¡Ah, la disfunción eréctil! ¡Qué problema tan cruel! Uno recuerda atribulado a Pelé, mito entre mitos, hablando de sus problemas íntimos y anunciando Viagra (cuña gratis, no os quejaréis…) y se le abren las carnes. Conviene tomarse este asunto con el rigor que requiere, aunque sea inevitable que algunos de los incidentes causados por el abuso de la pastillita azul nos arranque una sonrisa, a medio camino entre la mofa y la compasión.

El último caso de sobredosis de sildenafilo (principio activo de la Viagra) del que tenemos conocimiento nos llega desde Colombia, donde Gentil Ramírez Polanía, exconcejal del municipio de Gigante (más de 20.000 habitantes, según Wikipedia), ha estado a punto de perder el pene. Sí, como suena. Se ha librado de la amputación de su órgano viril por la acertada intervención del doctor Antonio Correa Luna, que lo atendió en el Hospital Universitario de Neiva. Según el galeno, «el paciente llegó luego de sufrir una angulación excesiva, tanto que hizo que la túnica, que es la fortaleza del pene, se desgarrara sufriendo un trauma severo que en medicina llamamos fractura de pene«. Que levante la mano el que no se ha retorcido un poco en su silla al hacer una representación mental de la escena.

El señor Ramírez Polanía, que tiene 66 efusivos años, asegura que tomó su dosis habitual de Viagra, pero que algo salió mal. «Tomé el medicamento el sábado a las 7 de la noche pero ya a las nueve de la noche no me aguanté el dolor y un vecino me llevó en moto hasta el hospital de Gigante, que es donde vivo. Ahí me dijeron que no podían hacer nada». Al ver que la cosa no mejoraba, tras medio día de torturas, el caballero optó por el transporte público y acudió al Hospital de Neiva en busca de ayuda. «Tenía todos mis genitales morados», relató el exconcejal.

La versión del paciente no cuadra, sin embargo, con el diagnóstico del doctor Correa, que cree que hubo abuso del medicamento. «Dijo que se tomó su dosis normal de sildenafilo y que de un momento a otro comenzó a presentar erección. Asegura que luego hubo un traqueteo y que luego se presentó el hematoma, pero yo dudo de este relato porque tiene que existir un estímulo para que el sildenafilo produzca la erección».

Lo más probable es que Gentil quisiera darse un festín de sexo, pero no midió bien. Con su miembro dolorido, pero a salvo, al exconcejal le espera una dolorosa rehabilitación, durante la que las relaciones sexuales le están terminantemente prohibidas. Sinceramente, después de este antecedente, me cuesta creer que ‘El semental de Gigante’ pueda resistir la tentación…