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El loro más raro del mundo está en peligro de extinción

La radio en España tiene cosas muy interesantes (no todo es Carrusel, que a mí me encanta… pero hay vida más allá), pero le falta publicidad. Una de esas cosas es América Valenzuela, que se encarga de Ciencia al cubo en RNE. El otro día, América hablaba de un extraño loro, el kakapo, que está en peligro de extinción.

El kakapo es un loro que no parece un loro, la verdad. No puede volar, es un ave nocturna, está gordo y se está extinguiendo. Al pobre animal se le acumulan los problemas.

Vayamos por partes.

¿Por qué no puede volar?

No siempre fue así. Cuando llegaron a Nueva Zelanda, el kakapo era más pequeño y volaba, como cualquier otro loro. A medida que sus depredadores se fueron extinguiendo, el kakapo no tuvo la necesidad de seguir volando, así que lo dejó de hacer y simplemente… lo olvidó.

Ahora se dedica a escalar los árboles y a caminar por el suelo usando su bigote (sí, tiene bigote… y un gran sentido del olfato). Usa sus alas como paracaídas cuando salta desde algún árbol y se ha acostumbrado a dormir de día y vivir de noche.

¿Por qué está gordo?

Mide unos 60 centímetros y puede llegar a pesar cuatro kilos. Si eso no es gordo, que venga Dios y lo vea. Lo cierto es que una vez que dejó de volar no necesitaba seguir a dieta, aunque no creáis… escalar árboles también requiere su esfuerzo.

Sea como fuere, lo cierto es que se ha dejado llevar por la buena vida y, como es capaz de acumular grandes cantidades de grasa, se ha vuelto un loro pesado, en el sentido literal de la palabra.

¿Por qué se está extinguiendo?

La colonización humana ha sido clave en este aspecto. Extinguidos sus depredadores, el loro dejó de volar y se convirtió en presa fácil para los roedores introducidos por los humanos.

Su táctica de camuflarse con la vegetación es útil para esquivar los ataques aéreos, pero ineficaz con animales a ras de suelo.

¿Cuál es su situación ahora?

El gobierno neozelandés se ha empeñado en recuperar al kakapo, del que sólo quedan 124 ejemplares.

Se encuentran en dos islas limpias de depredadores: Codfish y Anchor (las que aparecen en el mapa de arriba). El gran problema es que sólo ponen ocho huevos cada Mundial o Eurocopa, (cada dos o cuatro años, vamos).

Para colmo las hembras no llegan a ser fértiles hasta las 11 años y no todos los huevos tienen dentro polluelito. La solución, de momento, puede ser la inseminación artificial.

PD: Antes cazaban muchos kakapos y se repartían por los museos de todo el mundo. Es posible que hayáis visto alguno.

(FOTOS: Departament of conservation)

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