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Padre e hijo cumplen once años con solo unas horas de diferencia

Cuando decidí hacerme cuenta en Facebook pensé que una buena forma de evitar las felicitaciones cumpleañeras era poniendo que mi fecha de nacimiento era el 29 de febrero de 1905. Sin embargo, resulta que la gente infame que cumple los años ese día lo celebra o el 28 de febrero o el 1 de marzo. Qué sinvergüenzas. De modo que Facebook toma nota del asunto y le dice a la gente que mi cumpleaños es el 1 de marzo. Indignado me hallo.

Lo digo porque yo esperaba que quienes nacen ese día se convirtieran, a la larga, en una especie de Jack (el de la película de Robin Williams) en la vida real. ¿Os imagináis? Con cuatro años tienes 16. Me imagino a los veinteañeros nacidos el 29 de febrero haciendo botellón y fumando cigarros de la risa cuando llega la policía: «Documentación, por favor… ¿cómo? ¡¡USTEDES TIENEN CINCO AÑOS!! ¿SE PUEDE SABER DÓNDE ESTÁN SUS PADRES?». Vale, ya paro…

Llegado este punto es cuando os cuento la historia de hoy, porque supongo que mis pajas mentales profundas reflexiones a vosotros os dan más bien igual.

Son de esas cosas raras y sin sentido que ocurren en el mundo, de ese tipo de noticias que probablemente pasarían desapercibidas de no haber becarios como yo con mucho tiempo libre, pero vosotros, audiencia ocasional, seguidores fieles y Trolly, merecéis saberlo. ¿Sabéis que un padre y un hijo británicos cumplen once años con solo unas horas de diferencia? Os explico.

Como ya sabéis que esto va de años bisiestos seguro que os oléis la tostada. Efectivamente, James Clarke (el papá) nació un 29 de febrero de 1968, lo que significa que hasta el momento, de sus 43 cumpleaños, reales reales solo ha celebrado diez. Mientras tanto, su hijo Seamus nació el 28 de febrero de 2001, con lo que ahora celebra sus once años… justo unas horas antes que su padre.

James lo lleva con naturalidad (vamos, es que si lo piensas fríamente es una chorrada), y cuenta que, en su infancia, el día 28 de febrero decía «mi cumpleaños es mañana» y el día 1 de marzo, «mi cumpleaños fue ayer». Así evitaba las pataditas cariñosas que se propinaba la gente de su generación en el colegio. Ríete tú del «Mosca va» de nuestra época.

Según publica la prensa británica, el pequeño Seamus disfruta eso de cumplir los años antes que su padre y se parte de risa con sus compañeros en el colegio, a los que al principio les costaría mucho entender el concepto pero que, según crecen, lo irán cogiendo. Así, hasta que deje de tener gracia y el pobre termine contándolo en el blog del becario inglés para que sea vilipendiado por la audiencia.

PD: ¿Alguno de vosotros cumple los años el 29 de febrero? Que levante la mano, por favor.