006 | 11:44

  5. Dice ser Concha

    Lo de Dublineses, uf. Los Muertos, impresionante. Cuando ella confiesa a su marido que aquella canción ha despertado el recuerdo de un amor de juventud, truncado por la muerte de su amado, y jamás, en sus años de matrimonio Gabriel había oído nada de esa historia, uf, y los sentimientos de éste son una mezcla de tristeza, desesperación y celos que le conduce a las más desesperantes conclusiones. Impresionante.¿Ves por qué te adoro?

    25 mayo 2006 | 13:02

  6. Dice ser Carmen

    En una ocasión alguien cantó The blowers Daugther de Damien Rice de esa forma, y me quedé fuera de lugar, no sabía ni donde estaba, me quedé muy pillada…

    25 mayo 2006 | 22:43

  7. Dice ser lansky

    «El público necesita una cosa, por consiguiente se le suministra; o bien: al público se le suministra una cosa, por consiguiente la necesita.»

    26 mayo 2006 | 9:24

  8. Dice ser Renfe's victim

    No hay nada como escuchar en el hilo musical de los trenes de cercanías de Renfe a Richard Clayderman acompañado por la ocarina ecuatoriana o el acordeón rumano en una posifonía que te catapulta a la realidad más primitiva: ¡la loteria!, ¡la lotería!.

    26 mayo 2006 | 20:44

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