Fue como un billete de tres euros, falso como él solo, pero a la vez tuvo su gracejo. La escobilla nacional, programa heredero de Homo Zapping, reunió a los dos… iconos, para hacer uno de los cara-cara más esperados por la audiencia española (nuestro país es así, qué le vamos a hacer).
El imitador de Jesulín lo hace bastante bien (el «indudablemente» repetido una y otra vez lo clava) y Yolanda Ramos es genial se ponga en el cuerpo que se ponga.
¿Aún no lo habéis visto?
Tuvo más cosas esta escobilla, además del reencuentro Jesulín–Belén. El programa vuelve a traer a la caja tonta un género que a mí particularmente me gustaba y que aún no sé muy bien por qué lo fulminaron: el de la parodia de nuestra propia tele.
Lo que no tengo muy claro es si funcionará el papel de Àngel Llàcer. En su momento no terminó de cuajar el dúo José Corbacho–Esther Arroyo, así que tengo mis dudas respecto al ex director de la academia OT (será que para mí está encasillado, qué le vamos a hacer.
PD: ¿Coincidís conmigo sobre La escobilla?
Hoy hace un año
→ Homer sigue buscando sus pilas
→ «Me sentí el más inútil del mundo»
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