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¡A toda velocidad! Un enfermero muestra su destreza al volante de una ambulancia

Un enfermero turco llamado Necmettin Güntekin mostró sus increíbles habilidades al volante de la ambulancia durante una llamada de emergencia, según se aprecia en un vídeo que publicó en su cuenta de TikTok.

En la grabación se observa cómo conduce a gran velocidad el vehículo por una autopista llena de coches. En su trayecto, durante el cual se escucha la sirena, esquiva con éxito una gran cantidad de automóviles para poder avanzar más rápido y llegar antes a su destino, indica RT. Lee el resto de la entrada »

Un español perdido en… Estambul


BecConsejo: «Cuando alguien te hable en otro idioma y no sepas que ha dicho, responde ‘Y tú más’ (por si acaso). Lo peor que puede pasar, es que le digas un piropo»

Sí, los que tengan mejor memoria recordarán que ya estuvimos en Estambul, pero aquello fue en septiembre de 2009… así que bah, ¿quién se acuerda?

Creo que es el momento de tomar un avión, reírnos en la cara del volcán y plantarnos en ¡¡¡ESTAMBUL!!! Ale, lo he dicho tan rápido que no nos ha dado tiempo ni a ver una película. En fin, os dejo con Kike:

1) Nombre

Kike.

2) Edad

34 años.

3) En España vivía…

En A Coruña.

4) Ahora vivo…

En Estambul.

5) Me mudé…

El dos de mayo del año pasado, hace casi un año justo.

6) ¿Por qué me fui?

Hace tiempo decidí que quería vivir viajando, para ello, pretendo vivir en diferentes lugares del mundo hasta que me dejen de resultar excitantes y novedosos, o me surja una mejor posibilidad. Vamos, hasta que entre en un rutina que ya tenía de donde vengo.

El mundo es muy grande y me apetece conocerlo viviendo en los lugares, no sólo yendo de vacaciones. Es así como puedes realmente conocerlos. Hace algo más de dos años, me trasladé a Edimburgo, donde estuvo 6 meses, y a donde volveré seguro algún día. Ahora mismo estoy en Estambul y mi siguiente destino será Australia.

7) La mejor comida de Estambul…

Es uno de los mejores países para comer de los que conozco.El típico kebap en sus múltiples variantes es obligatorio probarlo, pero para los que no sean muy de carne (como es mi caso), el pescado aquí es delicioso, además de aperitivos como el Lahmacun, los quesos, su desayuno típico basado en huevo duro, pepino, tomate, aceitunas, queso y alguna fruta, siempre acompañado por té es además de saludable exquisito.

1) De España añoro…

A mis amigos y el jamón serrano.

2) En España no tenía y ahora sí…

Nuevos amigos, nuevos sabores, nuevos olores, una cultura diferente, tópicos, pero reales.

3) De Estambul no me gusta…

Es enorme… las distancias aquí son criminales, así como el tráfico. Al igual que en las grandes ciudades, para quedar con un amigo, o simplemente jugar una pachanga de fútbol, tienes que irte de casa una hora y pico antes, dependiendo de la zona a la que vayas, puede llevarte incluso más de dos horas. De donde yo vengo, en dos horas estoy en otro país (Portugal).

Además de eso, la comunicación debido al idioma a veces es muy complicada o imposible. Poca gente habla inglés, y yo no tengo ni idea de turco así que imagínate.

4) Recomiendo que visitéis…

Imposible decir una sola cosa, en realidad Estambul tiene muchísimo que ver. Cualquiera que quiera visitar la ciudad, y conocerla un poco, necesitaría al menos 5 días, sólo para ver y disfrutar de lo más turístico y no morir en el intento.

Por nombrar algunas cosas: La mezquita azul, Santa Sofía, el gran Bazar, el mercado de las especias, la torre Galata, la torre Maiden, el café Pierre Loti, la calle Istiklal, Kadikoy, las islas Princesa, un tour por el Bósforo hasta el mar Negro, etc, etc.

Bienvenidos a Estambul. Todas las fotos que veréis son de Kike (estorde), y os recomiendo que echéis un vistazo a las que hay en su Flickr, porque no tienen desperdicio.

Primer contacto

«Durante mis primeros meses en Estambul no usé más que pantalón corto y camisetas, debido al calor que por estos lares hace en verano. Incluso en septiembre, a pesar de las lluvias torrenciales, la temperatura seguía siendo muy agradable.

Al principio me llamaba la atención y le aportaba a mi experiencia una banda sonora exótica, la llamada cinco veces al día al rezo desde todas las mezquitas que salpican la ciudad. Ahora, viviendo muy cerca de una pequeña, lo difícil es vivir lejos de alguna, lo cierto es que ha pasado casi a ser un sonido más de la ciudad, como los claxon de los coches.

