Ya es difícil que te caiga encima un rayo (una posibilidad entre tres millones), pero que vayas paseando tranquilamente por la calle y se te ‘pose’ en la cabeza un puercoespín también debe ser una rarísima casualidad. Pues todas las papeletas para que esto sucediera las debía de tener Sandra Nabucco, una brasileña de 52 años que recibió la visita inesperada de un roedor con muchos ‘pinchos’.

(Foto: Twitter / Sandra Nabucco)

Como todas las mañanas paseaba a su perro ‘Gávea’, por una calle de Río de Janeiro, cuando sintió un fuerte golpe en su testa y pocos segundos después un intenso dolor recorrió todo su cuerpo. La pobre mujer todavía no sabía que 272 punzantes agujas (tuvieron la paciencia de contarlas) se habían clavado como aguijones en todo su cuero cabelludo. Intentó quitarse alguna de las espinas, pero el suplicio era tan fuerte, que tuvo que acudir a urgencias de un hospital.

En el centro médico, un equipo de cirujanos tardó varias horas en sacarle todas las púas de su cabeza. Uno de los facultativos no daba crédito a lo sucedido. «Es la primera vez que tenemos un caso de estas características«, declaró a un medio de comunicación. Además no pudieron resistirse a sacar una instantánea de la ‘curiosa cabellera’.

Por su parte, la afligida señora Nabucco comentó que si el accidente lo sufre una persona mayor o un niño, quizás hubiera muerto. Y lo más sorprendente es que estaba muy contenta porque el puercoespín había salvado la vida. «Me preocupo mucho por todos los animales, así que estoy feliz de que haya sobrevivido a la caída«, añadió.