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Largas colas para ser gurú

Hoy, en la cultura becaria de los domingos, voy a aprovechar para hablar un poco de mi profesión, concretamente de las grandes mentes de ésta: los gurús.

Según la RAE, un gurú es la «persona a quien se considera maestro o guía espiritual, o a quien se le reconoce autoridad intelectual» en un determinado campo. Pues bien, para dedicarse a esto hay un rato de hostias. Yo mismo he preguntado varias veces a ver dónde tenía que apuntarme para ser gurú (dicen que de las ideas se vive bien), pero no ha habido éxito (aunque en el fondo sé que no valdría para ello). Es un círculo muy cerrado, casi impenetrable diría yo, en el que si quieres entrar tienes que seguir los siguientes pasos:

1. Para empezar, has de convencerte de que tus ideas son siempre las mejores. A partir de ahí…

2. Hablar siempre en futuro y de cosas que no se hayan hecho. El objetivo es impresionar.

3. Si tus previsiones no se cumplen, siempre habrá tres posibles motivos: alguien no supo entender el concepto, la profesión no supo tener paciencia o los dirigentes no fueron valientes.

4. Ante cualquier formato de éxito siempre hay que responder con la siguiente afirmación: «Eso lo dije yo hace cinco años».

5. Los amigos no existen: las personas se dividen entre los que te sirven para algo y los que no.

6. Prepárate a conciencia para ser un comercial de ti mismo: el esfuerzo es secundario y todo consiste en vender que tienes talento, aunque no sea así.

7. Muévete para que te inviten a todos los congresos de periodismo, intenta intervenir, dar conferencias, lo que sea. ¡Ah! Y no te pierdas las copas posteriores (aprovecha para llevar encima un buen taco de tarjetas personales). La vergüenza se queda en casa.

8. Los gurús suelen tener redes de correo en las que comparten sus grandes ideas. Tienes que entrar ahí como sea. Si eres un grande de los grandes, puedes inventar una.

9. De vez en cuando, en las conversaciones, empieza discrepando (sin ofender) para que parezca que tienes ideas propias y al final acerca posturas.

10. Hazte un blog y habla sobre todo lo que pase en el resto de medios (da igual si en realidad no pasa nada). Y recuerda: aunque te guste lo que hace alguno, siempre falta mucho camino por recorrer.

11. Tu objetivo es que los demás te incluyan en la lista cuando hablen de los gurús, pero tú siempre tienes que huir de este término. Poner cara de «eso no va conmigo» con gesto pasota es requisito indispensable. Un gurú jamás dice que es un gurú: ya lo sabe.

Como podéis ver, no es nada fácil conseguir este distintivo, que como muchos sabéis viene del hinduismo. Se emplea en India desde hace siglos para señalar al líder espiritual y tiene una connotación básica: en el momento en el que eres gurú, los que antes eran compañeros pasan a ser súbditos. Como se puede leer en la Wikipedia, el gurú enfatiza la idea de que el discípulo debe ser muy humilde ante él; de hecho, hay un refrán que dice que «la puerta de la iluminación es muy baja, y nadie puede entrar sin agachar la cabeza».

PD: ¿Cuáles son las consecuencias de no entrar en el guruses team? Consejos, por favor. ¿Cómo se ve este tema desde fuera del periodismo?

(FOTO Meet the media guru)

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