La tortura de Ronald Johnson, un veterano del Ejército de Estados Unidos de 58 años, comenzó a mediados de 2012 cuando sin un motivo aparente empezó a eructar y no ha podido dejar de hacerlo hasta ahora. Lleva casi dos años echando regüeldos día y noche.

(Foto: captura de Youtube)

Al principio, el señor Johnson, tras observar que los eructos no cesaban, acudió al Departamento de Salud de Florida y los médicos quedaron sorprendidos. Nadie había visto un caso parecido. En enero 2013, tras un montón de pruebas y varios análisis estomacales, un doctor le recetó un medicamento que logró detener su martirio, pero todo volvió a comenzar en octubre. Y si esto no fuera suficiente, también sufrió los efectos secundarios del fármaco que le administraron, que incluían un síndrome similar al Parkinson. ¡¡¡A este hombre le han mirado mil tuertos!!!

«Me he sometido a todos los exámenes gástricos disponibles. Dicen que estoy bien. Los eructos sólo se reducen cuando me acuesto. Me avergüenza salir a la calle porque esto parece no tener fin«, indicó Johnson a un medio local. Además añade que necesita que alguien de la comunidad médica, o que cualquier persona que haya experimentado una reacción corporal parecida le ayude a hacer que el tormento se detenga.

En la entrevista también comenta que no tiene ingresos porque perdió su seguro de salud al quedarse en paro. «Si me pueden ayudar, se lo agradeceré eternamente. Esto no es vida«, concluye.

Este extraño caso médico podría estar producido por algún fallo neurológico desconocido, según ha dicho un grupo de expertos consultados por un canal de televisión estadounidense.

PD. En el vídeo se puede observar el suplicio que supone para el señor Johnson este extraña reacción orgánica.