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Le pueden caer cinco años de cárcel por no pagar un refresco

No sé si estos días habéis visto el fútbol. Pues que sepáis que es pecado mortal. Toda esa gente que quiere que pensemos en la crisis y en los mercados de día y de noche, que solo demos vueltas a los recortes… toda esa gente nos odia. Y nos odia doblemente por pasar el rato en el blog del becario, donde no hay ni una ¿noticia? que merezca la pena ser leída. Básicamente porque todo lo que cuento aquí, como en Twitter y en Facebook, son chorradas.

Hoy no va a ser excepción. Así es como, gracias a este blog, descubriréis que hay un señor que se enfrenta a una pena de hasta cinco años de cárcel porque se fue de un establecimiento sin pagar un refresco que valía poco más de 70 céntimos. El hombre en cuestión es Mark Abaire, que tiene 52 años y cara de alemán (aunque es estadounidense).

Resulta que la semana pasada acudió a un establecimiento de comida rápida en Naples (Florida, EE UU) y pidió un vaso para beber agua. Según la prensa local, Mark decidió que mejor que agua se iba a poner un refresquito en una de esas máquinas de «sírvase usted mismo» y, ya puestos, se lo iba a llevar fuera del restaurante para tomárselo.

El gerente le explicó que podía hacerlo, claro, siempre y cuando abonara lo que valía la bebida en cuestión: no llegaba a un euro. Pero Mark, que es muy suyo, decidió que no, que iba a llevárselo fuera y no lo iba a pagar, porque… yo qué sé por qué, igual porque piensa que pagar la bebida es de pobres, vete tú a saber.

Así pues, llamaron a la policía, que le arrestó, y dado que este pequeño hurto se suma a otras condenas por robo de años anteriores… Mark lo lleva crudo. El refresco fue la gota que colmó el vaso y su expediente policial evolucionó de delitos menores a delito grave (por reiteración, como en el fútbol… uy perdón, he dicho fútbol), algo que en Florida supone enfrentarse a una pena de hasta 5 años de cárcel y una multa superior a los 3.700 euros.

Puede que considerara una estafa pagar 70 céntimos por un refresco de esas máquinas, dado que muchos consideran que lo único que echan son polvos (y no de los buenos), pero lo mismo el refresquito le sale por 4.000 euros… eso sí le va a doler en el bolsillo.

PD: Un consejo, amigos. Si os cruzáis con un gurú, corred tan rápido como podáis (en dirección contraria a él, por supuesto).