¡Atención! Apuntad bien este nombre: Dillan Warden. Podría ser un peligrosísimo delincuente. Hablo en condicional, puesto que sólo tiene tres años y aún puede romper en «hombre de bien». Eso, al menos, deja intuir un policía de Piedmont (Oklahoma). Allí, al chaval le han puesto una multa de 2.500 dólares… ¡¡por orinar en el jardín de su casa!! ¡¡A un niño de tres años!!
«Dillan se bajó los pantalones para hacer pis», relata la señora Warden, madre del infante sancionado. «En ese momento, el policía que iba patrullando por la calle se detuvo y me dijo que le iba a imponer una multa por orinar en público», concluye, entre estupefacta e indignada, que no me extraña. Ante lo estúpido de la situación, la abuela de la criatura, más tranquila que la mamá, trató de interceder. «Le dije que tiene tres años y que es nuestro jardín, pero el policía me respondió que no importa, porque se trata de orinar en público».
Tras comprobar que el agente –Ken Qualls es su nombre-, no hacía la vista gorda con la ‘infracción’, la familia Warden puso una queja al Departamento de Policía de Piedmont, donde también les ignoraron. Con el nivel de indignación in crescendo, los Warden llevaron el asunto ante la Justicia. «No es sólo que se trate de un niño de tres años, sino también del abuso de poder, porque el policía puso la multa en vez de arreglar la situación de una mejor manera», aseguró mamá Warden.
Hartos de la indiferencia institucional, la familia afectada hizo público el asunto y el caso obtuvo una repercusión abrumadora en la región, lo que obligó a las autoridades a disculparse. El jefe de la Policía de Piedmont, Alex Oblein, visitó a los Warden, pidió disculpas por la severa actitud del agente Ken Qualls y se ofreció a retirar la multa.
Ante este hecho, me surgen dos dudas: 1. El jardín de tu casa, ¿no es particular? ¿Todos los jardines de casas son públicos? 2. El agente Qualls, ¿forma parte del reparto de la saga ‘Loca academia de policía’?
La traición no deja de ser una mentira, así que también tiene las patas muy cortas. Si no lo creéis, podéis preguntarle al chino que protagoniza nuestra historia, al que su mujer ya está preparando la demanda de divorcio. El motivo directo es el adulterio (igual tiene alguna razón más, no sé).
Den Jialin es un trabajador de una multinacional que opera en China y, parecía un «hombre de su casa», de los que se levantan por la mañana para ir al trabajo y al terminar su jornada laboral retorna al hogar para convivir en armonía con su esposa. ¡Pero no lo es! Es un tipo con más peligro que David Navarro en un partido de fútbol… americano.
El ciudadano Jialin fue cazado con las manos en la masa (vale, es un tópico evidente, pero no he podido resistirme). Circulaba con su todoterreno a 95 km/h por una vía limitada a 80. De inmediato, un radar le pilló y le hicieron una foto en plena infracción de tráfico. Una imagen la mar de comprometedora, como podéis ver. Resulta que Jialin, además de no respetar los límites de velocidad, tampoco respetaba a su esposa. El tipo fue cazado mientras le agarraba un pecho a su acompañante, una joven de la que no ha trascendido su identidad.
La multa llegó como un dardo envenenado al hogar de la familia Jialin. La esposa, seguro que cabreada pensando en que tendrían que aflojar pasta por culpa de su marido, se topó de bruces con una situación aún más desagradable: descubrir que tu esposo dedica parte de su tiempo a meter mano a otra mientras conduce. La futura ex señora Jialin le pidió una explicación inmediata a su marido que, probablemente entre balbuceos, sólo acertó a decir que la imagen era un fotomontaje. ¡Infiel y poco original!
Moraleja: Mi recomendación es que no engañéis a vuestras parejas pero, si lo hacéis, no lo hagáis en el coche; aunque, si lo hacéis, no lo hagáis mientras conducís y, si lo hacéis, no os saltéis las normas de tráfico.
Hay una cosa que se repite anualmente desde que empezó esta locura del blog en noviembre de 2008: con la llegada de los primeros calores, los cerebros se resecan y en lugar de pasar más cosas chorras, pasan menos. Es así, amigos. El verano trae consigo un páramo de frikismo que este año ya veremos cómo solventamos.
