BecConsejo: «Hay cosas que no están en tus manos»

Un buen amigo mío anda como loco preparando su boda. Cada vez que lo veo le pregunto que cómo lo lleva y él me mira, se ríe y dice… «Según lo quieras ver. Yo te diría que lo tenemos todo a punto, pero si le preguntas a ella dirá que falta prácticamente todo por hacer». La verdad es que no le veo muy agobiado, pero como hasta el rabo todo es vaca (los dichos los cambio porque lo hace mi tía Justa y me hace mucha gracia) yo en su lugar no cantaría victoria hasta que no saliera de la iglesia.

¿Por qué, bec? ¿Por qué dices eso? ¿Por qué nos aburres con tus preámbulos antes de contar la bobada que tienes preparada para hoy? Pues os explico: la introducción es porque de no hacerla acabaría todos los posts en una línea, y para eso está Twitter. Lo de hasta el rabo todo es vaca lo digo por Tammy Lee Hinton, una estadounidense de 53 años que fue detenida el día de su boda y las fotos que se hizo, lejos de lo coquetas (y caras) que son las fotos de boda, le salieron más bien toscas (y baratas, eso sí).

Tammy se ha hecho con el primer puesto en el ranking de novias desdichadas, por delante de la Lina Morgan de Compuesta y sin novio y Loli la de de GH a la que dejaron tirada casi casi en el altar. Según la prensa estadounidense, Tammy (no es la de La casa de tu vida, aunque un aire sí se le da) está acusada de robo de identidad por usar la de su hijo e intentar piratearle la tarjeta de crédito (piratear en el sentido más basto de la palabra, nada de nuevas tecnologías).

También os digo, es una putada contrariedad que, estando emitida la orden de arresto desde 2009, tengan que ir a detenerla el día de su boda justo cuando la mujer lo tenía todo listo para dar el «Sí, acepto».

Como supondréis, Tammy niega los cargos y dice que no tiene ni idea de dónde viene esa acusación, aunque eso no evitó que fuera detenida y puesta en libertad bajo fianza horas después para un día más tarde detenerla de nuevo.

Parafraseando a la mujer del reverendo Lovejoy (de Los Simpsons) me veo obligado a preguntar: «¿Es que nadie piensa en los niños?». Sí, sé que no viene mucho a cuento, pero es que me encanta esa frase.

PD: Si estuviera por aquí Earl diría que todo eso es cosa del karma…