Por Óscar Sánchez-Rey (Darfur, MSF)
El trabajo de terreno también supone reuniones. En esta tenemos tanto a personal internacional (que llamamos “expatriados”) como a personal sudanés. Desafortunadamente, la situación de inseguridad en la región de Darfur no permite el establecimiento de una base con expatriados viviendo en el lugar del proyecto, así que estos realizan visitas semanales para supervisar el funcionamiento del centro.
Pero el trabajo en Shangil Tobaya nunca para. El centro sigue funcionando 24 horas al día, siete días a la semana. Esto es posible gracias al trabajo del incansable y comprometido grupo de más de 120 trabajadores sudaneses. Después de más de cinco años trabajando en el proyecto, y gracias a la capacitación técnica que han recibido, son capaces de continuar proporcionado una asistencia médica de calidad a las cerca de 40.000 personas de Shangil Tobaya y alrededores.
Su compromiso, dedicación y esfuerzo diario están fuera de toda duda. El haber trabajado codo con codo con ellos es una de las máximas recompensas y mejores aprendizajes que me llevo de esta misión.
Y para que podáis poner cara a dos de ellos, os presento aquí a dos compañeros que, curiosamente, se llaman casi igual salvo por un pequeño matiz en la pronunciación. Matiz eso sí muy importante a la hora de contactarles por radio, por ejemplo.
El de la derecha es Abdulmajid, es el asistente del responsable del proyecto, es decir la persona con la que he trabajado estrechamente en la coordinación del proyecto de Shangil. Él lleva, concretamente, el día a día del “contexto”: la seguridad fundamentalmente, y las relaciones con la comunidad y los líderes locales. Y a la izquierda, Abdulmajeed, que es el responsable del hospital, y vela por su buen funcionamiento diario. En definitiva, de que el día a día sea posible.
Sirva este post de pequeño homenaje a otro de ellos, Osman Ali Abo, trabajador de salud comunitaria del proyecto que murió el mes pasado tras ser asaltado en una carretera cuando se dirigía a trabajar. Una muestra más de la inseguridad a que se enfrenta la población de Darfur.
((Fotos: OSR))
Es trabajo de los colaboradores en paises del tercer mundo es, cuando menos, encomiable. Ojala la sociedad española reconozca de realmente estas actividades y se le de el valor que tienenLos viajes baratos a Santo Domingo
26 noviembre 2009 | 14:30
Parece mentira que a estas alturas del mundo, todavía exista tantísima gente que se las ve y se las desea para llevarse algo a la boca. Es increible lo poco que valoramos lo que tenemos. Personalmente, estuve en Túnez, concretamente en Kairouán y jamás había visto a nadie querer cambiarme todos los collares que llevaba para vender por algo, por un miserable bolígrafo. Quedé impactada y quisiera enviar todos los que pueda reunir a esa zona… para mujeres y niños, sobre todo, pero no sé donde y tampoco como estar segura de que llegan efectivamente a la gente de a pié. ¿ALGUNA IDEA?. GRACIAS.
26 noviembre 2009 | 15:03
«(…)murió el mes pasado tras ser asaltado(…)»Y, afortunadamente, pese a los riesgos que en ese territorio se sufren, hay personas desinteresadas que anteponen el bienestar de los demás al suyo propio.
26 noviembre 2009 | 15:39
Haber… para el MONO que esta encima de este comentario:Si no te gusta el post no escribas es tan facil como eso, no por repetir 500 veces una frase se te va ha hacer mas caso.El que tenias que marcharte fuera del PLANETA TIERRA eres TU !!Saludos para el resto!Placer Virtual
26 noviembre 2009 | 17:44
Las personas que se embolsan el dinero destinado para ayudar a los pobres hambrientos de la Tierra , algún dia recibiran el castigo de Dios, pues a Dios no lo podrán engañar y de nada les va a servir ponerse en manos de un cura en el momento de su muerte. La gran cantidad de niños que mueren diariamente por culpa de esos señores ambiciosos que han desprestigiado a las ONGs , serán vengados por el fuego eterno del infierno.Clica sobre mi nombre
26 noviembre 2009 | 18:05