No obstante, aún no ha llegado ese momento (demos gracias a Doraemon) y esta semana ha sido particularmente intensa en lo que a historias raras se refiere. Ya sabéis que siempre se quedan tres o cuatro por contar porque durante la semana pongo el ojo en otras cosas. Por eso, resumimos las chorradas en este post semanal.
1. Retiran una multa ilógica
Lo bueno de contar las historias con unos días de retraso es que sabemos cómo acaban. Hace unos días, os habría contado que multaron a un hombre por dar limosna a un mendigo en Estados Unidos y nos habríamos escandalizado. Resulta que John Davis paró su coche, dio unos dólares a un hombre que estaba en silla de ruedas y los billetes cayeron al suelo.
En ésas llegó la Policía y multó a John por tirar basura al suelo. Toda una locura, sí, que habría quedado así para todos nosotros de no ser porque os la cuento ahora y os puedo decir que un juez ha retirado la multa (que superaba los 275 euros) porque entiende, como todos nosotros, que «el dinero no es basura», según recoge la prensa estadounidense. Las autoridades intentaron justificar la multa alegando que se había parado en un lugar muy transitado y que resultaba peligroso, pero no fue argumento suficiente.
2. Hulk dejó de ser verde… 25 días después
La segunda historia también habría quedado abierta eternamente de no ser porque ahora también sabemos cómo acaba. Hace unos días, @dutx12, corresponsal peninsular del blog, me contaba la historia de Paulo Henrique dos Santos, un brasileño de 35 años que se disfrazó del Increíble Hulk y luego no fue capaz de quitarse la pintura verde del cuerpo.
El pobre hombre, que hace unos días lamentaba que el verde de su cuerpo no se iba ni con jabón, anunciaba que iba a denunciar al fabricante y a la tienda donde compró los productos… ¿se iba a quedar así para siempre? Pues eso pensaríamos si no supiésemos que después de 25 baños este brasileño dejó de ser verde. Para ello fueron precisas esponjas, escobillas, jabón, champú, detergente y alcohol.
Todo ha acabado con una promesa: «No me voy a pintar más», cuenta Paulo Henrique a la prensa local.
3. El cameo accidental del creador de Facebook
Sabéis quién es Mark Zuckerberg, ¿verdad? Es el creador de Facebook. Pues bien, os propongo un juego. Sale en el vídeo que os voy a poner a continuación… a ver si lo localizáis:
Supongo que ya lo habéis identificado, pero por si acaso no es así, os chivo la solución: Mark y su mujer aparecen en pantalla en el segundo 29. Están paseando por detrás de unos policías.
Y me diréis… muy bien, becariucho, ¿qué tiene esto de nuevo? El creador de Facebook sale en un montón de vídeos. Pues sí, chicuelines, la diferencia es que esta vez no fue premeditado. Lo que habéis visto es un documental de la televisión china sobre la Policía del país en el que nuestro amigo Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan, hacen un cameo sin querer.
Cuenta la prensa internacional que la pareja lleva la misma ropa que se les vio en las fotografías captadas durante su visita a Shanghái el pasado 27 de marzo. Ahora bien, dado que Facebook en China no es muy popular que se diga… lo mismo ni le reconocieron.
4. Está enamorado de dos hermanas gemelas
Si una pareja ya da quebraderos de cabeza… ¿os imagináis que además de tu pareja estuvieses saliendo con su hermano o hermana? Sí, un trío en el que estáis tú, tu pareja y tu cuñado o cuñada, conviviendo bajo el mismo techo con una relación de amor. A mí, sinceramente, me parece poco apetecible, pero oye, no seré yo quien diga a la gente que no lo haga.
La historia es un poco rara, porque él estuvo casado con su mujer Belle durante 30 años y entonces se enamoró de Dorothy, su cuñada. Al principio las hermanas no terminaban de entenderlo pero ahora dicen que su amor les hace más fuertes a los tres.
Seguro que todo es un truco de Marc para poder jugar al Cluedo, donde para jugar hacen falta tres participantes como mínimo.
PD: Venga, votemos a mano alzada. ¿Cuál de estas cuatro historias es vuestra favorita?
