Mariano Lugli, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras para el brote de Ébola en Guinea

Miembros de MSF aseguran el traje de protección antes de entrar en el centro de tratamiento del Ébola Copyright: Amandine Colin/MSF
Llegué a Guéckédou, donde comenzó el brote, hace dos semanas. La situación era confusa, los casos aún no se habían confirmado, pero todo apuntaba al Ébola. Así que establecimos medidas de protección para garantizar la seguridad desde el principio.
Lo primero que hicimos fue tratar de reducir el pánico entre el personal de salud, que a menudo son los primeros en verse afectados por la enfermedad. Los trabajadores de salud del hospital de Guéckédou se vieron afectados al igual que cuatro médicos en Conakry. Cuando ocurre un brote, una gran cantidad de personal sanitario huye porque están asustados. Así, en Guéckédou, los pacientes quedaron completamente solos durante dos o tres días.
Este es el motivo por el que incluso antes de la confirmación del brote de Ébola, realizamos sesiones de formación con médicos y enfermeros en las que explicamos cómo poner en marcha medidas de control de infección ante el virus en los hospitales con el fin de protegerse a sí mismos.
Había mucho que hacer en muy poco tiempo: la construcción de una sala de aislamiento para los pacientes (lo que hicimos en dos días) y el establecimiento del control de la infección en el hospital. El siguiente paso era identificar a las personas que habían tenido contacto con los pacientes y realizar un seguimiento continuado durante 21 días. Si no presentaban síntomas durante este tiempo, podrían ser declarados no contaminados. También comenzamos la vigilancia epidemiológica, organizamos actividades de sensibilización con los medios de comunicación locales para proporcionar información esencial a la población local y, al mismo tiempo, creamos equipos para identificar los posibles casos y llevarlos a las salas de aislamiento. Solo poniendo en marcha todas estas actividades de forma inmediata puedes esperar contener la epidemia.
Se suponía que debía estar diez días, pero en mi camino de regreso a Conakry me dijeron que se habían confirmado casos en la capital así que me quedé. Como coordinador de emergencias, empleo mucho tiempo en reuniones, pero cuando tenía tiempo me gustaba ayudar al equipo médico que entra en las salas de aislamiento a recoger muestras de sangre y mantener el ánimo de los compañeros.

Monia Sayah, enfermera de MSF, explica al personal del hospital Guéckédou como se transmite el virus y como protegerse cuando tratan los pacientes. Copyright: Amandine Colin/MSF
Resulta muy estresante trabajar en esta situación porque conoces la enfermedad, sabes cuáles son los riesgos, que no puedes cometer errores y que tienes para mantener la concentración en todo momento. Al mismo tiempo, los recursos humanos están bajo presión y estás cansado. Al principio, el equipo se levantaba a las dos y las tres de la mañana para hacer rondas en la sala de aislamiento.
Creo que se asemeja mucho a una intervención en una zona de guerra, hay una enorme solidaridad entre los miembros del equipo y todos tratamos de ayudarnos unos a otros. El hecho de tener que vestirse con ropa de protección para entrar en las salas de aislamiento y localizar pacientes en las comunidades es muy estresante para todos los involucrados, pero en términos de la solidaridad entre las personas, es muy positivo.
Hay gran estigma asociado al Ébola por lo que tenemos psicólogos que ayudan a los pacientes y sus familias. Situar a una persona en aislamiento es una decisión muy importante y resulta especialmente difícil con pacientes que se encuentran en el límite por los síntomas que presentan y su historial de contactos con pacientes infectados. Así que hemos creado zonas separadas dentro de la sala de aislamiento: una para los casos confirmados y otra diferente donde están los que aún la infección no ha sido confirmada mediante análisis de laboratorio. Ya en estos momentos, un laboratorio en Guéckédou puede analizar las pruebas y en doce horas determinar si las personas tienen la enfermedad.
Regresé ayer a casa. Mi mujer es enfermera pediátrica. Trabajó en Liberia durante un brote de fiebre hemorrágica de Lassa, así que conoce este tipo de enfermedades. No me he atrevido todavía a decirle a mis padres donde he estado –aunque estos días va a estar en todos los medios italianos – así que voy a tener que contárselo pronto.
Lo que queda por ver es cuánto tardará la ayuda internacional en llegar hasta la zona afecta pro el ëbola, ¿llegarán esta vez a tiempo? o, una vez más llegarán demasidao tarde.
http://goo.gl/z10ZYB
07 abril 2014 | 10:07
La verdadera pregunta es lo que tardará en llegar el Ébola a Europa con oleadas de miles de inmigrantes africanos casi diarias, y eso solamente en Ceuta y Melilla, habiendo que sumar Italia y Grecia, los otros dos puntos de entrada.
La cosa pinta muy muy mal.
Estamos ante lo que podría ser la epidemia que diezme a Europa y a través de ella al resto del mundo.
07 abril 2014 | 14:53