Es curioso, al principio, la amabilidad de la gente. Aquí están muy acostumbrados al contacto físico aunque no te conozcan de nada. En el saludo entre dos hombres, además de darse la mano, se dan dos besos (haces el gesto de…) en las mejillas, tal y como hacemos en España, entre un hombre y una mujer.

Malos estereotipos

Debido a malos estereotipos, sobre todo al principio, tendía a prejuzgar la súper amabilidad de la gente. Haciendo que me preguntase constantemente si me estaban pretendiendo vender algo o si querían algo de mí. Al final te das cuenta de que en realidad son así. Tampoco voy a decirte que absolutamente todo el mundo es así, ya que en esta ciudad de alrededor 15 millones de habitantes, por supuesto hay de todo, pero en general, la gente es muy amable.

Aunque por las zonas más turísticas no hay demasiados problemas, para vivir aquí, el idioma resulta una gran barrera en muchas ocasiones. En general la gente sabe muy poco o nada de inglés (salvo gente joven universitaria) y mi nivel de turco es 0, así que hacerse entender en muchas ocasiones pasa por usar los gestos como medio de comunicación, y no siempre funciona.

El transporte

Sobre los medios de transporte, aunque hay muchos tipos, y para ir a las zonas más turísticas no tendrás ningún problema, lo cierto es que muchas zonas están muy mal comunicadas. Por ponerte un ejemplo, desde donde vivo al centro de la ciudad, tardo unos 25 minutos, sin embargo a veces voy a jugar al fútbol a una zona a medio camino, pero un poco separada de la ruta hacia el centro y tardo más de una hora, por culpa de que tengo que tomar 3 transportes diferentes para llegar. La mitad de la distancia es más del doble de tiempo.

El mejor y más rápido medio de transporte para toda la ciudad es el dolmus, una especie de taxis compartidos, donde pagas un precio fijo por el trayecto (al cambio bastante barato), y compartes tu trayecto con 7 personas más. Es rápido, no resulta caro, y funcionan casi las 24 horas. Sin embargo las paradas no están señalizadas, debes conocer las zonas de Estambul, y tener en cuenta que sus conductores no hablan inglés. Así que para los turistas, no es muy recomendable, a menos que te lleve alguien que sepa moverse en ellos.

Existe una línea de metro, pero sólo por una parte de la zona europea. Así que o vives por ahí u olvidate.

Otras curiosidades

Otras cosas que me siguen llamando la atención es la cantidad de té que la gente bebe, lo mucho que fuman, lo aficionados que son a juegos como el backgammon, lo forofos que son con el fútbol (yo creí que me lo tomaba demasiado en serio, hasta que vine aquí). Sobre el tabaco, hace un año entró en vigor una ley antitabaco que prohibía fumar dentro de los restaurantes, lugares de trabajo, etc.

También me sorprende cuanta gente musulmana (la gran mayoría por aquí) es practicante. Me refiero, creí que la gente joven, sería más como en España, que aunque se consideren católicos, muy pocos son practicantes. Aquí he conocido a muchos que por lo menos los viernes (lo que para nosotros sería el domingo) van a la mezquita a rezar.

Así como también me sorprendió que la gran mayoría están circuncidados. En este sentido, he aprendido, aquí que para ellos, ese es un día de fiesta (comparable en algún sentido a la primera comunión nuestra). Ese día el niño es el protagonista, se viste con un traje «tipo principito» (a nosotros nos vestían de «marineritos»), reciben regalos, se reúne la familia directa».

Bueno, con un guía como Kike dan ganas de quedarse, pero vamos a dejarle que descanse, que el pobre tendrá más asuntos que atender.

Las fotos del post son propiedad de Kike, que amablemente me las cedió para que las usara.

Ya sabéis que si vosotros también sois españoles expatriados podéis escribirme a elblogdelbecario@gmail.com y os cuento cómo funciona esta sección, aunque tampoco tiene mucho misterio, jeje.

PD: Pues voy teniendo ganicas de ir a Estambul…

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Una española perdida… en Estambul

Lamento el retraso. El chófer del autobús se ha perdido por las calles de Caracas y por poco perdemos el avión. Gracias a Dios, al final estamos en el aeropuerto sanos y salvos.

Como es tradición, esta semana volvemos a cruzar el charco. Como ya saben usar la mascarilla y el chaleco salvavidas, no me andaré con rodeos: nos vamos a… ¡ESTAMBUL!

No teman por el idioma, porque no estamos solos. En el aeropuerto turco nos espera Eva, que será nuestra guía mientras estemos en el país. Yo me encargo de las presentaciones… Eva, los lectores. Los lectores, Eva:

1) Nombre

Eva.

2) Edad

37 años.

3) En España vivía…

Salió de España en 1994. Es de Barcelona y antes de Estambul vivía en La Haya, Países Bajos.

4) Ahora vive…

En Sultanahmet, el barrio turístico y más histórico de Estambul, (que no es la capital de) Turquía.

5) Se mudó…

A finales de agosto del 2008.