[Hoy hay varias formas de ver el post. Si tienes un nivel medio de inglés, salta el texto y mira solo el vídeo. Si no, puedes leer solo el texto. También puedes leer y luego ver el vídeo, o al revés. Y si nada de esto te convence puedes ir a los comentarios e insultarme o, mejor aún, cerrar la ventana y seguir navegando por 20 minutos]
«Tú hazte el loco, que seguro que cuela» es una de las frases que más daño han hecho a lo largo de la historia. El de hoy es solo un ejemplo más que viene a corroborar una teoría: tu plan A será siempre una basura si no tienes un buen plan B. Os cuento…
Una pareja de muchachos rusos viajaba en un coche por Ucrania y excedió el límite de velocidad. La Policía les pide que se paren y ellos deciden ejecutar su plan A: «Vamos a fingir que somos extranjeros y que el coche es alquilado. Seguro que no nos entienden y al final, en lugar de ponernos una multa, nos dejan en paz».
De modo que llega el primer agente y les pide, en ruso, la documentación. Ellos, con un acento que tira para atrás, le preguntan que si no habla inglés, que son extranjeros y el coche es alquilado. «Do you speak English?» le dicen constantemente. Pero el policía no sabe ni inglés, ni japonés, ni catalán. Al final, medio apurado, el pobre hombre les dice: «Stop, one moment» (bueno, igual les ha dicho «Stop, один момент», pero a mí me ha sonado «one moment») y se va. ¿Victoria?
Ahí es cuando se produce el gran error. El protagonista de la secuencia, cuyo nombre ignoramos pero a quien llamaremos Dimitri, canta victoria antes de tiempo. Se viene arriba, sonríe, le falta sacar el champán y encender los aspersores para que la fiesta sea completa. Todo es jolgorio y alegría hasta que…
Efectivamente, hasta que llega un segundo agente y queda en evidencia que el plan B de Dimitri era una basura infame. Intenta seguir con la idea original y le dice que si habla inglés, a lo que el policía responde que sí, que por supuesto que lo habla. Entonces Dimitri le pregunta que por qué le han parado y el supermadero le explica, pacientemente, que ha excedido el límite de velocidad. El copiloto, amigo de Dimitri, pregunta que cuánto y, cuando este amable señor se lo dice, Dimitri dice que es un coche de alquiler y que son extranjeros… a lo que el supermadero responde, con toda la razón del mundo: «Eso no importa».
Entonces Dimitri tira de recursos desesperados y cuando le piden la documentación él le dice que si puede probar que han excedido el límite de velocidad. Nuestro supermadero les confirma que sí, que sí lo puede probar y que le enseñen la documentación porque han incumplido la ley. Es el momento cumbre del vídeo, cuando el amigo de Dimitri, en un acto de locura, le dice al supermadero que en su país no tienen límite de velocidad lo que causa una sonrisilla del policía, que les dice: «Vamos, chavales, ¿de dónde sois?»… Y los muchachos terminan de meter la pata hasta el fondo cuando dicen…
«¡SUIZA!». No hombre no, Dimitri. Vamos… ¿Suiza? Haberte inventado un país en plan: «Somos de Itafe, una pequeña isla del Índico» o «Que no te engañe nuestro aspecto, somos del corazón de África, de un lugar donde aún no hay carreteras asfaltadas y no vive nadie». Si vas a crear, hazlo a lo grande, porque de lo contrario te pasa lo que te pasó, Dimitri. Y lo que pasó fue que llegó el supermadero y les dijo: «En Suiza sí hay límite de velocidad, es de 50 km/h» (entendemos que para una carretera similar). Entonces les pide de nuevo la documentación y, a falta de más excusas…
A falta de más excusas le entrega su documentación, se resigna y el policía esboza una sonrisilla cuando comprueba que Dimitri y su colega tienen de suizos lo que yo de napolitana: absolutamente nada. Ahí llega el clímax del vídeo, cuando el supermadero descubre que son rusos y dice… «Ooohhh, Russian Federation. Welcome to Ukraine». Absolutamente espectacular, ya sea real o una simple broma, me sirve para lo que quería, que era constatar los riesgos que conlleva el «hacerse el loco» y que sepáis que es importante tener siempre un BUEN plan B en la recámara. Y ahora sí que sí… el vídeo:
PD: Más de 290.000 personas han visto este vídeo. Ahí lo dejo.
