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Muñecas hinchables para disminuir el exceso de velocidad de los conductores

Hace unos meses nos sorprendió la noticia del conductor que, con un maniquí como acompañante, quería librarse de las multas de tráfico por infringir una de las normas del carril Bus-VAO de la carretera A-6, en Madrid. La picaresca y el ingenio para saltarse a la torera las leyes no tienen parangón.

Ahora os traigo la historia de una jubilada china con mucho tiempo libre y con muy malas pulgas con los conductores enloquecidos que pasan cada día a toda velocidad por la puerta de su casa, en la localidad de Ningbo. Lin Chen, que así se llama la dulce ancianita, harta de que sus vecinos se saltaran los semáforos en rojo, ideó un plan infalible para que casi todos los vehículos  frenaran en seco: ¡¡¡Atar una muñeca hinchable al tronco de un árbol!!! Sí, amigos, una de esas que se pueden adquirir en cualquier sex-shop.

muñeca_hinchable

Como la señora Chen debe ser un poco recatada, seguro que le pareció demasiado fuerte mostrar a la ‘explosiva muñeca’ sin ropa, así que la vistió con un conjunto muy sexy de lencería. Aunque parezca mentira, la curiosa treta ha obtenido el efecto deseado, y hasta la policía está asombrada ya que la cifra de accidentes se ha reducido drásticamente, según publica el Mirror Online.

Después de relataros ‘el curioso caso de la muñeca hinchable’, rondan por mi cabeza varias dudas:

–          ¿Cómo se ha podido reducir el número de accidentes? Debería ser todo lo contrario, a no ser que los chinos tengan un sexto sentido y pueden mirar como los camaleones a varios sitios a la vez sin despistarse. Yo, siendo sincero, seguro que me la pegaba.

–          ¿A qué dedica el tiempo la policía local de Ningbo? Me inclino por pensar que los agentes estén observando si algún conductor comete alguna infracción al pasar al lado de ‘la guapa señorita’, en vez de regular el tráfico de la concurrida avenida.

–          Y por último, no me imagino que podría suceder si en una de nuestras rotondas colocásemos estratégicamente una de estas muñecas. Quizás funcionaría mejor que un radar de control de velocidad.

Una muñeca hinchable usada como ‘espantaconductores’

En un capítulo de Hope, el cabeza de familia está empeñado en que pongan una señal de Stop frente a su casa «para hacer un servicio a la comunidad». Dice que así la gente se pararía y él los saludaría, algo que traería alegría y amabilidad al pueblo. Pues bien, eso pasa porque Burt no tenía a mano una muñeca hinchable; de lo contrario el problema lo podría haber solucionado él mismo.

Cuenta la leyenda prensa china que una señora mayor estaba harta de que los conductores atravesaran a toda pastilla el paso de peatones que hay cerca de su casa y que, dado que las autoridades no le ayudaron lo más mínimo, ella decidió tomarse la justicia por su mano.

Cogió una muñeca hinchable (de las que son de plástico duro y ya vienen hinchadas, no sé si tienen un nombre más específico), una cuerda y un poco de ropa atrevida y ató el juguete a un árbol que hay justo al lado del paso de cebra.

La idea es, según cuentan, que los conductores levantasen el pie del acelerador al llegar al paso de peatones, ya sea porque se sientan atraídos por la muñeca como si de una sirena se tratase, o porque piensen: «¿Quién demonios ha secuestrado a esa muñeca hinchable?».

No sé el futuro que puede tener la iniciativa, por original que me resulte, dado que hay mucha gente que a la primera parará, pero a la segunda conocerá el truco. Además, vivimos en un mundo en el que la gente está muy necesitada de amor, y ver la muñeca solo atada con una cuerda es como dejarle a un ludópata el bote de las propinas al lado de una máquina tragaperras.

Algo está pasando con China y las muñecas, porque hace un par de semanas 18 policías salvaron a una que se estaba ahogando. Más historias que sumar a aquellas diez rocambolescas que os conté en septiembre del año pasado.

PD: ¡Ya es casi viernes!

Rescatan a una pareja que naufragó en una muñeca hinchable

BecConsejo: «Cuando tengas una edad… compórtate, por favor»

Hay algunos jóvenes que tienen poquitas luces. No quiero faltar al respeto, ojo, simplemente constato un hecho que está ahí, que mucha gente lo susurra en las puertas de los bares mientras se fuma un pitillo, pero que aún no ha calado en la propia juventud.

