Españoles por el Mundo, el programa al que imito de buena fe con mi Vuelta al mundo en 20 minutos, me ofreció el pasado martes su mejor reportaje. No es que Montreal tenga nada especial en comparación con otras ciudades del mundo que visitan, sino que hay días en los que el personaje es más fuerte que el destino.
La historia de Sergio Ambela, un hombre que conoció a su mujer (una policía montada canadiense) en Timor Oriental durante una misión de paz de la Guardia Civil y que ahora trabaja como monitor de Kite Surf, parecía una más… hasta que decidió reírse, una y otra vez, y otra, y otra más…
Estaba viendo el programa en la cama y cada vez que se reía me agarraba desesperado a la sábana (creí que la arrancaba). Me hacía gracia, pero me ponía taaaaaaan nervioso… Dios mío, ¡qué estrés!
PD: Hablando de risas, no puedo evitar acordarme del post La risa más contagiosa del mundo. Por si alguien no lo vio, aquí está el vídeo.
PD2: Por si os ha gustado el tema, os enlazo también la recopilación de risas contagiosas que publiqué a primeros de año. ¡A disfrutar!
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