Os lo he dicho alguna vez: si parece una noticia increíble, puede que no sea verdad. A veces es difícil distinguir si lo que te cuentan es verdad o mentira, si la noticia que estás leyendo en un montón de medios ha ocurrido o es un bulo que ha ido saltando de red social en red social hasta convertirse en un caso de Ricky Martin, el perro y la mermelada.
Pues bien, lo último en subirse al carro de las mentiras y las malinterpretaciones ha sido una información publicada en medio mundo en la que se aseguraba que una ciudad estadounidense iba a multar a las personas que fueran enviando mensajes de móvil mientras caminaban. Ojo que esto no es como el caso de la caca tatuada o la escuela de sexo, esto es más complicado.
Y lo es porque el fallo viene de raíz, en la propia prensa local. Medios estadounidenses de renombre, como la ABC y la CBS, la dieron por cierta. De ahí saltó a las agencias y así terminó en un montón de países: Francia, Italia, Brasil, España… todos contaban cómo la Policía de Fort Lee (Nueva Jersey) iba a multar con 66 euros a los viandantes que usaran su móvil para evitar accidentes. La cosa se ha ido tanto de madre que en algunos sitios se ha llegado a decir que se han puesto 117 multas por esta infracción.
Sin embargo… es mentira. Es una información muy suculenta porque cada vez somos más los que usamos el móvil mientras andamos y eso, como ya hemos comentado con detalle, entraña ciertos riesgos. No obstante, esos riesgos no suponen un peligro suficiente como para acarrear una multa, al menos no en este caso.
¿Y por qué sabemos esto? Bueno, porque otra agencia de comunicación contactó con el Departamento de Policía de Fort Lee donde la responsable Melissa Cuello explicó que todo había sido una confusión. El jefe de policía, Thomas Ripoli, había anunciado un endurecimiento de las multas por cruzar la calle con el semáforo en rojo y había advertido de los peligros que conlleva usar el móvil mientras se camina, pero solo eso. «Andar y usar esos dispositivos no va contra la ley», subraya Cuello.
Podría pararme aquí, pero aún tengo una bala en la recámara que me genera dudas. Mandy, Victoria y unos cuantos lectores más me hicieron llegar una noticia rara que he preferido no dar por buena porque no me la termino de creer, pero que quiero compartir con vosotros. Reza la información que, en China, un hombre denunció a su mujer por fea y será indemnizado. Al parecer, su mujer no le había contado que se había operado varias veces de cirugía estética y el primer hijo era tan feo que levantó sospechas en el hombre.
¿Que por qué no me lo creo? Bueno, para empezar porque no hay imágenes (la foto que hay a la derecha, de Debs (ò‿ó)♪, es solo un recurso gráfico aprovechando lo del espejo roto y no corresponde a la mujer china en cuestión, como imagináis). Luego porque la noticia ocurre en China, donde nadie va a ir a comprobarlo. En tercer lugar porque después de rastrearlo hasta cinco veces, me he topado con que la fuente original es una agencia de noticias macedonia que no enlaza a ningún sitio.
PD: No sé, no sé… lo de la multa de los móviles con la que empecé el artículo es mentira, lo de la indemnización por ser fea tampoco me lo creo. ¿Y vosotros?
Si Alf, Roger Smith o cualquier otro extraterrestre coge el coche en estos tiempos en los que en España la velocidad máxima es de 110 km/h es posible que se lo tome a cachondeo y, cuando vea la señal, pise a fondo y supere los 120 km/h al grito de: «¡A mí no me van a engañar!». Evidentemente, se llevarán una buena multa.
Bien, imaginad que algún gracioso cambiara las señales de 100 y pusiera 110. Todos (Juaco incluido) superaríamos el límite establecido y nos multarían. Una faena, ¿verdad? Pues esta gracia puñetera ha tenido lugar en Bradford (Reino Unido), donde algún simpático gamberro modificó el 30 por un 40 y convirtió una carretera en una discoteca llena de flashes.
No sé a vosotros, pero a mí este tipo de chascarrillos no es que me hagan mucha gracia. Más que un chiste o una broma me parece una gamberrada cuyo único fin es fastidiar a los conductores que respetan los límites de velocidad.
