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El hombre que ha ganado 250.000 premios en las ferias

Ya sabéis lo que odio a la gente con talento, pero esta vez estoy dispuesto a hacer una excepción. Hoy os voy a presentar a un tipo con una habilidad muy especial, y por especial quiero decir rara: el estadounidense Peter Drakos, a sus 64 años, es «la pesadilla de las ferias». Y sus 250.000 premios conseguidos lo avalan.

Su gran problema es que tiene una capacidad extraordinaria para tirar botes, encestar bolitas en peceras, disparar con corcho, meter aros en palitos… vamos, que casi mejor que no le invitemos a casa a jugar al Carnival Games de la Wii, porque puede fundirnos y dejarnos en ridículo.

Fijaos si es bueno en los juegos de feria que en el parque de atracciones de su ciudad han tenido que poner límites al número de premios que puede ganar una persona. «No quiero decir que sea por mi culpa… pero es por mi culpa», contaba algo abrumado nuestro amigo Peter a la prensa estadounidense.

«¿Y por qué este tipo con talento te cae bien, Bec?» Tranquilos, todo a su tiempo. Mientras tanto, aprovecharé para deciros que empezó con estos juegos cuando solo tenía 9 años y que en su primer año consiguió unos 200 peluches, casi uno para cada compañero de colegio. ¡Y yo aún presumo de que gané una bufanda del Real Madrid metiendo un gol y tirando tres bolos!

En fin, que probablemente estamos ante el mejor jugador de feria de toda la historia. Dice que si va a una feria y se va con menos de 40 peluches, ha sido un mal día. Además, recuerda con alegría su día grande, en 1982, cuando ganó 32 peluches gigantes en solo 15 minutos. Vamos, que no se le da del todo mal, según parece.

Y por si fuera poco, es buena gente. Porque ahora os estaréis preguntando qué demonios hace un tipo cuando gana más peluches de los que caben en su habitación («¿Qué hace, Bec? Nos lo estamos preguntando»). Pues donarlos. Donarlos todos. Este vendedor de coches dona todos sus peluches a la caridad y confiesa que más de una vez llora cuando ve la emoción de los niños que reciben los regalos.

PD: Así es difícil coger manía a alguien, por mucho talento que tenga.