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Los ladrones más desafortunados

BecConsejo: «Para casi todo hace falta vocación»

Sabéis que lo mío con los ladrones torpes es casi una obsesión. Allá donde veo uno, allá que quiero ir a contar su historia. De modo que me he dado cuenta de que ya tengo suficientes como para presentarlos en sociedad en uno de los Top 10 de septiembre. Aquí van…

10. Se grabaron en vídeo

Supongo que los ladrones que nos estén leyendo (quién sabe, igual hay también comunidad becaria del hurto, o algo así), sabrán de sobra que lo principal es la discreción. Pues bien, Anthony VanSlyke (21 años), Joshua VanSlikye (18) y Gregory Williams (18) no lo tenían tan claro, y grabaron un vídeo en el que discutían cómo entrarían a robar a una casa. Después la robaron, claro, y no había quien convenciera a la Policía de que no habían sido ellos.

9. Se durmió dentro de la casa en la que robaba

Un ladrón entró a robar a un domicilio en Scarborough (Reino Unido), pero iba tan borracho que cuando quiso darse cuenta estaba dormido en el suelo. Claro, hizo ruido y despertó a todo el mundo, de modo que mientras él dormía como un lirón el dueño de la casa llamó a la Policía al tiempo en que le grababa con su cámara.

8. Se pintaron la cara de negro

Como no encontraron ningún pasamontañas que ponerse en la cabeza, Matthew Allan McNelly (23 años) y Joey Lee Miller (20 años) se pintaron la cara con rotulador permanente negro… para pasar inadvertidos. Entraron en casa de un señor en Iowa (Estados Unidos) allá por 2009 y un vecino llamó a la Policía. Cuando llegaron los agentes, se partieron de risa (ellos mismos lo reconocieron) y qué queréis que os diga… no es para menos.

7. Pidió salir a su víctima

Un joven entró a robar a una casa en septiembre de 2011, pero el pobrecillo se enamoró de la chica a la que le robaba. Pensaréis que entonces hizo propósito de enmienda, no robó nada y trató de convencerla por otros medios. Os equivocáis. Stephfon Bennet entró a robar a casa de Diana y dos horas después llamó a la puerta para preguntarle si tenía novio, porque quería salir con ella. Como supondréis, ella le reconoció, avisó a la Policía y detuvieron al muchacho.

6.Se disfrazó de mujer (barbuda)

Dennis Hawkins tiene 49 años y pocas luces. En 2010 entró a robar un banco y, para que no le reconocieran decidió disfrazarse. ¿El problema? Pues que usó un disfraz algo extraño: pechos postizos, peluca de mujer y pantalones de payaso… todo ello aderezado por su bigote, ¿para qué se va a afeitar? Quién sabe, igual su suegra tiene barba. Para colmo de males (de males del ladrón, claro) llevaba una pistola de juguete, robada. Aún así robó el banco, pero cuando intentó robar un coche para huir, la dueña del vehículo lo dejó encerrado dentro.

5. El atracado hizo llorar al atracador

El joven Edwin Calix entró a una tienda de licores a robar. Como robar la primera vez no es fácil, Edwin decidió desvirgarse con una botella de coñac. A ver… no me entendáis mal… me refiero a su debut profesional. Desgraciadamente para Ed, el dueño de la tienda lo vio desde el mostrador y lo dejó encerrado. Ed sacó un arma y le pidió que lo soltara, pero el dueño de la tienda se dio cuenta de que la escopeta de Ed era tan falsa como una camiseta Adipas. El pobre Ed se vio perdido y los policías lo encontraron sentado en el suelo y llorando.

4. Detenido 190 veces

Henry Farrell es un ladrón torpe, qué digo torpe… ¡nefasto! Yo creo que si hay una persona que debe dedicarse a otra cosa, ése es Henry. Hasta febrero de 2009 había sido detenido 190 veces en sus (entonces) 46 años de vida. Que si robo de coches, que si marihuana… seguramente le hacen descuento en la lavandería y en la cafetería de la cárcel por ser cliente habitual. Me lo veo con cupones de esos de «la décima te sale gratis». Lo más grave es que muchas de las veces que lo han detenido tiene el ojo pocho… ¡¿dónde se meterá este hombre?!

3. Arrastró una máquina de refrescos

Nicholas quería una máquina de refrescos en casa, pero sabía que no se la podía permitir. Supongo que pensaría en su casa: «Hay una máquina de refrescos en tal tienda, yo tengo una furgoneta para transportarla y tengo una casa donde ponerla… ¡ya sé, la robo y se acabó!». El caso es que robó la máquina y condujo con ella enganchada a la camioneta, con un ruidazo y un montón de chispas de por medio. Claro, daba tanto el cante que la Policía lo identificó y lo detuvo.

2. Acabó convertido en esclavo sexual

Es uno de los más clásicos. Tanto, que algunos medios volvieron a publicarlo este año dando la historia como reciente. En 2009, un ladrón entró en un centro de belleza con una pistola y pidiendo dinero a todo el mundo. La peluquera Olga, de 28 años, simuló entregarle el dinero y lo dejó K.O., después de lo cual lo ató, lo amordazó y se lo llevó al trastero. Tras esposarlo a un radiador y darle viagra se aprovechó de él durante dos días. Después de ello, él fue al hospital bastante dolorido y denunció a la peluquera.

1. Cazado ‘in fraganti’

Timothy quería robar en una pizzería, así que decidió que lo mejor era acceder por un conducto de aire que, como imaginaréis si alguna vez habéis comido pizza, tendría forzosamente grasa. Quizás Timothy, que no tenía pinta de ser un ladrón muy experimentado, creyó que esa grasa le ayudaría a deslizarse mejor, pero lo cierto es que a lo único que ayudó fue a dejarle atrapado, obligándole a pedir auxilio a gritos. La Policía llegó, le hizo unas fotitos para darlas a la prensa, y entonces decidió que era el momento de rescatarle. Tardaron media hora, no creáis que el tipo no se había encajado bien…

PD: Si me he dejado alguno que creáis que deba estar, no dudéis en decírmelo.