Puestos a hacer la puñeta, sería mejor jugársela a quienes no ponen los intermitentes, te adelantan en línea continua, no respetan la distancia de seguridad… vamos, a todos aquellos que nos la juegan sin que les vea la Policía, ¿no? Digo yo…
BecConsejo: «Al final nos hacemos mayores. No te olvides de eso»
¿Recordáis cómo éramos con 11 años? Pensábamos que la noche era joven, que éramos inmunes a todo. Los de mi generación, además, creíamos que podríamos volvernos rubios si nos concentrábamos y hacíamos fuerza, como Goku, aunque lo máximo que conseguíamos era alguna que otra flatulencia inoportuna. Teníamos 11 años, uno más que el Serrat del gato «funámbulo y necio».
Pues bien, a Kelly Zierdt, que tiene 11 años, una travesura le puede salir carilla. Antes de ir directamente al lío, quiero que debatamos una cosa. ¿No habéis querido nunca ser recordados? Me refiero a que… no sé… ¿nunca habéis visto el Paseo de la Fama de Hollywood y habéis dicho… «me gustaría poner mi mano ahí»? A mí no me miréis, que estuve en Barcelona y una de las primeras cosas que hice fue comparar mi pie con el de Michael Jordan…
Bueno, pues Kelly se ha metido en un lío por venirse arriba en un caso similar. Resulta que esta cría escribió su nombre en cemento húmedo, una de esas cosas que todos pensamos alguna vez pero que al final no hacemos, y la cazaron. En fin, tampoco es muy difícil no, es como si yo pusiera mi nombre en cemento: «El becario de 20minutos.es»… seguro que vendrían a por mí.
De todos modos, la Policía les pilló en el acto, a Kelly y a sus amigos, los metió en un coche patrulla y los críos, que son críos, empezaron a llorar, según publica my9NEWS.
Ahora, Kelly tendrá que comparecer ante el juez por vandalismo tras poner sus iniciales en el cemento. El padre de la pequeñaja lo tiene claro y denuncia (bueno, protesta más que denuncia) que esto se está haciendo una bola cada vez más grande.
En cualquier caso, vamos al lío… ¿por qué tiene que comparecer Kelly ante el juez? ¿Por qué sólo ella? ¿Por qué la travesura le puede salir cara? Pues porque el papá de Kelly, el señor Zierdt, en lugar de regañar a su hija y castigarla sin ordenador un par de días, ha decidido que no le sale de los no está dispuesto a afrontar la multa de 250 dólares (algo más de 190 euros) con la que castigan a su hija.
El resto de padres sí lo han hecho, por lo que sus hijos han quedado libres. Según leo en la prensa norteamericana, la Policía dice que los padres, por lo general, ayudan a imponer los castigos, y que les hacen volver pronto a casa (a los hijos, no a los agentes, claro), ayudar más en las labores del hogar, etc. En este caso, los pequeñajos tuvieron que escribir un ensayo sobre por qué lo hicieron. Muy ilustrativo.
El señor Zierdt (el apellido es algo chistoso), no obstante, dice que su hija es una estudiante ejemplar y que ya ha entendido la lección, así que no paga.
A ver, señor Zierdt, que nos entendamos usted y yo (usted en inglés, yo en español y el traductor de Google mediando), lo de su hija es una chiquillada, una travesura que no tiene mayor importancia, ella quizás es una hermosa joven con un futuro prometedor, pero… ¿entonces qué hacemos con su firma? ¿La dejamos aquí en el barrio estadounidense para que el resto de niños hagan lo mismo? ¿Esperamos a que se haga una gran estrella de algo para que la firma tenga valor? ¿Le cantamos al resto de padres aquello de «Pringao, que eres un pringao»?
No, hombre, no. No le damos mayor importancia al tema, pero pagamos la multa, igual que si su hijo se dedicara a hacer pintadas (con buena fe, eso sí), porque las cosas no se arreglan solas, hombre.
PD: Lo dicho, Zierdt, pague ya y deje que su hija haga vida normal, que como tenga que ir a juicio con 11 años a lo mejor le coge el gustillo y de mayor tiene usted a una Lindsay Lohan en casa…
Son cosas que pasan en Estados Unidos y no ocurren en España porque nosotros somos mucho más aburridos. Como ellos graban las actuaciones policiales, pueden recoger momentos tan graciosos como éste.
