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Lo más raro que ha pasado durante la semana (24-30 octubre)

Adiós, semana. Adiós, mes. Ha sido un gusto disfrutar del calor y el frío en 30 días, pero es el momento de despedirse hasta el año que viene, como pasa con los amores de verano. No obstante, siempre nos quedará Lo más raro de la semana,con todas aquellas cosas extrañas que no han tenido hueco en el blog hasta ahora. Empezamos.

Lo primero que quiero decir, antes de contar las historietas de hoy, es que si tenéis jardín le echéis un ojo de vez en cuando, porque si os despistáis unos alces fogosos os pueden montar una orgía, tal y como ocurrió en Suecia (¡gracias, David!). Ahora sí, empezamos.

1. Guardó un mes el cadáver de su esposo por si resucitaba

Vivimos tiempos difíciles. Tiempos en los que la gente ve Más allá de la vida y teme encontrarse con acreedores fallecidos en acto de servicio. Quizás por eso, en Colombia, una mujer (Alba Yacué) escondió durante un mes el cadáver de su marido (Lucio Chacué) con la esperanza de que pudiera resucitar.

Parece una historia truculenta interesada por las fechas en las que estamos, pero no. Según cuenta la prensa colombiana, fue el propio marido quien le pidió que si moría guardara su cuerpo un mes porque confiaba en resucitar. La mujer le dio su palabra y cumplió lo prometido supongo que dando gracias de que no le pidiera buscar las bolas de dragón.

Los vecinos se preguntaban qué había pasado con el cadáver. Lo cierto es que el pobre Lucio estaba en la cama de matrimonio envuelto en una sábana, muerto, aunque eso no lo sabríamos aún si no llega a ser porque las autoridades allanaron la casa de Alba.

2. Perdió sus deberes y ahora son un éxito en YouTube

La historia bonita de la semana la protagonizó la pequeña Kylie John, de 8 años, quien perdió una memoria USB en cuyo interior se encontraban sus deberes. Kylie había hecho una presentación en la que cantaba animando a la gente a reciclar y a hacer de este mundo un lugar mejor (Un futuro lleno de amor, vamos, como la canción que cantaban Seedorf, Roberto Carlos y compañía cuando estaban en el Real Madrid).

Pues bien, Darryl Lahteenmaa encontró el objeto mientras paseaba a su perro y, como es un poco cotilla, echó un vistazo a su contenido. Vio la canción y le gustó tanto que una niña se preocupara de esa manera por su entorno que decidió darle un empujoncito «reciclándola». Así pues, con la ayuda de la cantante Sarah Giardino, hicieron un apaño que dio como resultado un éxito en YouTube, según recoge la prensa internacional.

Ahora es la envidia de sus compañeros, así que, consejo Homer: si queréis ser famosos, perded vuestros deberes.

3. Quitando el protagonismo a las estrellas

Siempre que veo a los muchachos encargados de limpiar las pistas en los estadios me acuerdo de la película El aguador. Es increíble cómo pasan desapercibidos, pese a que ellos también están trabajando. Ahora me diréis que su trabajo lo puede hacer cualquiera y el de los deportistas de élite no. Bueno, tal vez llevéis razón, pero… ¿no hay nada que vosotros sepáis hacer mejor que ellos? Pues en uno de los partidos que enfrentaban a Rangers y Cardinals en la final de béisbol, uno de esos chicos decidió que era su momento… y se llevó una ovación. (Gracias, María)

4. Destroza el parquímetro con una motosierra

Cuánto daño han hecho la zona azul y los anuncios de motosierras de Pepe Domingo Castaño. Solo de esta forma se entiende la reacción (quizás un tanto exagerada, para qué engañarnos) de un señor a quien una agente iba a multar en Brooklyn porque había excedido el tiempo de aparcamiento. El hombre, ni corto ni perezoso (una expresión que se está perdiendo, por eso la uso), saca una motosierra y se cepilla el parquímetro, ante la atónita mirada (otra expresión en desuso) de los viandantes (también en desuso, por cerrar el círculo). Demasiado fuerte para ser real, ¿verdad? Pues sí, es parte de la promoción de una película… pero muchos medios picaron.

PD: Por cierto, mucho cuidado con lo que hacéis en presencia de vuestros hijos (gracias, Sara).

«Oh, sí, nena, tú sabes lo que quiero»

Hay gente que debería estar encerrada bajo llave por prescripción médica, y si no leed atentamente la historia del australiano Adam Michael Kelly.

Este angelito de 25 años y que, en teoría, se dedica a jugar al rugby, tuvo que ser detenido la noche del pasado 31 de agosto por intentar violar a un parquímetro. Se pilló la cogorza del siglo y decidió atacarlo sexualmente.

Según cuenta la policía, el tipo estaba hecho un animal. Por lo visto, cuando llegaron al lugar de los hechos alertados por una mujer asiática a la que le había hecho un comentario racista, Adam estaba prácticamente partiéndose la pelvis a empujones contra el poste al grito de «oh, sí, nena, tú sabes lo que quiero». Un romántico, vaya.

Por supuesto, pasó toda la noche en el calabozo, pero la multa es irrisoria. El juicio, que se celebró esta semana, dictaminó que tenía que pagar una multa de… ¡150 dólares! Así nos va. Con ese escarmiento de la justicia seguro que no bebe más.

PD: El lumbreras de su abogado, Richard Kelly O’Shane, alegó que el pobrecito había bebido mucho celebrando con sus compañeros de equipo el fin de la temporada. Ah, bueno, si es por eso no pasa nada.

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