
El ladrón, junto a los policías que lo detuvieron. Fuente: Folha de Jaraguá.
Ya lo cantaba Javier Krahe y lo gritaba en versión argentina el cómico Yayo Guridi: «no todo es coger en la vida», entendiendo coger según la acepción 31 de la RAE. Sin embargo, hasta para algunos ladrones el sexo es más importante que el robo. El ejemplo nos llega desde Jaraguá do Sul, en Brasil. Allí, un ladronzuelo ha asaltado una tienda de ropa en un centro comercial y, además de llevarse cuantas prendas de vestir pudo, tuvo tiempo para entretenerse en forzar un encuentro sexual ¡¡con un maniquí!! ¡Que no todo es coger en la vida, alma de cántaro! Lo peor de todo es que ha trascendido la imagen del ladrón salido y la escena fue grabada por las cámaras de seguridad del centro, lo que va a dar pie a múltiples coñas en honor del muchacho.
En el vídeo, el joven, provisto de una escalera, comienza su fechoría cargando ropa de un lado para otro. En un momento dado, parece quedarse prendado de los encantos de un maniquí femenino que no tiene cabeza. Tras unos segundos de titubeo, el joven enamorado comienza su ritual sexual, abusando del objeto inerte. Lo acaricia, besuquea sus pechos y, a continuación, se desprende de su ropa y procede a un ejercicio que podríamos definir como «onanismo asistido». Temeroso de ser visto por algún ojo curioso, el ladrón tiene la ocurrencia de cubrirse la cabeza con una camiseta, para evitar ser identificado. De poco le sirvió, pues apenas unas horas después de que la cinta llegara a manos de la policía, el muchacho fue arrestado y puesto a disposición judicial.
Bastante avergonzado, confesó que es drogodependiente y que robó en la tienda para sacar dinero con el que poder costear su adicción. Sobre el incidente con el maniquí no tuvo reparos en aclarar que era una de sus fantasías sexuales, así que decidió dar rienda suelta a su calenturienta imaginación. Dada la poca magnitud del robo y el oprobio del que está siendo víctima por su curioso affaire, yo pondría al joven en la calle de inmediato, con una multa que sirva para pagar los daños que habrá causado, ¿no os parece?
Y repito, por si no ha quedado claro: «NO TODO ES COGER EN LA VIDA, MUCHACHOS».