En los matrimonios a veces falta comunicación… y luego pasa lo que pasa. El ejemplo más claro de que las parejas deben hablar más lo tenéis en Roxana T. (35 años) y Calin T. (40 años), que viven en Alba Iulia, Rumanía.
Roxana estaba limpiando la casa estas navidades cuando encontró unas botas viejas en el armario. Cogió las botas y, sin preguntar a su marido si las quería o no (al fin y al cabo, eran unas botas viejas) las tiró a la basura. «Ale, un trasto menos, debió pensar».
El problema es que en el interior de las viejas botas estaban los ahorros de toda la vida (que digo yo, Calin, le podías haber comentado a tu mujer donde guardabas la pasta… vamos, es una idea, ¿eh?). Nada más y nada menos que 40.000 euros se fueron a la basura.
La familia, según publica la prensa internacional, estaba ahorrando para construir una vivienda nueva pero como no se fiaba de los bancos, lo guardó en las botas (mucho más seguro, a la vista está).
El marido asegura que Roxana «sabía exactamente donde estaba el dinero, porque se lo dije, pero puede que no me prestara atención».
Ahora viene la segunda parte de la historia. Maria Boti (54 años) encontró el dinero. Bueno, encontró las botas, que quería venderlas en un mercadillo de segunda mano.
La mujer, que vive en una zona humilde, había comprado una casa con ese dinero (el acuerdo ha quedado cancelado después de que la Policía descubriera que Maria había encontrado los eurillos.
Pues bien, después de tantas idas y venidas, Roxana y Calin han recuperado 19.000 euros y Maria se enfrenta a tres meses de cárcel por no comunicar a la Policía su hallazgo.
PD: ¿Si os hubierais encontrado 40.000 euros habríais ido a contárselo a la Policía?
PD2: Gracias a Susana, expatriada en Rumanía, por confirmarme que la historia era real.
Hoy hace un año…
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