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Un atracador rocía su cara con zumo de limón para hacerse invisible

Foto: Lakelandlocal (Flickr).

Foto: Lakelandlocal (Flickr).

Mi red de investigadores online va creciendo poco a poco, lo que me congratula sobremanera. Hoy, gracias al talento de @dutx12, os traigo una información que debería abrir las portadas del New York Times. Total, no ha pasado nada importante en EE UU en las últimas horas.

Que el mundo del latrocinio estadounidense está un poco loco, ya lo sabíamos (ejemplo 1, ejemplo 2), pero va alcanzando niveles inimaginables. El señor McArthur Wheeler, perseguido por la justicia por acometer robos a mano armada, ideó un método infalible para ser indetectable para las cámaras de seguridad de los bancos que asaltaba. ¿A que suena tentador? ¡Pues no lo es! Resulta que el truco consistía en rociarse zumo de limón en la cara, porque pensaba que así las cámaras no captarían su rostro. ¿Qué clase de estúpido es?

Por lo visto, la idea de que el ungüento le hacía invisible la sacó de un experimento con su móvil. Wheeler se disparó una fotografía, pero el escozor de los ojos a causa del limón le hizo desviar el enfoque, por lo que su imagen no quedó retratada…

Feliz como una perdiz por su espectacular invento, perpretró un atraco en Pittsburg (Pensilvania, donde ha ganado Obama, que no estoy tan desinformado). Allí, a plena luz del día, el iluminado señor Wheeler irrumpió armado y a cara descubierta en un banco, pensando que su mejunje para el rostro haría la función de un pasamontañas. ¡Craso error!

Suponemos que entre risas, la policía visualizó la grabación y poco después atrapó al delincuente, que se preguntó extrañado -¡agarraos!- «¿cómo es posible que me hayan visto, si llevaba la cara impregnada con zumo de limón?» Pues, amigo Wheeler, no sólo te vieron, sino que, además, comprobaron desternillados cómo tenías los ojos más hinchados que Özil y más llorosos que Federer a causa del escozor producido por la acidez del limón.

Y, por cierto, queridísimo ladrón de medio pelo, me permito darte un consejo: idea un plan más eficaz para pasar desapercibido en las duchas de la cárcel. No me lo agradezcas…