El agente baja del coche a poner una multa (todo esto pasó en Texas, que se me olvidaba), pero por la zona hay un gato negro rondando. El hombre, que no debe ser supersticioso, se pone manos a la obra y con lápiz y papel (es una expresión) prepara la multa.
El gato, que es muy suyo, empieza a treparle por la pierna y el hombre (que es todo un profesional) permanece impasible.
Pero (siempre hay un pero), el gato sigue escalando… y se cuelga del brazo. Entonces el policía empieza a sentirse incómodo y se mueve ligeramente para zafarse de él. No lo consigue y el minino termina en la cabeza.
Las modas tienen estas cosas… que nunca sabes cómo pueden acabar. Supongo que todos habréis visto alguna vez a un muchacho o una muchacha con los pantalones caídos, enseñando los calzoncillos.
Vamos, tampoco es muy difícil… probablemente alguno también los usa. Al fin y al cabo, están de moda. (Cómo se nota que estoy concienciado con este asunto).
Pues el problema de Trent Joseph Wroe es que participa activamente en esta moda en una de sus peores vertientes: lleva los pantalones caídos y no usa ropa interior (repito, por si estáis en el curro y lo habéis leído rápido… no lleva ropa interior -pa’ matarlo, vamos-).
Os resumo la historia, para no aburriros más. Este australiano de 19 años ha sido multado con 124 euros porque se le cayeron los pantalones delante de una agente de policía y, cosas de la vida, su pene quedó al descubierto.
Él dice que la ropa se la había prestado un amigo gordo y que todo fue una casualidad maléfica, según cuenta la prensa australiana. Como podéis imaginar, no le ha creído ni Dios, por mucho que dijo en el juicio «hoy me puse cinturón» (ja, ja, ja… encima se lo toma a coña).
La agente, que le detuvo por escándalo público, dice que el rebelde lo hizo a propósito…
A mí estas cosas, como os dije, me hacen (un poco) de gracia, menos algunas veces, que directamente me dan asco. El otro día, por ejemplo, a una chica se le veía parte del culo mientras andaba. Lo peor de todo es que se le veía la ropa interior (más abajo de lo que debía pero por encima del pantalón) y… ¡cinturón! Aún me pregunto cómo es posible….
Concretamente, me refiero a los siguiente comentarios:
M.B.G: «mira no me creo lo que estas contando, ni de coña, por 4 KM de mas no te multan, a ti lo que pasa, es que tienes ganas de tomarle el pelo a la gente haciendote el martir, pero si lo que te mola es que te llamen IDIOTA tu mismo, IDIOTA».
Alucino, vecino: «Mira que sois bobos.. primero.. este tipo, el becario, os toma el pelo y juega con vosotros y encima picais.. se burla de nosotros, haciendose el martir y exponiendo quizas un problema (absurdo) para que vengais a opinar.. aqui, lo que importa, es que «opineis», os quejeis, insulteis etc.. es LO UNICO QUE LE INTERESA A ESTE PERIODICO (por llamarlo asi)».
Schumi Caracol: «no es raro que rellenes tu espacio crreando noticias, juntapaabras es un piropo para ti , por que tu eres inventapalabras, o inventanoticias».
Jajaja: «Esto me parece una tomadura de pelo, igual como monologo o texto comico te sirve, pero sino te diria que antes de inventarte algo lo contrastes, info sacada de la dgt: Señal de Limitación de 70; hasta 80 km/h. no te sancionan».
Pues nada, aquí está la prueba de mi ‘mentira’: de las dos multas, os enseño la más ajustada, la que sobrepasaba el límite en 4 km/h.
Vaya por delante que el insulto siempre lo encajo con deportividad, pero que me dejen por mentiroso… no. Además, no tiene sentido porque cuando me invento historias soy el primero en reconocerlo.
PD: No sé si mis ‘amigos’, los que que creen que me río de la gente y que mi único fin es enfrentar y humillar a mis propios lectores, esos que dan lecciones de ética a todas horas, tendrán algo que decir.
PD2: Ah, por si quedaba alguna duda. Aunque el margen sea escaso, EL ERROR ES MÍO por sobrepasar el límite, no me quejo.