6) ¿Por qué se fue?

Porque la aventura holandesa ya tocaba a su fin y Estambul la embrujó.

1) De España añora…

La facilidad con la que se pueden comprar productos del cerdo. La comida, sobre todo.

2) En España no tenía, y ahora sí…

Esta mezcla de oriente y occidente que hay en Estambul. El contacto con gentes de sitios inverosímiles.

3) De Estambul no le gusta…

El calor insoportable en verano.

4) Recomienda que vayamos a…

¡Tantas cosas! Pero si ha de recomendar: la Basílica de Santa Sofía y la Cisterna de Justiniano.

5) La mejor comida de allí…

La llamada «patlican salat», que es como un puré de berenjena aderezado con ajo, zumo de limón y nata. Delicioso.

Bienvenidos a Estambul. Espero que la travesía se les haya hecho corta. Mis más sinceras disculpas por la película que hemos puesto: algunos pasajeros me han dicho que Dame 10 razones no ha contribuido a hacerles más breve el viaje, sino todo lo contrario.

Ahora les dejo en manos de Eva. Trátenla con cariño porque es un encanto de mujer.

Una caja llena de sorpresas

«La vida en Estambul es, sobre todo, una aventura intensa y llena de sorpresas. Algunas agradables, como la amabilidad de las gentes y las sonrisas infinitas que regalan en cualquier momento, o como el descubrimiento de que el islam en esta zona del mundo juega un papel relativo en las vidas de las personas; y otras desagradables, como la lucha diaria contra un sistema corrupto y enrevesado y un aparato burocrático que ni siquiera Larra habría podido reflejar.

Estambul es una mezcla paradójica en todos los sentidos: es tradición y modernidad, es sentimiento religioso pero laico, es europeización oriental, es gentío solitario… Y eso es lo mejor y a la vez lo más frustrante que encuentra un extranjero cuando se establece en la ciudad. Aprender a aceptar esas paradojas y encontrar el camino dentro del laberinto son los retos».

Sultanahmet, el barrio histórico

«Yo vivo en Sultanahmet, el barrio más turístico y a la vez el más histórico de la ciudad, el corazón de la Estambul otomana, donde todavía se ven las huellas del pasado en cada callejón y en cada edificio.

A mí me encanta pasear por las callejas estrechas, llenas de tiendas y de gente que va y viene, y también me gusta sentarme al sol y simplemente contemplar el hormiguero de personas que se dirigen a no sé bien dónde. Me gusta ver a los vendedores de alfombras desde lejos, contemplar el ritual que ofrecen a los turistas y escuchar las mil y una zalamerías que tienen preparadas en todos los idiomas del mundo sólo para conseguir una venta».

Una ciudad de contrastes

«Me sorprende que nueve de cada diez estambuleños no lo son, es decir, tienen sus raíces en alguna otra zona de Turquía y viven Estambul como una etapa transitoria (que puede durar 60 años, pero eso es otra cuestión) y que la mayoría tiene muchas historias que contar, historias de vidas marcadas por la pobreza y el afán de mejorar la existencia de las familias que se quedaron en el pueblo.

Me recuerda mucho a las historias que mis padres me contaban de la España de los sesenta (ambos emigraron a Cataluña en esa época). Veo muchos paralelismos entre España y Turquía: en el carácter, en la forma como se vive el concepto ‘familia’, en las relaciones sociales y en las costumbres.

Sólo que España lleva unos cincuenta años de adelanto en el desarrollo de la mentalidad capitalista e individualista que caracteriza el mercado libre, y por lo tanto veo en Turquía la España que fue».

La comida

«Una desilusión muy grande: la comida. Yo esperaba un paraíso culinario, con toques exóticos y toda clase de especias, con la variedad de ingredientes que ofrecen los años de contacto con otros pueblos y el clima casi perfecto, pero me he encontrado con un país que reduce los elementos a diez ingredientes básicos, donde la escasez de medios económicos provoca una escasez de productos (ni siquiera en los supermercados se pueden encontrar más de tres o cuatro condimentos o hierbas frescas) y donde la rutina y la falta de imaginación son el pan nuestro de cada día.

También es verdad que Estambul es el gran mercado del mundo y que con dinero se puede conseguir prácticamente cualquier cosa, pero yo hablo del día a día, no de los pequeños placeres que una parte mínima y privilegiada de la población local y todos los expatriados se pueden permitir».

Bueno, bueno, vayan despidiéndose de nuestra guía, que tampoco podemos entretenerla todo el día.

Las fotos del post son propiedad de Eva, que amablemente me las cedió para que las usara. Ya sabéis que si vosotros también sois españoles expatriados podéis escribirme a elblogdelbecario@gmail.com y os cuento cómo funciona esta sección.

Aerolíneas Bec les agradece la confianza depositada en nuestro servicio y les espera el próximo lunes para un nuevo viaje.

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