«¿En qué te basas, becario mentiroso y manipulador?», me preguntaréis (yo siempre me pongo en lo peor, ya lo sabéis). Pues bueno, en casa tengo un montón de folios apilados con historias, pero como ahora no procede hacer un análisis histórico de la juventud, os cuento un caso y vosotros valoráis.

Una feliz pareja de 19 años (ays, benditos 19, quién los pillara), decidió que una buena forma de pasar el día era navegando en muñeca hinchable a través del río Yarra, en Melbourne, Australia (para los menos duchos en Geografía, sustituid la ubicación por «lejos»).

Sí, sí, en muñeca hinchable. Ya sabéis que los grandes marinos como el comandante cruasán («¡¡será Cousteau!!» «no, a mí no me gustó»… mítico chiste de los hermanos Calatrava), decía que los grandes marinos siempre han probado primero en muñeca hinchable porque todo son ventajas: navega y entretiene.

Sin embargo, esta vez, la muñeca hinchable falló (¿cómo es posible? Sólo Dios lo sabe). Sí, muchachos, vino una corriente de agua un poco fuerte y la chica (porque la pareja protagonista la componían un chico y una chica) perdió el control de la nave y se quedó agarrada a un tronco, así a la deriva.

Pidieron ayuda y la Policía tuvo que acudir a rescatarlos, en kayak (¿por qué no en muñeca hinchable?) mientras la pareja se partía el pecho.

A quien no le ha hecho tanta gracia es a las autoridades, quienes aseguran que tienen muchas cosas importantes como para tener que acudir a estas «estupideces» (y no lo digo yo, ojo, lo dice el orden y la ley).

PD: Cuánto daño están haciendo los sex shops… ¡¡CUÁNTO DAÑO!!

Un italiano convierte a su ex en una muñeca hinchable

BecConsejo: «Piensa dos veces antes de gastar»

A día de hoy, en mi cuenta de correo de Gmail acumulo 153 correos electrónicos con sugerencias para posts y contenidos a los que aún no he podido dar salida. El más antiguo de esos 153 es de un chivatazo de David, que allá por abril de 2009 me avisaba de que el mercado de las muñecas hinchables se había modernizado tanto que ya casi las hacían a la carta.

Pues bien, hoy es el momento de hablar de ese tema, porque hay un pirado señor que se ha gastado 15.000 euros (ríete tú de la factura de Boris Karloff) en hacerse una muñeca de este tipo a la imagen y semejanza de su ex novia, según publica la prensa italiana.

Os resumo brevemente la historia para ver si así entendéis cómo alguien paga 15.00o euros por algo que cuesta (según dicen) 5.000 eurillos de ná.

Érase una vez un empresario que tenía el dinero por castigo, 50 años y residencia en la ciudad italiana de San Vediamo. Un empresario triste y desdichado que no encontraba sentido a la vida después de que su ex le dijera eso de «no es por ti, es por mí» y separaran por siempre sus caminos.

El empresario debió pensar que esa mujer tenía que ser suya y que, ya que tenía dinero, lo mejor era comprarla. Sabiamente, debió intuir que la mujer de carne y hueso no aceptaría, pero… ¿y una que no le abandonara jamás?

Así pues, se armó de valor y llevó una foto de su ex novia a un fabricante de muñecas hinchables realistas (Real Dolls, se llaman) para que le hiciera una que fuese como su ex.

La chica de plástico mediría 1,63 metros, pesaría 58 kilos (vamos, que para transportarla tampoco iba a ser muy sencillo), con las mismas uñas y la misma forma de los dientes que la de su cruel ex pareja (digo «cruel» porque será lo que él piense, no porque la conozca). Claro que como iba a ser una versión 2.0 de su ex, aprovechó para pagarle un aumento de pecho y de glúteos… hasta completar los 15.000 eurazos de los que hablábamos.

Su nueva ex es un geyperman femenino, ya que no sólo es de plástico, sino que tiene bastante elasticidad y es capaz de adoptar cualquier postura, sentada o tumbada (sin sufrir entumecimiento alguno).

Del dueño sabemos poco: que es un tipo adinerado (no sólo por la muñeca… es que, además, tiene una habitación dedicada para ella), tímido (a los encuentros con el comprador acudía con un pasamontañas) y paciente (esperó un año y medio a que «la pieza» llegara desde Estados Unidos). Un gran partido, sin duda.

PD: Yo desconfío mucho de las mujeres perfectas desde que vi Desafío Total.

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