Aviso a navegantes: mucho cuidado con lo que hacéis y, sobre todo, con quién lo hacéis. Hay mucho tarado suelto por el mundo, como venimos comentando día a día desde esta tribuna. Y está bien que la gente cometa sus locuras, siempre y cuando éstas no afecten para mal al prójimo.

Esa máxima no se la ha aplicado una muchacha tejana, de nombre Anetria, ni su exnovio Joe, ambos víctimas y verdugos de una relación rocambolesca. Anetria y Joe estuvieron saliendo durante dos años, hasta que en la vida del joven se cruzó otra mujer. La chica no llevó muy bien la ruptura y tendió a su ex una trampa letal. Tres meses después de la ruptura, le comunicó que estaba embarazada y que él era el padre del retoño.
Joe, perplejo, se tomó a coña las palabras de Anetria, ya que siempre habían usado preservativos y ninguno de ellos parecía haber fallado. Aún así, apalabró con la chica hacerse cargo del hijo si el test de paternidad daba positivo, algo que él consideraba imposible. Sin embargo, las pruebas le dieron la razón a Anetria. Joe, con la mosca detrás de la oreja, se puso a investigar el asunto y se topó de bruces con una sucia artimaña. ¡Tachán! Encontró una factura de un laboratorio de fertilidad a nombre de Anetria. Telefoneó al centro y allí le confirmaron que la chica había acudido a las instalaciones con una muestra de esperma para que le realizaran una fecundación in vitro.
Al preguntarse cómo había sucedido esto, Joe concluyó que su ex había guardado un preservativo usado de alguno de sus últimos encuentros sexuales, muy al estilo del incidente «oral» de Boris Becker, que le valió un puesto en nuestra lista de escándalos sexuales de famosos. Como podéis imaginar, el enfado del muchacho fue de proporciones apocalípticas, pero, por desgracia, el asunto se le fue de las manos. Intentó ahorcar a su ex, quien ya le ha demandado por maltrato e intento de homicidio. Y ya puesta a denunciar, la chica lo ha hecho también contra el laboratorio, a quien acusa de violar una cláusula de confidencialidad.
A todo esto, el programa de fertilidad fue todo un éxito y, a falta de uno, la ‘extraña pareja’ tuvo dos varones. Gemelos. ¡Vaya cruz les ha caído a las criaturitas con esos padres!